H Y P N O T I Z E D ✪

NOMBRE COMPLETO: Rainers Beauvoie
EDAD: 30 años
SEXO: Masculino
ORIENTACIÓN SEXUAL: Homosexual
RAZA: Híbrido [Shinigami — Oneiro]
GRUPO DE PERSONAJE: Policía.
NACIONALIDAD: Francesa.
DISTRITO: Euphium.


Rainers es… Rainers. No existe otra explicación de cómo él es realmente. No es un desgraciado psicópata que tiene una lengua viperina, pero tampoco es un alma de dios que busca llevar al cielo a todos los puros de ese pútrido mundo. Es único, esa palabra es la definitiva para definirlo. Es chocante, al principio puede ser demasiado directo, frío o en ocasiones demasiado malicioso para ser verdad, exageradamente honesto con lo que intenta decir, sin embargo, solamente es por el hecho de que su padre usualmente solía decirle que no mintiera con lo que intentaba expresar, por lo que es capaz de decir mucho más de lo que desea. No busca conflictos con nadie, prefiere mantenerse callado antes de continuar una pelea que no les llevará a nada, es respetuoso, pero hasta el punto de adorar a alguien, ni lo sueñes. Callado, sin embargo, es capaz de hablar cuando la conversación es desde su punto de vista increíblemente interesante.

Rainers es obsesivo con lo que le gusta, desde autos, hasta personas. Llega a obsesionarse hasta el punto de no querer dejarlas marchas, ignorar cualquier debilidad que tengan para fortalecerla con puntos pequeños pero bueno que tengan los demás. Ama desde el fondo de su corazón, pero también llega a odiar desde ese mismo punto. Comprende la belleza de todas las criaturas que le rodean, no odia a las mujeres, de hecho, piensan que tienen una increíble belleza que puede ayudar a hacer el mundo mejor, sin embargo, no le gusta hablar con ellas, piensan que tienen algo que lee a los hombres. Eso le da pavor. Tiene la capacidad para concentrarse en una sola cosa, claro, si lo hace, y está en un proyecto, trabajará en él hasta la perfección. Tiene una facilidad con las matemáticas, es demasiado bueno en los cálculos, sin embargo, es pésimo en la literatura, lingüística, lengua e incluso historia. No es conservador, es bastante abierto a muchos temas, sobre todo, porque su padre también lo es.

Es bastante tranquilo, hasta el punto de pensar lo suficiente antes de actuar, sin embargo, su facilidad para hacer enojar a los demás también es un buen punto fuerte. Porque él no se enojara con palabras, se enoja con acciones, sin embargo, prácticamente es lo mismo. Es obsesivo con el jazz, blues e incluso la música clásica. En los días libre de trabajo enciende su propia música junto a su padre para escuchar jazz, muchas veces invitan a vecinos y hacen una fiesta de jazz en el patio trasero de la casa. Es una vida bastante refrescante. Es leal, lo suficiente con sus amigos íntimos, no juzga por la primera impresión, mucho menos opinara sobre alguien a los pocos minutos de conocerlo. Es cálido, ganar su confianza es realmente sencillo, sin embargo, perderla… es imposible recuperarla. Es terco, hasta el punto de tener una excusa cada vez que se equivoque, tiene un don para la actuación, su padre, asegura que es porque él era antes actor, antes de llegar a vivir a esa ciudad, por lo que muchas personas suelen preguntarle si alguna vez actuó en algunas películas, su padre de joven, es idéntico a él. Defiende sus ideales, los ideales de sus compañeros e incluso es capaz de abandonar los suyos por la gran ansiedad que tienen sus colegas para expresar lo que sienten. Suele cuestionarse si sus acciones son correctas u no, aunque usualmente se deja guiar por la situación.

