C A L L Y M

NOMBRE COMPLETO: Callym MacLeod.
EDAD: 17 años, desconocida.
SEXO: Masculino.
ORIENTACIÓN SEXUAL: Homosexual.
RAZA: Ghoul.
GRUPO DE PERSONAJE: Caedes.
NACIONALIDAD: Alemana.
DISTRITO: Carnage Carnival.


Callym es una criatura con una encantadora, juguetona e inclusive infantil personalidad. Lamentablemente no es fácil darse cuenta de sus emociones al momento que lo conoces, lo esconde todo detrás de una frágil sonrisa que parece querer romperse para llorar en el menor de los momentos; pero no te dejes engañar, ese genio manipulador que posee lleva a las personas a realizar las hazañas más catastróficas con un simple parpadeo de sus ojos. Callym es inteligente, lo suficiente para aprender a leer, escribir e incluso hablar muy tardío a su edad por vivir dentro de un sótano, sin embargo, esa inteligencia le ha permitido almacenar toda la información que escucha memorizándola de manera concreta. Las situaciones son las que le permiten moverse con mucha fluidez, pero también, con elegancia. Le gusta observar, escuchar, como intervenir de vez en cuando en la vida de las criaturas que le rodea, pero es porque nunca antes lo había hecho, socializar no es problema, pero hablar de él, o de su pasado le lleva a quedarse vacío. Es decir, ¿qué puede contar? Hablaría de horas sobre su hermano sin aburrirse.

¿Pero qué le gusta a él?

Mentiroso, con una lengua viperina que forma las jugarretas más grandes de todo el globo terráqueo, sin embargo, no es fácil dar con la honestidad de sus palabras. ¿Eres alguien conocido? Probablemente le entiendas, ¿no lo eres? Creerás de inmediato en sus mentiras. ¿Eres su hermano? ¡Es imposible que él te mienta! La honestidad le brota en los poros como la lujuria que siente cada vez que lo ve. Amante al sexo, sobre todo, sí este sexo se lo brinda su hermano antes de deleitarse con la sangre del contrario. Jamás su cuerpo… ¡está prohibido! La familia no se come. Callym en ocasiones puede parecer un psicópata, que es completamente cierto, es obsesivamente amante de la sangre, sobre todo, del cuerpo de las mujeres. Le fascina bañarse entre los órganos de esta sin importar cuantas tenga que matar para saciar su hambre. Los niños son su otro interés, sin embargo, no tiene demasiada importancia en estos. De órganos pequeños: aburridos; pero no significa que a sus amigos no le gusten. Bien por ellos. En un sentido clásico, es un extorsionista con todas las de la ley, después de todo, ha logrado conseguir un montón de cosas de los demás sin ganar un solo centavo.

Realista, aunque un poco soñador cuando se trata de hablar con su hermano, le gusta ser todavía un niño con él. ¡Un niño con todos los que son sus amigos!

Callym es capaz de decir palabras hirientes sin piedad, así como no mostrar sentimientos hacía quienes le rodean que no le interesen en lo más mínimo. De pequeño creció solo, la calidez que le brindan los demás es la confianza que crece de él a ellos. Posesivo, sobre todo con las personas con las que está completamente conectadas con ellas. Mataría sí estás se mostraran demasiado posesivas con otras personas que no sean él. Por ejemplo, las amantes de su hermano simplemente desaparecen del mapa o las amantes de sus amigos. ¿Qué? Toda la atención de ellos debe de girar en torno a él. Cauteloso, bastante sutil antes de realizar acciones que podrían colocar en riesgo a los demás. Él es la cara del Carnaval, debe de sonreír, debe de reír, debe de mostrarse… ¡auténticamente hermoso ante todos! Odia los pasos en falso, como los directrices males señalados, no le gusta que le den vuelta a los asuntos, la claridad es su mejor amiga.

Callym no suele enojarse con frecuencia, pero, cuando lo hace, tiende a tener un humor de los mil demonios. Constantemente cuando se encuentra en ello suele tomar algo leche caliente en cantidad… ¡sin mil! Eso demuestra lo enojado que está con el mundo que se abstendrá de comer azúcar. La verdad es raro que él llegué a odiar a alguien, o al menos, saber que ese sentimiento existe dentro de él. La tranquilidad que muestra en situaciones críticas demuestran lo calmado, calculador e inexpresivo que es; por tanto, no intentes hacerle enojar, te arrancará el cuero cabelludo.

Él esconde muchos secretos, misteriosos que serían difíciles descifrar para los nuevos que lleguen al circo. Aun así, ha logrado mantener a cada uno de estos a la raya, no le gustaría que la gente se asustase de su vida familiar.


