MALFATTI —F I C H A

Emmanuel Carson Malfatti
26 años. Desconocidos.
Masculino
Pansexual
Diablillo
Chamäleon
Infierno
Euphium


Emmanuel es un acosador. En todo el sentido de la palabra, en cada una de sus letras, en cada posible variante que pueda pasar por la mente de quien lo pudiera llegar a conocer. Porque, aunque no lo pareciera a simple vista, es alguien que puede llegar a lo obsesivo en solo cuestión de instantes, con las menores provocaciones. Pero no lo parece, muchos dudan de los rumores que se dicen de él, pues son muchos. Que atosigo a una mujer hasta su muerte, ¿un suicidio? Que nubla el juicio de sus presas, que enloquece a los recipientes de su deseo hasta hacerse de ellos. Dicen que traga las almas de las criaturas de las que se obsesiona, porque así estarán siempre con él. Muchos lo dudan, aun cuando lo conocen de frente, no pueden creer que un sujeto sonriente y activo pueda ser el recipiente de rumores tan descabellados y, por qué no decirlo, escalofriantes. Porque Emmanuel es demasiado entusiasta, tal vez por un gran exceso de energía que difícilmente puede controlar, pero no son motivos para creerlo peligros. Si es que siempre presenta una sonrisa entre sus labios, una disposición que raya con lo ejemplar y más. Es difícil creer que un muchacho pueda llevar a una persona hasta la desesperación, ¡si es un encanto! Porque lo es. Es verdaderamente encantador, carismático, amable e incluso servicial. Casi con una nota infantil que ha llevado a muchos a reír por la extravagancia de este sujeto, tanto que se ha ganado el apoyo de muchos, la camarería. ¡Si hasta invitaciones de cena los domingos! Sus compañeros de trabajo, al menos la mayoría, descreen esos rumores.

Pero, aun así, eso no deja de lado aquella perturbadora inseguridad que ataca a muchos cuando lo observan por demasiado tiempo. Porque aquella sonrisa es demasiado brillante, aquel entusiasmo parece no haber sufrido daño alguno en medio de tanto desastre, aquella energía parece nunca tener fin. Y todos recuerdan su naturaleza, esa que genera desconfianza con creces. Porque es una criatura nacida por las manos de Lucifer, aquel ángel caído que trajo la miseria a numerosas criaturas, ¿Cómo estar seguros de que su engendro no haría lo mismo? O algo peor. Eso a Emmanuel no le interesa, nunca le ha interesado, tampoco se ha preocupado por lo que otros dirán. De ser así mucho de lo que hace nunca lo hubiera logrado, a su parecer, de importarle los rumores, hubiera terminado encerrado en su recamara sin atreverse a cruzar la puerta. Aunque tampoco es desagradable la idea.

¿Esa en su pared no es una foto de la mujer encontrada muerta?

¡Emmanuel es un acosador! En carteles de neón, con letreros a su alrededor en una advertencia que pocos saben tomar. Porque es encantador por naturaleza, alguien que atrae y engatusa con naturalidad. Sin embargo, es alguien con una mente retorcida, con una forma de razonar que a veces parece avanzar mucho más aprisa de la que alguien podría imaginar. Es alguien listo, bastante inteligente. Sin embargo, en algunas ocasiones parece tan idiota. O tal vez solo sean esos comentarios que no sabe retener y suelta sin pensar, esos que atraviesan su mente y a sacado más escalofríos de los que alguien podría contar. Porque puede decir las cosas más crueles e hirientes con una sonrisa entre sus labios, porque tal vez no se da cuenta, tal vez no conoce la magnitud de sus palabras. O tal vez, no le importa. Porque después de todo no le afecta, porque pueden decirle muchas cosas, o decir muchas cosas de él, pero nunca podrán evitar que él siga haciendo lo que quiera y como lo quiera. Porque si de algo puede caracterizarse es de lo persistente, ¿o será mejor decir obsesivo?, alguien que no conoce de trabas y que no se deja caer con tanta facilidad como muchos creen. Alguien que puede seguir a una persona hasta el mismo momento de su muerte de ser necesario, porque esa persona es especiales. Todos lo son en su momento, todos tienen un lugar para él, su algo que lo cautivan hasta el hartazgo. Y simplemente no puede detenerse hasta hacerlo suyo, completamente suyo. ¿Sera que come sus almas? Eso suena extremista, teniendo en cuenta que es alguien que venera a esa persona de la que se ha enamorado.

