Natasha Dalila Stark | ID

Natasha Dalila Stark
40 años aparentes
Femenino
Pansexual
Demonio
Physicians
Infierno
Euphium


Te observas con detenimiento, te recorres de pies a cabeza y sonríes satisfecha con la imagen reflejada que te es devuelta. Te ves segura, te ves orgullosa y determinada, no hay duda en tus gestos, en tu andar, en tus movimientos. Te desenvuelves con naturalidad, sin ni siquiera pensar en tus pasos, te mueves con facilidad en quienes te rodean, atrapas la mirada de quienes se te acercan. Y sonríes, ampliamente, traviesamente, divertida por saberte el centro de atención, por saberte la mira de todas aquellas criaturas que se mueven a tu alrededor. Y la soberbia se muestra en las miradas que les lanzas, indiferente, divertidas, burlonas; porque tú eres mucho y ellos tan poco. Y no hay duda en tu andar, tus palabras cual hechizo seduce, encandila, hipnotiza a quienes te escuchan; con elocuencia y elegancia te has hecho de un lugar en aquella sociedad. Y no cualquier lugar, porque tu Natasha Dalila Stark, estas hecha para la grandeza… ¿cierto?

La puedes ver con facilidad, en la distancia una mujer imponente, segura de sí misma, que no se dejara caer entre la adversidad, que bien plantada sobre sus pies no duda en hacerse paso entre quienes la rodean. La ves a la distancia y te hipnotiza aquellos movimientos elegantes, sensuales por naturaleza, con una sonrisa burlesca entre esos finos labios que solo sueltan sarcásticas palabras en un tono melodioso que no podrás olvidar. Pero recuerda no caer en la máscara, en la trapa que tan perfectamente preparada esta, Natasha es un demonio entrenado, una criatura que oculta entre sus gestos las más oscuras y perversas intenciones, porque no sabes lo que aquellos ojos ocultan tras perfectas pestañas. Y la vez sonreír, reír tan encantadoramente, y solo puedes corresponder, porque es más fuerte que tú, más poderoso, solo puedes dejarte llevar por la marea hasta el puerto de la incertidumbre.

Natasha es segura de sí misma, confianza que ha pulido a punta de espada, que ha sido forjada en los años de entrenamiento, sino ¿Cómo luchar sin la determinación, sin la confianza para hacerlo? No la vez dudar, no la ves caer aun cuando sus fuerzas se desvanecen en el aire. Es una mujer que dará todo de su, terca y obstinada, cuando una idea se cruza por su mente, cuando se arraiga con fuerza y no se suelta, sabes, puedes estar seguro que no le importa poner de cabeza el mundo con tal de conseguirla ¿y quiénes son ustedes para detenerla? Sino los pequeños obstáculos que apartara de su camino, porque su objetivo es su trofeo, porque la satisfacción de una victoria, porque su orgullo son el impulsor para no rendirse ¿rendirse? ¡Ja! Renunciar, perder, rendirse son blasfemias, insultos, no existe en ella, en su vocabulario o en su mente. Es orgullosa, muchas veces soberbia sobre sus habilidades ¿y que es una derrota? Una cachetada directa en lo que es, en sus habilidades, en sus poderes ¡imperdonable! Preferirá morir en el intento que caer en derrota. Pero la vez moverse con sensualidad, desinhibida, desvergonzada. Es una mujer directa, que no duda, que no tiene reparos o tabúes. Sabe lo que quiere, lo que necesita, lo que desea y los medios para conseguirlo; no teme exteriorizar lo que siente, lo que le provocan y lo que desea experimentar

Inteligente, astuta y ávida, no es alguien que puedas sorprender con facilidad, así como la vez, riendo tan relajadamente, su mete trabaja mucho más rápido de lo que pudiera imaginar. Una genio que detalla, que analiza, que observa y procesa; y los más descabellados planes pueden surgir en cuestiones de minutos, las más grandes creaciones pueden tomar forma en su mente para ser transmitidas a sus manos. Porque analiza con rapidez, sin penas ni glorias, porque lo que su mente procesa, lo que guarda, lo que almacena no son más que datos útiles que en su futuro próximo le brindaran la oportunidad de seguir avanzando, de mantenerse en alto, en el pedestal que ella misma sea colocado. Egocéntrica, extravagante, exótica, excéntrica son solo algunos apelativos más a los que se le atribuyen; porque la puedes ver alabándose a sí misma, enumerando las sin fin de cualidades y virtudes de la que es portadora para, al segundo siguiente, simplemente puede enfrascarse en sus pensamientos con algún nuevo proyecto que ocupara su mente en las próximas semanas. Porque puede ser obsesiva, meticulosa, perfeccionista ¿un principio de TOC? Cualquiera que la viera podría asumirlo con facilidad, cuando horas y horas se la pasa metida en su trabajo, consumiéndose en el proyecto que ronda por su mente sin descanso, incluso cuando la vez en su entorno más privado, donde la prensa, las miradas no son de su importancia, cuando todo pasa a segundo plano. Y es cuando empieza a notarse sutilmente controladora, cuando cada detalle debe verse como su mente lo ha programado, cuando cada efímero centímetro –por mas catastrófico que sea– debe estar tal y como lo ha dejado. Porque en su mundo, en su ambiente, en su trabajo solo ella puede meterse, inmiscuirse o tocarlo.