« ¿Alguna vez has sentido que la desgracia se aproxima lentamente hacia ti? Bueno, ese mismo sentimiento percibió la familia MacLeod cuando su esposa salió por segunda vez embarazada. »

Camille MacLeod tuvo alguna vez en su vida un pasado oscuro del cuál jamás lo habló con su marido. ¿La razón? Estuvo involucrada en muchos actos ilícitos que eran ilegales en el tiempo en que la humanidad todavía reinaba el mundo. Por otro lado, Paul MacLeod fue un hombre siempre justo que amó a su esposa, el padre ideal que cualquier joven desearía tener; aquel que salía con el pequeño al parque para disfrutar del aire libre mientras pateaban la pelota delante de cualquier adulto que se detuviera a observarlos. La familia perfecta, o si, una perfección que no era nada más que eso. Sin embargo, el pasado siempre va a golpear la puerta del presente cuando más tranquilo estás, y, esa noche, Camille tuvo la visita de un hombre que en el pasado causó tanto terror con aquellos ojos bañados en una penumbra infinita, llorando sangre como las pupilas que portaba: un ex, probablemente.

But, desde ese momento, quedó embarazada de eso.

Callym no fue concebido por la familia MacLeod, justo cómo un caballito de mar su cuerpo formándose fue trasladado a Camille con un método tan ortodoxo que pudo haberlo matado a él junto a la mujer; sin embargo, por un juego tan pútrido de la vida quedaron vivos. Camille no soportó los días venideros, intentó deshacerse de esa criatura que estaba creciendo dentro de ella, pero ese hombre, Paul, era tanto su amor que decidieron tener a la criatura. ¿Qué podría salir mal? Ese hombre quería deshacerse de quien sería su hijo. La única forma de sobrellevarlo era quedarse con él. Matarlo implicaría la vida de su esposa, jamás lo aceptaría.

Le llamaron Callym, fue un niño sano. No tenía ningún parecido con los padres, sin embargo, alguna vez la mujer juró ver en los ojos de aquel pequeño algún rastro de su esposo Paul.

Los primeros años de vida fueron tranquilos, Callym no se alimentaba como cualquier niño, era mucho más activo de noche que de día, sin embargo, pasaba más su tiempo durmiendo que bebiendo o comiendo cualquier objeto que encontraba en el suelo. No fue hasta sus tres años que su apetito comenzó a ser selecto. Carne cruda que encontraba en la nevera, granos de café sin procesar, cafeína. Los padres no sabían que hacer, intentaban prepararle carne en grandes asados pero él lo vomitaba, no aceptaba nada que no estuviera crudo, lleno de sangre. Animales, los gatos eran sus favoritos. A los cinco años cazó el gato de la vecina destrozándolo en pedazos con sus manos. Camille casi moría en ese momento cuando lo vio cubierto de sangre sentado en la puerta trasera de la casa devorando las orejas del pobre animal.

Fue encerrado en el sótano de la casa. A los ocho años la mujer quedó embarazada de su marido. Era un hermoso niño que había nacido con el fruto de amor de ambos, como el hijo mayor. Callym jamás lo conoció, mantenían a sus dos hijos fuera de aquel sótano dónde escuchaban de vez en cuando la voz de un niño cantar en dirección a una pared sin vida. El barrio era el lugar más limpio de toda la ciudad, no había animales callejeros, cuándo observaban un perro al día siguiente simplemente no estaba… ¿qué ocurría? La familia MacLeod se los daba de comer a ese niño que vivía en el sótano. Vivo, Camille escogía los momentos en que su hijo mayor estaba en la escuela y su hijo menor dormido en su habitación. La música a todo volumen de ese pútrido lugar escondía los chillidos desgarradores del animal cuando este niño, por mero placer, lo devoraba vivo.

No fue hasta sus quince años que los animales comenzaron a volverse insuficientes. Él, no hablaba, no leía, no escribía. Era una pequeña bestia con cadenas en una casa que no le deseaba, pero que aun así, le alimentaban.

Paul comenzó una caza peligrosa, pero era eso o perder el favor de los vecinos que se enterasen que ellos tenían una bestia escondida en su sótano. Los niños del barrio comenzaron a desaparecer, de barrios adyacentes, de la ciudad en general. Desaparecían, no había rastro de ellos por ninguna parte. Él, se disfrazaba de payaso para atraerlos hasta un remolque, los trasladaba hasta su casa en la noche cuando todos estaban dormidos y, poco a poco, lo iba guiando de forma ciega hasta el sótano en dónde su hijo abría sus brazos para devorar aquella pequeña bestia. En su barrio los rumores corrían, niños de todos, menos los de ellos. El más grande regresaba sano y salvo de la escuela ¿y el más pequeño? En casa después del jardín de niños.