Se enamora con facilidad, lo que lleva a que se obsesione con rapidez. Es alguien que se ve encandilado por alguna cualidad resaltante, una que lo llena de emoción hasta el punto de simplemente necesitarlo. Y no puede detenerse, nunca puede detenerse. No es algo para lo que pudiera ser creado. ¿¡CÓMO PODRIA HACERLO!? No, no puede. Nunca podría. No se atreve. No quiere. Quiere hacerlo suyo, únicamente suyo. Porque es posesivo, territorial, alguien que no tiene escrúpulos, que carece de sentido común, que ni siquiera se detiene a pensar en las consecuencias. ¿Qué importan las consecuencias cuando se tiene a esa persona que ha robado su corazón tan cerca? Aunque su corazón fue robado por muchas personas, demasiadas, las mismas que persiguió con ese deseo de tenerlas para siempre. Pero no hay que confundir, no es alguien que vaya persiguiendo a centenares de personas a la vez. No, claro que no. Es fiel, se enorgullece de eso. Porque cuando una persona ha robado su corazón, solo existirá esa criatura hasta que sea completamente suya, hasta que todo lo que la componga le pertenezca, sea para él, únicamente para él.

PORQUE TIENE QUE SER SUYO.

Ah, pero ¿Quién podría comprenderlo? Tantas personas lo han visto perseguir a los seres de los que se obsesiona, con una sonrisa entre sus labios que resulta tan escalofriante como encantadora. Tal vez con una vena masoquista que pocos logran detectar, o simplemente a nadie le interesa detectar. ¿Por qué encontrar más problemas en una criatura que ya presenta un gran desorden psicológico? Aunque, si se le observa con atención, se puede ver que Emmanuel tiene una gran variedad de desequilibrios psicológicos. Empezando por su trastorno obsesivo, el que le hace perseguir a las personas en cada aspecto de su vida, invadiendo propiedad privada e incluso ignorando cualquier margen de espacio personal que pudiera existir; pasando por aquella actitud, a veces, algo masoquista de no rendirse o hacerse a un lado ante una situación de peligro, aunque muchos suelen señalarlo como una valentía de idiota; pasando por un desequilibrio emocional con hiperactividad, que lo hace mantenerse de un lado a otro sin siquiera tener alguna idea clara, porque simplemente no estar quieto. Y como si todo lo anterior no fuera suficiente, está presente aquel trastorno de personalidad que parece estar en desarrollo, o tal vez ya está completamente desarrollado y nadie se ha dado cuenta.

Porque Emmanuel puede ser un acosador obsesivo, aquel aparece enfrente de aquella persona especial para sacarle tantas fotos le sea posible, o incluso seguirla durante todo el día sin importar los insultos y golpes. Pero otro mundo es llegar a la psicótico con esa persona. Porque muchos lo consideran un asesino en potencia, ¿Quién dice que no lo es? Porque sigue siendo alguien posesivo, que no le gusta compartir y que no está dispuesto a tolerar una intervención. No le importa los medios por los que deba deshacerse de sus obstáculos, sea una persona, una distancia o alguna diferencia de aquellas que muchos toman como algo relevante. ¿¡A QUIEN LE IMPORTA!? No hay distancia que él no esté dispuesto a cruzar, nada que él no esté dispuesto a hacer. De todas formas, ¿Quién podría culparlo? Porque no es alguien idiota, en lo más mínimo. No es alguien que vaya a dejarse ver con tanta facilidad. Porque, si bien muchos pueden verlo acosar a la persona de su apego, pocos son capaces de ver sus verdaderos límites. De todas formas, para las personas, solo es un loco enamoradizo y obsesivo inofensivo.