Sin embargo puede ser encantadora, realmente encantadora cuando se lo propone, con aquellos que han logrado obtener de ella algo más que vaga atención, interés insignificante que se pierde con el pasar de los minutos. Es atenta, es considerada –cuando se lo propone−, así como consentidora. Sin embargo ella tiene sus momentos de capricho, tal vez berrinches cuando las cosas no salen como se lo propone, porque su mente idea, planea y establece las miles de posibilidades que puedan surgir. Pero hay factores, minúsculos, que muchas veces pueden pasar de largo y arruinar lo que su mente había establecido, romper el hilo de sucesos que ella misma ya ha planeado llevándola a la frustración, la molestia ¿y qué mejor forma que expresar eso? Con un berrinche ¿y que si es inmaduro? Ella no tiene interés en lo que puedan pensar o decir de su persona, a pesar de disfrutar las miradas sobre ella, no le interesa el motivo por el que estas puedan surgir; motivos buenos, malos, escandalosos o gratificantes. Lo que puedan murmurar a sus espaldas no son más que para engrandecer su orgullo ¿Qué tan importante ha de ser para que hablen tanto de su persona? Mucho.

A fin de cuentas, ¿Qué puedes esperar de la Doncella Stark?


Todos nacen individualmente, son seres independientes, criaturas que nacen de la unión entre dos seres ansiando su llegada. Pero hay otros, más afortunados, que tienen la fortuna de nacer acompañados. Lo recuerdas bien, apenas borrosas imágenes que llegan a tu mente en momentos de mayor soledad, cuando decides sumergirte en las mareas interminables de tus recuerdas. Recuerdas las tierras muertes, el fuego incandescente y los gritos agonizantes mezclándose en el ambiente del que provienes; nunca te produjo temor, rechazo o incomodad. Recuerdas bien el tiempo en esas tierras, la indiferencia que los lamentos de los incautos te producía. En aquellos años eras reservada, callado, observadora, no intervenías ¿para qué? No valía la pena, no lo necesitabas, no te nacías. Ni siquiera con aquellos que se hacían llamar tus padres, apenas soltando palabras vagas que se iban perdiendo en el aire. Pero había alguien con quien si te dejabas llevar, con quien si quiera necesitabas contenerte, y ese era tu mellizo; Anthony. Tal vez era el único con quien te atrevías a sonreír, con quien dejabas de ser la doncella Stark, la muñeca que se exhibía cual trofeo ante bestias insaciables y despiadadas.

Los años de tu infancia no son más que sucesos aislados, pocos destacables, pocos interesantes para tu mente. Al igual que tu mellizo, desde temprana edad ambos habían presentado una inteligencia que iba mucho más allá de la media, que sobresalía con solo intercambiar escuetas palabras con ambos. Pero no tenías por qué saber todo eso, no necesitabas tanto conocimiento que luego no serviría para los propósitos de tu familia, de esa familia a la que lentamente comenzabas a aborrecer. Eras el entretenimiento, la diversión, la distracción de los Stark, la muñeca que debían preparar y educar para seguir el linaje; peleas, fiestas, entrenamientos y enfrentamientos. Pero todo eso se va perdiendo en tu memoria, entre nebulosas que no te molestas en disipar, nunca te importaron esas miradas de frustración, aquellas que solo daban indicios de que debías dar más, de que lo que entregabas no era suficiente; no, las dejaste atrás hacia mucho tiempo. Pero nunca olvidaste el tiempo con tu hermano, ni las jugarretas de las que lo veías escapar, de aquellas en las que algunas ocasiones te veías involucradas, de las carcajadas que compartían cuando algo salía como el plan dictaba.