Camille lloró, grandes cantidades de lágrimas cuando su esposo le dijo lo que tenían que hacer. Adrien entró una noche al sótano, no volvió más.

Camille lloró en la terraza de su casa cuando la policía llegó una noche al darle la noticia que no había rastro de su hijo. Una semana de búsqueda, dos, tres meses y el pequeño no aparecía. Se esfumó como los demás niños. Paul fue el que más sufrió, esa noche le dijo a su pequeño que le mostraría el mayor secreto de esa pequeña familia. ¿Quién iba a pensar que una mentira le mataría destrozándolo por dentro? Nadie. Callym le devoró vivo.

Cinco meses de la desaparición del menor, el mayor comenzó a sospechar de sus padres, había vivido con ellos el suficiente tiempo para notar que la muerte de su hermano no les afectaba dentro de casa, pero por fuera, lloraban en los brazos de las mujeres desoladas que también habían perdido niños pequeños. Incluso iban a terapias, que hipócritas eran. Fue cuando entró al sótano y lo encontró. Allí sentado amarrado en cadenas que no podrían acercarse completamente a la puerta de entrada, pero lo detalló. Ojos de color rojo, pupila negra que se movía de un lado a otro y sus miradas se encontraron por primera vez.

« Comida », pensó el menor de los hermanos abalanzándose hacía el hijo mayor de la familia MacLeod. Pero se detuvo antes de comenzar a atacarlo, era parecido a esa mujer que le alimentaba de vez en cuando, tenía los ojos del hombre que le lanzaba la comida que se movía… ¡esa hermosa y deliciosa comida! Él no era comida, al menos, la luz de la cocina le hacía ver diferente. La diferencia de las reacciones fue lo que les unió por primera vez. El hermano mayor lo observaba con gusto, sus ojos brillando. ¡Jamás había conocido algo así! ¿Estaba viviendo bajo su sótano? ¡Qué increíble!

—Mi nombre es Alan MacLeod, soy tú hermano mayor —se presentó, envolviendo sus manos alrededor de las mejillas del pequeño de la forma más dulce que jamás lo sintió. El ghoul envolvió sus manos en el rostro del mayor también de forma lenta, cómo sí no quisiera lastimarlo—. ¿Quién eres?

—Callym —susurró, con una voz ronca cómo sí jamás hubiera hablado en toda su vida. El chico sonrió.

Le gustó.

Los últimos meses entraba al sótano cuando su madre no se encontraba en casa, le enseñó a leer, a escribir a hablar. Callym cada vez que lo veía entrar se lanzaba encima de él a abrazarlo con tanta fuerza que podría matarlo, pero nunca lo hacía. Era su hermano mayor… ¡le amaba demasiado! Ese hombre alguna vez le dijo: « uno no se alimentaba de la familia » Y, él, jamás tocó a mamá o a papá cuando entraban a cambiarle el agua o a dejarle café. Los niños eran cada vez menores pero podría sobrevivir mucho más porque había comenzado a ser amaestrado.

Pero un día su madre los encontró, el hermano mayor fue tomado de la muñeca para ser sacado del sótano entre gritos de la desaforada mujer que le gritaba que eso, ¡esa bestia! Lo podría devorar en el menor descuido. Callym perdió el control, observó la mano de la mujer apretar fuertemente el brazo de su hermano, se lanzó en contra de ella, dispuesta a asesinarla. ¡Nadie tocaba a la persona que Callym más amaba!

—No, Callym. Es familia —el chico lo detuvo tomándole la mano—. No comemos a nuestra familia —la mujer miraba con horror como el chico daba dos pasos hacia atrás observando a Alan.

— ¿No comemos a familia? —Alan sonrió—. Mamá, Callym lo siente.

—Yo… yo… —la mujer casi moría allí dónde estaba.

—Vete —le ordenó Alan a la mujer antes de que gritara que ella no era su madre. La mujer llorando se levantó para salir de aquel sótano. El hermano mayor abrazó a Callym peinándole sus cabellos—. Buen chico, buen chico.

La familia entró a una indiferencia palpable. Los adultos no hablaban con el joven que pronto estaba volviéndose en un adolescente. Alan entraba al sótano cuando deseaba llevándole la comida, cambiándole la ropa, incluso una vez lo sacó de este para bañarlo, limpiarlo y cortarle aquellos cabellos. Lo tenía como una mascota, no solo a él, a toda la familia. Los padres solo se movían a su voluntad, habían estado alimentando a una criatura oscura con humanos todo este tiempo… ¿Cuánto de cárcel le darían a cada uno? Tan solo mencionar esas palabras los adultos temblaba, pero no podían hacer nada. Callym se había encariñado tanto con él, que al no verlo un solo día se volvía loco en el sótano, los padres no sabían cómo controlarlo. Ese niño, ese hermano mayor los tenía en las palma de sus manos.