Es alguien que sabe jugar bien sus cartas, que es manipuladora por naturaleza. Es una criatura extraída de las mismas profundidades del infierno, ¿Cómo se podría creer que lo que muestra es lo único que es? Es alguien que se mueve con naturalidad entre las personas, que sabe hasta qué punto mostrarse y hasta cuando no. Además, ¿Cómo alguien podría creer la exagerada historia de aquel sujeto que jugar, e híper jura, que Emmanuel se presentó en la noche en su casa, en su cama sin aviso alguno? O el de aquel sujeto que dice, y muestra, las heridas que Emmanuel le hizo de advertencia para que no se acercara a ¿Quién? ¡Por favor! Emmanuel es encantador. Un chiquillo inofensivo que regala sonrisas a diestra y siniestra, ¡no lastimaría a una mosca! Fuera de su trabajo, cabe aclarar. Porque, a final de cunetas, Emmanuel es el soldado ejemplar, aquel que no presenta quejas alguna de ninguna autoridad. Alguien que sigue las reglas, con un ligero desfasaje al momento de enamorarse. Pero, ¿Quién no comete locuras al momento de enamorarse? Algunos muchos más grandes que otras.

La gente solo exagera.

Sin embargo, aquellos que tuvieron la oportunidad de volverse el motivo de obsesión de Emmanuel, saben en carne propia lo escalofriante que puede llegar a ser. Un ser incansable, que no se detiene, que simplemente nunca aceptara un no. Después de todo, siempre caen. Tarde o temprano esas personas tan especiales caerán en sus brazos.

¿Y él?

Él los amara por la eternidad.  


¿Qué puede haber en la historia de esta criatura? No es alguien nacido en el seno de una cálida familia, tampoco tuvo una madre que le brindo amor y protección durante sus días de infancia, ni un padre que le enseñara a ser un hombre de provecho. Ni siquiera tuvo hermanos con los cuales jugar en las tardes de verano, cuando el sol tocaba su punto más alto, en donde el calor no era tan abrasador como en el medio día. Tal vez, de nacer en una situación así, él no sería como es. O tal vez si, tal vez era su destino ser así, tal vez su alma estaba marcada, tal vez su existencia ya estaba predispuesta para ser tal cual era. Pero, luego está la pregunta, ¿Cómo puede estar un alma marcada si él nació de un cumulo de estas? Aunque, ¿no es ese supuesto Dios todo poderoso el que entrega el destino de vida a sus adorados hijos? Tal vez él nació con un dios diferente, o simplemente nació sin uno.

Nació en el infierno. Lucifer moldeo su cuerpo con las almas putrefactas de aquel desagradable lugar, le dio forma a su conveniencia y diversión, lo formo y lo dejo a su suerte apenas sus ojos se abrieron en medio de la oscuridad. ¿Apego emocional? Tal cosa no existe en el infierno. Él, seguramente, debió ser el alimento de algún demonio mayor. Tal vez para eso fue creado, para satisfacer la necesidad de algún demonio que haya tenido contactos mayores con Lucifer, o tal vez solo fue mero capricho de aquella criatura condenada a la oscuridad. En cualquiera de los casos, Emmanuel cobro existencia en medio de la oscuridad, de la desolación y desesperación, arrullado por los lamentos de las almas que eran torturadas como si de una competencia se trataran. ¡Qué lugar tan frio y falto de amor! Emmanuel quería amor, necesitaba amor, lo ansiaba. ¿Por qué él no podía tenerlo? ¿Por qué solo los bendecidos por ese dios desconocido eran los que podían gozar del amor? ¡Él también lo quería!

¿Era posible que esa necesidad se tradujera como la obsesión insana de perseguir a alguien capaz de darle lo que necesitaba? Porque Emmanuel tampoco es alguien que busque personas amorosas y cálidas. ¡Pero qué asco! Claro que no, para él esas personas eran aburridas, monótonas, insuficientes. Él necesitaba algo más. Y por ese algo más fue que no duro demasiado en aquel infierno. ¿Quién podría retenerlo? Su pase fue libre apenas logro un poco de poder, estabilidad, ¿Qué estabilidad? No importa. Apenas una puerta se abrió se escapó con esa energía incontrolable que le acompaño desde el momento en que nació. La misma energía que le permitió arrancarle la piel a uno de los demonios de mayor rango que custodiaba una de las puertas.

Oh, espera. Tal vez si escapo, sin permiso.