Pero incluso esos días se acabaron, se esfumaron en el aire, se fueron perdiendo a medida que crecían.

La conexión que compartían, aquella que les acompaño desde el instante que nacieron, nunca desapareció, incluso parecía hacerse cada vez más fuerte. Pero su entorno no era el mismo, aquellos que se llamaban padres no dudaban en intervenir; porque tu debías ser el reflejo de lo que esperaban. Con elocuencia debías expresarte, con una mirada debías atrapar; entre tus dedos los títeres han de bailar. Y lo lograbas ¿verdad? Entre tus dedos los hilos de los títeres se movían a tu antojo, a tu placer; pero te aburrías, te consumías en la soledad y el silencio de la habitación que ya no compartías con quien tuviste la suerte de nacer. Anthony, Tony, tu hermano tuvo el valor de abandonar esa casa, desaparecer, irse por algo mucho más grande que tú, estabas segura, conseguiría. Porque no importaba lo que tu padre repitiera, una y otra vez, de que él no era más que una desgracia para la familia, porque realmente no escuchabas, realmente no le prestabas atención; porque su voz no era más que susurros en lo profundo de tu mente ¿y porque debías escucharle? Cual muñeca tu expresión no mostraba más que una eterna serenidad, vacía, hueca, conteniendo el ferviente deseo de libertad, de rebelión que se arremolinaba en tu pecho, aquella que luchaba por salir, que ansiaba el momento de explotar y liberarse de las cadenas que sobre manos y pies te mantenían en tu lugar.

Durante aquel tiempo, tal vez consumida en tu soledad, sobrepasada por los deseos de rebeldía que te nacían desde el fondo de tu pecho, solías escaparte de aquella morada tan oscura, tan vacía, tan silenciosa. El infierno no era más que tierras, extensas e interminables tierras consumidas en la miseria, en la agonía y el dolor. Nunca te alejabas demasiado, a la distancia un podías ver tu casa, aun a la distancia podías ver la morada que eras obligada a habitar. Meros instantes de calma, de tranquilidad, en donde no necesitabas contenerte, donde no necesitabas sellar en tu interior lo que tan desesperadamente deseaba gritar. Pero recuerdas un día en particular, cuando habías pensando en irte, perderte entre los terrenos cercanos de la casa una vez más, rebelarte y saltarte aquellos labores que aun debías seguir, las enseñanzas que debías cumplir al pie de la letra. Pero no lo hiciste, te quedaste ahí, en donde estabas, mirando con mayor insistencia a tu alrededor, como si algo se acercara, alguien se aproximara; un sentimiento que no te abandonaba, que no importaba a donde te movías te seguía, te envolvía, te enloquecía. Pero todo cobro sentido cuando viste a tu hermano entrar por la puerta, aun con aquel aspecto tan desgastado, con la sangre cubriendo su cuerpo, estaba ahí, frente a ti, una vez más. Y a pesar de haber escuchado las reacciones de tus padres, el escándalo sobre aquel aspecto tan desaliñado, sobre la sangre que manchaba el piso a medida que se adentraba en la casa, tu solo sonreírte; ahí estaba tu hermano, ese mismo que había abandonado es casa para demostrar que no era nada de lo que su padre se atrevió a decir alguna vez. Tú lo sabias, lo supiste mucho antes de verlo en ese momento, notaste con facilidad que la promesa de tu mellizo había sido cumplida; le sonreíste orgullosa, no te contuviste, no te dejaste reprimir, liberando la diversión que la situación te había producido.

Aquel día solo habían sido una constancia de los sucesos que debían ser, aun con la llegada de tu hermano no pudiste librarte del entrenamiento, de aquéllas peleas que debías seguir manteniendo para demostrar que eras digna heredera Stark ¿te importaba? En lo absoluto. Pero si mostraste interés cuando tu hermano te relevo, cuando lo viste enfrentarte a tu padre, cuando le viste demostrar que era mucho más poderoso, más de lo que alguna vez tu progenitor pudo haber imaginado. Y reíste, reíste como en todos esos años no pudiste, no te contuviste; la diversión, la burla y el orgullo había sido más de lo que habías podido mantener. No te molestaste en ver por tu padre, ni mucho menos en preocuparte por lo que este pueda decirte o el cómo te miraba ¿Qué más daba? Cierto, Natasha ¿Qué más daba lo que dijeran, el cómo te miraban? ¿Qué debía impórtate? Nada.