Se avergüenza con facilidad, es delicado, torpe pero también se arrepiente de esto en poco tiempo. Pocas veces se ve con un sonrojo en el rostro porque logra controlarlo, pero es cierto que en ocasiones prefiere guardar silencio antes de hablar. No sonríe de forma continua, al contrario, prefiere guardar la sonrisa en muchas ocasiones, sin embargo, cuando lo hace, sonríe con sinceridad, no se ve haciendo una falsa sonrisa o fingiendo intentar hacerla. Si va a llorar, llora. Si va a reír, ríe. Si va a aceptar algo que nunca hizo, lo aceptara, por el bien de la otra persona. No suele ser violento, pero si la ocasión lo requiere, lo es, posesivo y celoso, a veces en exceso, capaz de ocultarlo, a veces, sin mucho éxito, pero es capaz de lograr mostrar molestia, enfado e incluso celos en su rostro.

Es fácil de leer, pero no tan fácil de entender. Es como los libros esos de historia, que tanto… le dan dolor de cabeza.


Beauvoie, escuchas el nombre de esa familia ¿y qué te viene a la cabeza? Nada. Exacto, porque no es algo de lo cual debas de saber, no es una familia de élite, no es nada del otro mundo. Era una familia común y corriente, emigrante de Francia cuando la guerra explotó.  Quienes poseían el poder de hacerse cargo de ella era ese hombre, alto, arrogante. Alfredo Beauvoie, un hombre fuerte, con una personalidad incluso el doble de potente que su cuerpo. Era alto, defendía a su familia con puño de hierro, a sus dos hijos e inclusive a la esposa de uno de sus hijos. Esa mujer, Luciana tuvo un hijo, su primer nieto. Sin embargo, fue el nacimiento de la destrucción. Él, no era parecido a su padre, sino, al hermano del esposo de ella. Una traición, que se pagó con una condena. Beauvoie se desintegró, la esposa terminó por marcharse de casa al sentir que le habían traicionado, su esposo (¿o debería decir ex esposo?) se suicidó. Él abuelo, no podía con todo lo que estaba ocurriendo, dejando a su cargo a su hijo, el traidor en la calle junto a ese niño que había nacido. El hijo del fruto de un amor (un amor no correspondido).

Rainers creció junto a su padre, el hombre era lo suficientemente inteligente para saber moverse en el mundo, había estudiado en su juventud ingeniería mecánica y mecánica automotriz, por lo que en la actualidad, el hombre poseía una mecánica que era aquella que los ayudaba a salir adelante. En uno de los barrios más estables de Euphium, un lugar dónde ambos podría vivir sin problema alguno se había vuelto como una familia mucho más grande para ellos. Frank Beauvoie, su padre, era un hombre quien daría todo por su hijo y Rainers, desde que era un niño, comenzó a entender todo el trabajo de su padre, le ayudaba, trabajaba con él. Mientras su padre se especializaba en vehículos sencillos (motocicletas, entre otros) a Rainers le llamaba más la atención los autos, los grandes motores como tanques, vehículos blindados. Entre más crecía, los conocimientos eran cada vez más grandes, cada vez más potentes, la gente los buscaban, llamaban para necesitar de ellos. Rainers entró a la universidad con la idea de ser mecánico automotriz como su padre. Fue, cuando su vida cambio.

Él siempre había sabido de su sexualidad, sabía de antemano de que había algo que siempre le había gustado por debajo de los autos, y eran los conductores, los dueños de aquellas bestias quienes se envolvían en ropa de traje y, en ocasiones, en parejas nocturnas. Su padre nunca le recriminó por presentarle parejas masculinas, lo sabía de antemano, sabía perfectamente que su hijo debía de amar a quien él considerara. De esa forma, lo conoció. Era unos años menor que él, llevaba un tiempo ya en la universidad y se había ganado una pequeña fama entre muchos de los alumnados masculinos, era bello, por lo que el interés de las mujeres crecía cada vez más. Pero su rostro, su voz, su sonrisa fue lo que le enamoró. Uriel Knight, fue el ángel que descendió de los cielos. Al principio, fue una amistad, le divertía estar con él, podrían durar hablando horas durante descansos e incluso verse en las clases que tenía que repetir porque era increíblemente malo (literatura e historia) sin embargo, él siempre estaba allí, ayudándole, con esa adorable sonrisa, esos hoyuelos entre sus mejillas. Se enamoró. Claro, eran jóvenes todavía, la expresión de amor se hacía con acciones, cada vez más se encontraban más juntos, cada vez más se amaban. Besos, caricias, abrazos. La vida de Uriel era conocida por él, al menos, la mayoría. Sabía que su padre tenía un alto poder en la nobleza (algo que realmente le deprimía, que le hacía trabajar más duro para estar a su altura), conocía la muerte de su madre, pero nunca, espero conocer a su gemelo. Un hombre, igual de bello que Uriel, empero, eran tan diferentes. Había algo, algo que empujaba aquella vida a una existencia sin precedente alguno. No se enojó por haberlo ocultado, se enojó, porque… no lo sabía. Luchó con Uriel para que lo perdonara, debía de entender que eran hermanos, que debían de permanecer juntos. Uriel tenía todo lo que él siempre deseo (un hermano) sin embargo, verlos peleados le dolía incluso a él, le amaba lo suficiente, tanto así, que deseaba que estuvieran juntos.