¿Pero eso a quien le importaba? ¡ERA LIBRE! Completamente libre, con las posibilidades de hacer su voluntad a diestra y siniestra. Y… y ahí es cuando todo empezó. Uno tras uno, Emmanuel nunca supo controlarse, nunca encontró un punto en el que pudiera ponerse un alto a sí mismo. ¿Cómo ponerle un alto a un ser que no tenía control sobre nada de sí mismo? ¿Y como hacerlo si esas criaturas eran tan perfectas? Eran tan únicas, resaltando aun sin lograrlo, atrayendo sus ojos como un imán, atando su corazón a aquel obsesivo amor que no se cansaba de demostrar. Porque demostraba su amor, así demostraba su amor. ¿Qué podrían esperar? SI nunca le enseñaron, si lo dejaron apenas lo crearon, ¿Qué sabría él de demostrar amor?

Pero ahí estaba él, intentándolo. Persiguiendo incansablemente a aquel ser que robaba su corazón con una mirada. Hasta que lo atrapaba, hasta que lo envolvía en sus manos, hasta que lo obsesionaba tanto como él lo estaba. ¿Y luego? Luego… luego perdían valor. ¿Por qué? ¿¡Por qué!? ¿¡POR QUE ERAN TAN INUTILES!? ¡Eran perfectos! Y luego se volvían tan… tan vacíos e inmundos. ¿Dónde quedaba esa magia que lo había cautivado, esa belleza, esa fuerza, esa sensación única que lo atrapo en primer lugar? Se desvanecía por un amor profesado que no le interesaba. No eran lo que buscaban. ¡CAMBIABAN DEMASIADO! No le gustaba que cambiaran tanto, no le gustaba que se transformaran, que perdieran su magia. ¿De qué les servían si no tenían su singularidad? ¡Eran inútiles, blasfemos, asquerosos! ¡No le gustaban! Al final, siempre desaparecía de la misma forma que había llegado, dejando a su paso a una persona destruida, completamente dependiente de un ser que le arrebato cualquier sentido de vivir. Porque Emmanuel sentía muy afondo aquel amor hacia los seres que lo encantaban, tanto así que esos seres, tarde o temprano caían, tarde o temprano simplemente verían a Emmanuel y nada más que Emmanuel. Porque Emmanuel seria su sentido de vivir.

Lástima que Emmanuel desaparecía sin importarle lo que pasara con ellos después.

Y el siclo volvía a repetirse. Una y otra, y otra y otra vez. Sin fin, sin un alto, sin posibilidades de cambiar. Después de todo Emmanuel seguía pasando de persona en persona, obsesión en obsesión, de amor en amor. Hasta encontrar esa persona perfecta. Ah, como deseaba a su persona perfecta.

Aun en medio de la guerra, esa absurda y aburrida guerra, Emmanuel tuvo la habilidad de moverse según su conveniencia. Pero al final las cosas se tornaban aburridas, con los desastres de la guerra, las personas perdían valor. Se volvían tan predecibles, tan pequeña cosa. Consumidas en el dolor y la agonía, ningún le servía, nada de eso le atraía. Se movió hasta Euphir Virietum, con la idea de conseguir algo de importancia y valor, algo que pudiera atarlo. Y lo vio. ¡Tan hermoso y perfecto! Tan único, tan encantador, tan sublime que debía ser suyo. Tenía que serlo, lo necesitaba, lo ansiaba.

Simplemente necesitaba a Dagmar Rusell Hoover.

En esa ciudad se encontró con su ¿padre, creador, inventor? Lo que fuera. De todas formas, no fue algo que duro mucho, no hasta que entro en Chamäelon, por convencía más que por el interés de relacionarse con el gobierno. ¿Qué mejor que ser de un grupo de poder para asegurarse un poco de inmunidad hasta que Rusell fuera suyo? Además, se aseguraba de una buena imagen ante otros, tenía que hacerse de una reputación, después de todo.

Porque el ciclo solo estaba iniciando.



Distorsión de la realidad. Es la capacidad para cambiar o manipular la realidad, esto también funciona para cambiar la percepción mental de quienes la padecen, es mucho más fuerte que la ilusión, ya que no funciona en una persona, sino, en un gran grupo de entes.