Y sonreís, recordando como por primera vez te olvidaste de las cadenas, como te alejaste de estas al darte cuenta de una única realidad; que pensaran y dijeran lo que deseaba de ti, que creyeran y colocaran en ti las expectativas que quisieran, que te colocaran a ti en el lugar que les plazca porque tú, cariño, harías lo que desearas, seguirías el camino que quisieras, te moverías y actuarias como dictaban tus instintos, como lo desearas, como te sintieras complacida ¡al demonio con tu deber! ¿Qué más daba el linaje que debías mantener? Nunca te importo realmente, pero ¿Cuándo tuviste algo que te importara? Tu hermano, por supuesto, pero sabias que el sería el último en colocar cadenas sobre tus manos ¿entonces? Entonces eres libre, entonces no tienes que seguir las órdenes que no quieres, no tienes que caminar sobre los pasos que no deseas. Porque no tienes nada que perder, cariño.

Recuerdas las noches que siguieron de ese acontecimiento, como una vieja película transitan por tu mente, apenas deteniéndote en detalles pequeños. Una noche, lo recuerdas, haberte levantado y moverte por los pasillos, llevada por los sonidos que no hicieron más que levantarte de un superficial sueño. Pero poco tiempo tuviste para comprender lo que sucedía, dejándote llevar por Tony, habías salido de aquella casa ante sus indicaciones, siguiendo sus pasos, ni siquiera dudando en lo que te decía o te hacia hacer. Pero si te atreviste a mirar atrás, pudiste ver las sombras moviéndose por aquella morada, alejándose al igual que ustedes, poco antes de que el fuego consumiera todo.

En el infierno, el fuego consume y devora todo a su paso, sin piedad o clemencia. Nunca lo olvidas.

¿Qué paso después, lo recuerdas? Aquellos sucesos que te llevaron a donde estas ahora, ahí, mirándote en el espejo de tu habitación, detallando tu figura con una insulsa sonrisa entre tus labios.

La tierra fue al lugar donde tu hermano te llevo, el mundo de los mortales, humanos a los que no viste más que convertidos en presas esperando ser cazadas, las mascotas que eran asesinadas sin piedad. No indagaste demasiado, de ser sincera, en aquella amistad que tu hermano parecía mantener con aquel sujeto que no te molestaste en conocer ¿Bastián, era? Ya no te importa, a pesar de saber cuál es la posición que ostenta. Pero recuerdas el descontrol de aquellos días, recuerdas las fiestas, el desenfreno en el que te sumergías sin pena, en el que te dejabas envolver sin consumirte en el intento. Eres un demonio, dela sangre más pura, instruida y preparada. Te movías con soltura, te codeabas con los correctos, te apropiabas de lo que necesitabas. Lo recuerdas bien ¿no? Cuando la noche llegaba, cuando la música y el licor invadían tu sistema, solías terminar entre las finas sabanas del mejor hotel que en la madrugada pudieras encontrar ¿las compañías? No eran más que rostros borrosos que a la mañana olvidabas y no tenías intenciones de volver a ver.

Pero aun así eras conocida en la sociedad ¿Cómo no? Al igual que a tu hermano, la atención del público es algo a lo que no puedes resistir. Te sabes mover en aquellas fiestas de grandes cargos,  en donde te haces ver como la dama que eres, la mujer de gestos elegantes pero lengua mordaz. Te haces de respetar, eres una Stark, una mujer que no se deja pisotear por nadie. Te haces fácilmente de una reputación, aun trabajando dentro de Industrias Stark, eres conocida por los rumores que corren alrededor de tu vida pero ¿eso que te importa? Ya no te afecta, ni nunca lo harás; o al menos eso creías ¿cierto? porque ahora te ríes de lo que decías, de aquellos gestos de soberbia con la que alzabas tu mentón sin preocupaciones. Pero eso cambio ¿cierto? claro, aun no te preocupa o que los rumores o la sociedad pueda decir de ti, pero hay una opinión más a parte de tu familia que si te importa.

La viste en una de esas fiestas de grandes cargos a las que concurrías, en las que te movías, hablando encantadoramente con un hombre que –tal vez–hubiera terminado entre las sabanas de tu cama. Pero la viste, tus ojos la notaron entre la gente, la examinaste y no pudiste apartar tus ojos de su rostro, sus facciones, sus movimientos ¿Qué te atrajo, Natasha? Tal vez si la hubieras comparado con toras mujeres en aquel lugar, otras posibles conquistas, no hubiera tenido nada de espectacular, nada que destacar pero entonces ¿Por qué no ha salido de tu mente? ¿Por qué no se perdió entre los recuerdos? ¿Por qué no la olvidaste como a tantos otros?