Las salida entre los tres se volvieron frecuentes, había un ambiente extraño pero podía verlos sonreír, a ambos, era suficiente para él. Amaba a Uriel, y le gustaba Michelle, no, de forma romántica, nunca pensó enamorarse de alguien más aparte de aquel que le había robado el corazón, simplemente, le gustaba. Así, como le gustaba su padre, como le gustaban sus amigos. Así, de esa forma. Desde que Michelle había presentado a ese hombre, su nueva pareja el ambiente había cambiado notablemente, no era lo mismo, la situación era cada vez más absurda, cada vez más estúpida. Todo estaba lleno de tensión, los gemelos habían dejado de sonreír, aquel hombre siempre colocaba esa máscara de felicidad. Había gato encerrado, había algo que no cuadraba. Y era normal, un hombre como él, nunca iba a hacer feliz a Michelle y eso, le enojaba a Uriel. Pero nunca espero, aquel desenlace. Echado hacía un lado, Uriel le había abandonado una semana antes de su cumpleaños, sin saber qué hacer, decidió recurrir a la única persona que podría ayudarlo, pero nunca lo encontró. Ese hombre había desaparecido, eso, le ayudo a unir los hilos de la historia. Con Michelle sin pareja alguna, Uriel había ido a consolarlo. Eso le dolió, porque era él quien amaba más, sobre todo, que le quería demasiado. Pero los gemelos… tenían esa extraña conexión que él nunca pudo haber roto.

Concentrado en sus nuevos trabajos, sumergido en un mundo que no podía entender, o que lo sabía, pero no lo aceptaba porque le dolía en el alma. Recibió un correo, ¿Uriel? ¿Estaba buscando por él? No esperó a dejar todo el trabajo a sus amigos, corriendo a ese lugar dónde se habían citado, esperando que le recibiera con una sonrisa, una disculpa o al menos, admitir que había regresado porque todo estaba solucionado. Pero nunca espero esa mirada, esos ojos, esa risa, esa… verdad. Le amaba, eso le había hecho realmente feliz, pero él también amaba a Michelle, no podía vivir con dos amores, no podía realizar su sueño. ¿Quería que lo matara? ¡Debía de estar loco! Él le amaba… ¡Le amaba lo suficiente para que también pudiera amar a sus dos seres más queridos! Pero Uriel no quería, le rogaba… suplicaba que por favor, lo matara. Pero no lo hizo, se dio la vuelta y escuchó el disparo. Como la vida de Uriel se iba en sus manos, como estaba perdiendo todo lo que más amaba. Su alma, consumida en la desesperación de viajar al infierno, fue consumida por él, guardada en lo más profundo de su mente, apiadándose de quien había sido su amor, durante muchos años. Lloró, se acongojó al darse cuenta de que todo se había perdido.

No podía volver a vivir la vida, que antes había tenido. Lo dejó, tendido en su cama, limpio, con una sonrisa en el rostro. La pistola desapareció, aquella herida que había causado su suicidio fue curada por él, devolviéndole todo lo que podía. Él era un shinigami, sí alguien culpara a otro por su muerte… seguramente él sería el culpable. Él, lo mató. Él, le quito el alma, él posee su alma. Deberían matar a alguien, deberían matarlo a él.