Es capaz de duplicarse a sí mismo, y no de una forma física tangible, sino como parte de una ilusión. Es capaz de crear versiones de sí mismo que pueden, o bien asemejar su aspecto actual, o asemejar el aspecto de años anteriores. Ya sea en una versión suya más joven, infantil o incluso una más adulta o anciana. Esto le sirve principalmente para escabullirse en otros lugares con otras versiones suyas, porque al final de todo, todo lo que se ve es lo que él sabrá.

Es capaz de recrear los escenarios que desee a su alrededor o alrededor de su objetivo. Estos pueden ser lugares que haya visitado con anterioridad o bien invenciones de su mente, los cuales pueden dar la ilusión de encerrar a la persona, o personas, o bien liberarlas en terrenos mucho más amplios de lo que la realidad es.

La principal debilidad de esta capacidad es que sus versiones no son criaturas tangibles, es decir, no son reales ni pueden aparentarlo. Por supuesto que pocos pueden darse cuenta, y algunos hasta creen haberlos tocado, pero esto no es más que la manipulación de sus sentidos. Por otro lado, estas versiones no pueden alejarse más allá de 200 metros de la original. De lo contrario simplemente pierden nitidez.

Estos escenarios no son reales, si bien para las personas atrapadas es así, esto no es más que una manipulación de sus sentidos para engañarlos, llevando así a hacer creer a la mente que lo que se encuentra a su alrededor es verdadero. Esta habilidad pierde parte de su efecto si alguno de los sentidos de la vista, el tacto o el sonido se ve incapacitado, y se ve eliminada cuando las personas logran despertar sus sentidos.


—Su número favorito es el 10.
—Considera que Russel es su tercera es la vencida. todo explicado porque su número favorito es el 10 y este multiplicado por 3 da 30.
—Russel es la trigésima persona de la que se ha enamorado.
—Son pocas las personas con las que se ha obsesionado, según él enamorado, y ha mantenido relaciones sexuales.
—Tiene un álbum de fotos de todas y cada una de las personas de las que se ha enamorado. Aunque hayan perdido su interés, son un gran recuerdo.
—Ha perdido la cuenta de las personas a las que ha matado, dentro y fuera de su trabajo.
—Para quien le viera, solo es un inofensivo acosador obsesivo.
—Se puede decir que es un niño caprichoso en cuanto a sus obsesiones.
—Tiene como hobbie sacar fotos. Nunca se olvida de llevar una cámara con él. Nunca se sabe que buenas fotos es capaz de sacar.
—Se arrepiente de no haber sacado una foto de Russel cuando lo conoció. ¡ERA TAN PERFECTO!
—Es un profesional en su trabajo.
—Aunque muchas veces parezca un idiota que no es capaz de hacer algo bien, puede ser verdaderamente serio y centrado cuando realiza su trabajo, capaz de dejar las distracciones de largo.
—Cada tiempo libre que tiene es invertido en obtener información de Russel.
—Es un gran cocinero.
—No tiene noción, o no quiere tenerla, del espacio personal.
—Es consciente de las consecuencias de sus actos, pero es lo suficientemente listo como para evitarlas.
—En su trabajo suelen llamarlo Carson. Fuera de este lo llaman Emma, Emmy, Emmanuel.
—Suele ponerles apodos diminutivos a las personas. Quienes son más importantes tiene un agregado de “boo”.
—Suele pasar desapercibido si esa es su intención, después de todo puede ser una verdadera sombra.
—Suele usar unos goggles sobre su cabeza, aunque muy pocas veces suele usarlos correctamente. Se desconoce sus propósitos o de donde los ha sacado.
—Puede volverse verdaderamente posesivo.
—Le desagrada compartir, y no aceptara ningún tipo de réplicas o explicaciones, no es alguien que vaya a aceptar un engaño de su persona amada. Cabe aclarar que no se va a detener a pensar en si debe o no deshacerse de la tercera persona, simplemente lo hará.
—Le gusta el rock pesado y el metal.
—No le agradan del todo los niños, simplemente no sabe lidiar con ellos. ¡HACEN DEMASIADAS PREGUNTAS!
—Su principal atracción son las personas independientes, fuertes y autosuficientes. No soporta a las personas dependientes e inútiles, simplemente las desprecia.
—Es un manipulador innato.
—Difícil lograr engañarlo. Después de todo él es un maestro en el engaño.
—No conoce la palabra rendirse.


Gareki
Karneval