¿Qué era eso especial que Stephania Rogers tenia que no podías olvidarla?

Tuviste tiempo de reflexión, frustración en la que te encerrabas en tu trabajo, te consumías en tus deberes intentando apartar de tu mente lo que no tenía respuesta. Porque odias no tener respuesta. Pero ahora lo sabes ¿cierto? ya no puedes simplemente negarlo, ni ocultarlo o disimularlo. Porque no la olvidas, sin importar el tiempo que paso, sin importar el tiempo que no volviste a saber de ella; no la olvidas. Porque era especial ¿cierto? porque llamo tu atención como ninguna otra criatura pudo haberlo logrado, porque relámete te hizo replantearte tu vida. Querías acercarte, tenías planeado cercarte, conocerla, conquistarla; porque lo que llama tu atención debe pertenecerte, debías hacerla tuya, necesitabas saberte que parte de su vida así como lo era de la tuya. Pero debías controlar el desenfreno en el que vivías, debías poner control en el descontrol.

Debías limitar aquellas fiestas, debías limitar los excesos, debías tener a Stephanie para ti. Porque eres una mujer segura y orgullosa, porque sabes lo que quieres y las consecuencias no son más que algo a lo que te enfrentaras cuando llegue.

Dime, Natasha ¿esto quiere decir que estas enamorada?


Ojos controladores. Es la capacidad que tiene el usuario para controlar a otra persona a través de sus ojos, al hacer movimientos de cejas, pupilas o iris son capaces de hipnotizar a quienes lo ven y, con ello, obligarlos a hacer lo que desean.
Es capaz de manipular las acciones de las personas con determinados movimientos de sus ojos, tomando posición de sus decisiones para que queden a su consideración. Aunque para saber si esta habilidad esta en funcionamiento, sus iris se vuelven de un color rojo carmín profundo.
Esta habilidad tiene efecto únicamente cuando la persona receptora siente algún clase de atracción hacia la morena. Ya sea gusto sexual o sentimental. Sin embargo el mismo va perdiendo efecto a medida que ese sentimiento se pueda ir consumiendo o desapareciendo. Cabe aclarar que la hipnosis tienen un rango de espacio [200 metros aproximadamente], luego de este perderá poder completamente.