Pasaron de niños a las novias del chico. Las citas ciegas en los parques, encuentros casuales que luego se volvían desgracias cuando las jovencitas simplemente desaparecían en el estómago de su hermano. Disfrutaba ver a cada una de ellas siendo despedazadas por el joven menor quien degustaba el sabor de la sangre de vírgenes con un placer innegable. Fue la primera vez de Callym cuando su hermano le dijo que le enseñaría algo bastante « fabuloso » no sólo estaba alimentándole, debía de alimentarse él también, ¿no es así?

Tuvieron sexo, Alan violó al menor con el consentimiento de este, sin embargo, este no sabía absolutamente nada. Lo volvió su juguete sexual, tomándolo por todas las partes habidas y por haber. La última locura que el hermano mayor cometió por su hermano fue ofrecer a sus dos padres a un fuerte demonio del infierno solo para alargar su tiempo en la tierra.

Así fue: se convirtió en una criatura oscura.

En la actualidad el hermano menor sigue cazando chicos para alimentarse de quienes encuentre en el camino, sin embargo, con la guerra actual después de haber explotado, está mucho más interesado en descubrir lo que se esconde en aquellas grandes ciudades. Por lo cual, después de años recogiendo a las criaturas más exóticas con mentes tan atroces como la suya; fundó Carnage Carnaval.

¿Quién iba a pesar que detrás de ese rostro tan angelical que intenta sacar un sonrisa de esa pútrida guerra se esconde semejante criatura horrida?


Percepción de poderes: Es la capacidad para sentir y, reconocer a las criaturas sobrenaturales (eso incluye saber qué clase de habilidades podría tener por el aura que las rodea).

1. Le permite reconocer a las criaturas sobrenaturales que le rodean por el aura que estas poseen. La mayoría de las veces también mide el nivel de poder de estas (aunque alguna veces, sin la cantidad de comida exacta, esta precisión puede fallar). Le gusta sentarse para medirlas como hobbie, de esta forma, caza a su próxima presa.

2. También es capaz de saber que habilidades podrían tener, o que artem predomina en esta criatura; sin embargo, no es que él conozca todos los artem habidos y por haber, por tanto, puede equivocarse al momento de atinar que tipo de habilidad es o para que funciona. Puede equivocarse también con respecto al aura, no siempre esta es la misma para todas las criaturas.

KAGUNE: Ukaku.

Posee un par de pequeñas alas solidas de sangre que aumentan su velocidad para cazar a sus presas. Al cansarse realmente rápido suele utilizarlas en los momentos más específicos, por tanto, su cacería siempre está envuelta en su habilidad para atinar a adivinar que poder o habilidad posee su próxima presa.


—Es el asistente del presentador. Lo que significa, que él es la mano derecha de su hermano.
—Le gusta hacer cosplay, no es de extrañar la cantidad de hombres millonarios que le visitan a él para verlo con diferentes cosplayers. La mayoría son femeninos.
—Le gusta el olor de su hermano, mucho más ahora que es demonio.
—Dentro del carnaval es más asistente que presentador de algún espectáculo. En ocasiones, presenta criaturas extrañas que doma del bosque en sus noches de aburrimiento. Muchas de ellas afectadas por radiación u otros eventos.
—Es pasivo, le gusta el BDSM. Masoquista, por lo que no espera estar atado en los brazos de su amante.
—Le gusta la sangre de razas en específico. Por ejemplo, la de demonios. Humanos (está más acostumbrado a esta raza) e incluso de extrañas como las de un fénix. Una sola vez ha probado la sangre y la carne de uno.
—Le gusta la sangre de las mujeres, no de los hombres (menos de niños).
—Es amante de los dulces, pero cuando está enojado no suele comerlos. ¡Deben de entender que está enojado!
—Le divierte escuchar historias de terror.
—Le gusta leer, desde que su hermano le enseñó no ha perdido ni una sola noche en que no esté interesado en leer un libro.
—Tan solo sabe el idioma inglés, ni siquiera conoce el alemán.
—Le hubiera gustado subirse esa vez a la cuerda floja para descolgar a uno de sus compañeros que se suicidó.
—Odia los vegetales, le gusta la carne cruda de cualquier animal, ser viviente o criatura.
—La única persona de su familia que se comió fue a su hermano menor, nunca supo realmente que lo había comido.
—No sabe que le pasó a sus padres.
—Probablemente la verdadera definición de él es la inocencia que tiene con respecto a todo lo que su hermano hace.


NOMBRE DEL FÍSICO: Sakuma Ritsu.
ORIGEN: Ensemble Stars!