La universidad se volvió un infierno, todos parecían evitar su mirada, su frío semblante, su actitud completamente indiferente. Renunció a lo que amaba, la vida como un mecánico la dejó hacía un costado mientras se sumergía en trabajos que le mantuvieran alejado de aquello que más amo su pareja. Entró a la academia de policías con el deseo de defender siempre la honestidad. Después de cinco años del suicidio repentino de su pareja vive en un apartamento en la ciudad con un trabajo como policía bastante estable a pesar de los tiempos de guerra.

Intentas, olvidar aquel amor que tanto cambió tu vida.


Distorsión de la realidad: Es la capacidad para cambiar o manipular la realidad, esto también funciona para cambiar la percepción mental de quienes la padecen, es mucho más fuerte que la ilusión, ya que no funciona en una persona, sino, en un gran grupo de entes.

HABILIDADES | DEBILIDADES

—Tiene la capacidad de manipular lo que observan los demás, es decir, cambiar de forma mental el lugar que están viendo las demás criaturas alrededor de cinco minutos. Esto le permite convertir la calle en grandes agujeros de ruinas cómo edificaciones a punto de derrumbarse. Esto le permite capturar a los criminales que intentan pasarse de listos con la policía. Tiene una gran debilidad, consume una gran cantidad de energía de almas por lo que el constante uso él no podría controlar las armas que son absorbidas por su habilidad por lo que podría perder la de Uriel, cosa que no se atrevería; por lo que suele utilizarlo dos veces a la semana y, cuando llega el fin de semana, se alimenta de una cantidad de almas.


—Era mecánico, su padre todavía sigue trabajando en aquella mecánica en el barrio dónde antes vivía.
—Se convirtió en policía porque pensó que estaría mucho más cerca de la muerte; no pasó el examen militar.
—Sabe algo de ingeniería eléctrica y sobre plumerías. En ocasiones, puede hacer tipos de mantenimientos sencillos.
—Conoció una vez a su abuelo, el hombre nunca le dirigió la mirada hacia sus ojos, pero él estaba feliz de que lo fuese a visitar, quedaron en que comerían la próxima vez.
—Ama a Uriel, mucho más de lo que ama arreglar autos. Pero también le gustaba Michelle, nunca de forma romántica, pero… nunca se sabe.
—El alma de Uriel se encuentra dentro de su cuerpo, por más que intente escapar, la retiene con suficiente fuerza. Es incapaz, todavía, de alejar la verdad de sí mismo.
—Sí alguien alguna vez llegara a preguntar la verdad, él admitiría que lo mató. No que cometió suicidio.
—Olvidó el gran sueño que tenía de joven, aquel que incluía colocar un gran taller mecánico.
—Nunca tuvo dudas de su orientación sexual, su padre le acepta así, sin embargo, no acepta que todos esos viejos intenten quitarle el amor de su hijo.
—Frank conoció a Uriel cuando ellos estaban saliendo, muchas veces cenaron en casa, otras veces, en restaurantes de calidad los cuales Uriel invitó, siempre se sentían extraños en ese ambiente.
—Es pésimo en literatura, historia y lenguas. De cosa, habla el francés y el inglés perfectamente.
—Cuando se enoja, es capaz de insultar en su idioma materno (francés).
—Ha repetido literatura dos veces, historia una mientras que se hace el idiota y no se atreve a cursar lenguas.
—Es conocido por la mayoría de los cadetes cómo un hombre extremadamente atractivo: lástima que sea gay, dicen algunas.
—Fuma, se volvió un fumador empedernido.
—Sus materias favoritas son: matemática, física, química. Sus puntos fuertes son los cálculos avanzados, es demasiado bueno en esas materias.
—Los viernes se volvieron noche de copas entre compañeros de trabajo. Disfruta perderse en el sabor del alcohol para olvidar aquellos años maravillosos; quiere hundirlos en su subconsciente.
—Le gusta el vodka.


NOMBRE DEL FÍSICO: Yoru
ORIGEN: Re: Birthday Song ~Shinigami Kareshi Series~