—Fácilmente puede ser considerada una genio. Inteligente y astuta, capaz de aprender diferentes habilidades y conocimientos en menos de una noche, alguien que no le toma más que unos minutos comprender avanzados funcionamientos. Si bien en los primeros años de su vida, durante el tiempo que vivió con sus padres, no pudo desarrollar sus conocimientos generales como hubiera deseado, desde que está en la tierra no ha perdido el tiempo; la matemática, la física, ingeniería, mecanismos, biología, química y literaturas son varios de sus intereses generales y de los que no sea cansado de aprender desde que ha tenido oportunidad. Sin contar que todos no son más que utilidades en su trabajo.
—Doncella Stark. En el pasado fue conocida así a causa de sus padres, actualmente es un título que se ha ganado entre fiestas y reuniones de gala.
—Su única familia son su mellizo, Tony y sus sobrinos. A quienes ama y consciente cada vez que tiene la oportunidad. Molesta a su hermano diciendo que, gracias a cualquier divinidad, sus sobrinos no han nacido con su egocentrismo.
—Nunca le agrado la esposa de su hermano. No eran celos, ni envidia ni sobre-protección de hermana; simplemente no le agradaba.
—Admite que le cae bien el General, y lo considera bueno para su hermano.
—Intento ayudar en lo que pudo a su hermano con la crianza de Peter pero, vamos, ¿Qué puede saber ella de criar niños? Igual o menos que su hermano.
—Tiene una buena resistencia al alcohol, aunque sabe bien de no excederse. Ya ha tenido problemas por eso y ha salido librada con suerte.
—Desde joven ha sido instruida únicamente para prevalecer el nombre de su familia, por lo que las peleas cuerpo a cuerpo, los enfrentamientos y su poder era lo único que realmente les importaba de ella; sabe muy bien defenderse a sí misma y lo que ama. En medio de una pelea su límite es cuando su cuerpo cae muerte, ha llegado al punto de poder sobre exigirse, aun con su cuerpo lastimado. Tiene buena resistencia al dolor.
—Suele encerrarse en su trabajo, creaciones, laboratorio, experimentaciones en general. Está a cargo del desarrollo biológico de Industrias Stark. Pero bajo ningún concepto va a reuniones, termina delegándoselas a su hermano. Es el CEO ¿no? Que se haga cargo.
—Oficialmente solo tiene un doctorado en Literaturas y otro en ciencias biológicas. Aunque actualmente está capacitada para ocupar los cargos de; ingeniera, medica, esquitara, bioquímica y matemática. Pero luego de su segundo título simplemente le resulto aburrido y molesto obtener los demás.
—Ha trabajado como modelo en varias ocasiones. Incluso ha tenido la oportunidad de pasar como actriz, pero simplemente no era lo suyo. Prefiere más estar en su taller, con herramientas en manos que sobre un escenario recitando un libreto; pero eso no quita que ama que le presten atención.
—A diferencia de su hermano no tiene tantos autos, pero si tiene los suficientes para ir con uno diferente cada día de una semana y sobrando. Pero todos y cada uno de ellos ha pasado por sus manos.
—Lo admite, tiene una casi obsesión por Stephanie Rogers. Con quien no pierde la oportunidad de encontrarse.
—Ha escapado de su trabajo varias veces para ir a ver a Steph, aun teniéndose que meter en la base militar.
—Ha cambiado gran parte de su vida desde que conoció a Stephanie, si bien aún asiste a fiestas y similares, ya no suele tener amantes ocasionales y puede medirse más pero, vamos, sigue disfrutando la vida como siempre.
—Tiene una relación formal con Stephanie Rogers. No tiene experiencia en el amor, nula, nada, pero sabe perfectamente que por esa rubia es capaz de todo.
—Aprecia en gran medida a su hermano, pero jamás, jamás, lo admitirá ante él. Ama demasiado tener esas peleas de egocentrismo que suelen tener. No puede renunciar a esa diversión.
—Por sus manos paso una motocicleta que se convirtió en uno de los vehículos de Stephanie, por dios que no podía dejarla conducir cualquier inutilidad, su rubia –sí, suya– merece lo mejor.
—Molesta a su hermano en más de una forma, en el último tiempo ha tomado el tema de su relación con el General. Fue ella quien le propuso una apuesta por la que su hermano termino teniendo hijos del militar.
—En menos de un minuto puede detallar un plan que, sin importar lo que le cueste, lo llevara a cabo. Stephanie, su hermano o su sobrino siempre están incluidos en ellos; uno o todos juntos.
—Suele disfrutar las noches de fiesta con su hermano; disfruta de alguien que le siga el ritmo con el alcohol.
—Vive en un lujoso apartamento en el centro de la ciudad, pero el tiempo que pasa en este es tan efímero como casual. Su tiempo suele dividirse entre su taller, Stephanie, su familia o su trabajo.
—Tiene un excelente gusto por la moda, y en más de una ocasiona ha intentado innovar con la imagen de Stephanie. Pero admite que su atuendo la hace ver endemoniadamente encantadora, aun así le encanta.
—Nunca se ha preocupado por el dinero en su cuenta bancaria, ¿eso debería importar? Mientras su tarjeta tenga saldo y su cartera billetes, continuara con su vida.
—En su pecho posee un reactor ARC, que al igual que su hermano, impide que su cuerpo absorba almas de forma innecesaria y descontrolada. Este objeto evita y reprime aquella situación, pudiendo ella tener control sobre lo que absorbe y lo que no.
—A pesar de ser una mujer extrovertida y extravagante, es especialmente observadora y calculadora. No hay detalle que pueda pasarsele por alto con facilidad.
—No sabe cocinar, nada, absolutamente nada. Hasta el agua se le quema. Con los años aprendió que no debe acercarse a una cocina, no importa que tan buena sea con la tecnología, seguramente algo explotara.
—No se opone a la relación de su sobrino con ese sujeto, Wade Wilson, pero tiene sus ojos puestos en él. Si lastima un mísero pelo de su sobrino, lo hundirá al infierno y le arrancara las pelotas.
—Tiene cámaras de seguridad por toda la casa de Stephanie, instaladas por su propia mano, a las cuales solo ella tiene acceso.
—Oficialmente, está enamorada de Stephanie Rogers. Y no sabe qué hacer con eso, en serio, no tiene experiencia en el amor. De todas formas no piensa alejarse de su rubia.


Fem! Anthony Edward Stark
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