D Ü S T E R N I S ☠

NOMBRE COMPLETO: Pyro Düsternis.
EDAD: 30 años, reales desconocidos.
SEXO: Masculino.
ORIENTACIÓN SEXUAL: Antrosexual.
RAZA: Demonio.
GRUPO DE PERSONAJE: Hitmen.
NACIONALIDAD: Alemana.
DISTRITO: Euphium.


La agonía que sientes cuando se está acabando tu vida, no es tan placentera cómo aquel desgarramiento que se escapa de tus labios. La sensación de que vas perdiendo poco a poco la existencia, se aferra al profundo deseo de poseer entre tus manos una salvación. Ruegas por tu vida, pero parece que entre más rogarás aquel que está apagando la última llama de tu existencia lo disfruta hasta el extremo. Y no es mentira, porque aunque le conociste, lo viste e incluso lo palpaste sin ninguna emoción en su rostro, aquella cínica sonrisa comienza a aparecer en tus labios. Y piensas que es mentira, que todo lo que has vivido ha sido sólo una fantasía. Porque no todos aquellos que nacen en la tierra, son buenos, debes de temerles, huir de ellos. Y Pyro te muestra, que todo lo que has vivido hasta ahora son mentiras.

Pyro es el demonio de la mentira, de la falsedad; aquel que te engaña con pocas palabras, y te abraza en un mundo de fantasías. Te sumerge a un sueño sin fin, que conseguirás hallar la agonía al estar casi ahogándote. Porque sientes que tu mundo se va a acabar —y no es falso—, es correcto; porque poco a poco te va quitando la vida. Juega contigo, disfruta de tu sufrimiento. Pero de ese sufrimiento que abarca con todos, con todo. Es venenoso, aquello que arranca de su garganta posee vida propia que no durara un solo segundo en decirlo con franqueza. Directo, tanto así que su viperina lengua tarda 0,1 milisegundo para decirte lo que piensa, así sea bueno o malo él te mostrará de que estás errado, por mucha razón que tengas te equivocaste y punto. ¿Qué tiene de divertido hablar con alguien tan cerrado de mente? Nada.

No dudará en dejarte hablando sólo si no beneficias para nada dos cosas de su vida: la curiosidad u la incertidumbre. Debes de despertar alguna de ambas, de lo contrario, te dejará allí, botado, cómo un libro seco que no influye en nada, ni en nadie. Porque realmente no lo haces, Pyro funciona con la curiosidad, fue un ser que estuvo toda su niñez encerrado en cuatro paredes, que disfrutaba de la tortura que le hacían a él mismo, y que gustaba de jugar con las cadenas que ataban sus piernas, por lo que todo despierta curiosidad, pero no una normal, una retorcida; que te hace arrepentir de tus propias palabras. Porque sí la despiertas te seguirá hasta el fin del mundo, sí te las guardas para ti mismo te ignorara. ¿Qué piensas que es mejor? ¿Qué te siga o que te ignore? Porque tenerlo a tus espaldas o como tu enemigo…

Nada bueno traerá.

La mejor forma de librarte de él, es nunca conocerlo.

Pyro es amante del humor negro, de las bromas pesadas que van ligadas siempre a las debilidades de los demás. Porque le gusta burlarse de las personas, aun, utilizando un tono tan sarcástico que hiere e irónico que convence. Porque su presencia dicta ello. La fuerza que lleva sus palabras, hace que los demás caigan en una abertura sin fin. Es propenso a enojarse con facilidad, sobre todo cuando le despiertan. Tiene una paciencia relativamente larga, cuando esta no se ve involucrada con situaciones que son de su mayor interés: dormir, por ejemplo. La lectura puede ser también su pasatiempo que conllevaría a hacerle enojar o estar de mal humor, pero no todo el día, en ocasiones que despierta y tiene que soportar más allá de simples tareas hacen que los perros bravos del vecino sean lindos cachorritos.

No toques su cola, porque puede explotar. Y no dudará en un segundo en borrar del mapa a aquellos que abusaron de su confianza.

Pyro no es leal, no es un perro que puedas amarrar tu correa hasta la muerte. Porque tiene colmillos, tiene garras que por mucho que parezcan defenderte se apretaran contra tu mano sin la menor duda, sin el menor problema para arrancarte todo lo que este en esta. Se lleva por delante órdenes que no quiere acatar, sin embargo, que le tocan obedecerla. Lo hará sin la menor duda, porque solamente es un perro leal, es un demonio más que pertenece a esa familia, pero un día de ellos soltará sus cadenas para golpear, y llevarse todo por delante sin la menor duda posible.

Sí fuese por él, acabaría con todo el sistema político que lo opresión, eso, conlleva a una revolución con la familia Brahimi sin lugar a dudas. Un golpe de estado, lo llamaría él.

Sin embargo, es sobreprotector, debería llamarlo posesivo con objetos —u últimas personas— que son suyas, y de nadie más. Pyro lo ha sabido siempre, lo celoso que es con sus cosas, mucho más, que le pertenecen a él nada más, sin importar quienes sean, ni que jerarquía tengan. Sí ya desde primera vista, deseo que sean suyas, y lo son… nadie tiene porque arrebatárselo de encima. Su posición de guardaespaldas no se la ganó por el bien, se la ganó por una orden, y eso incluía colocar a un lado todos sus oscuros deseos para poedr vigilar su crecimiento. Porque no es leal a un poder político, pero lo es, cuando hace una promesa con alguien quien literalmente le salvo la vida.

Porque no fue sólo el liberarlo de las cadenas, fue abrir su mente, y mostrar que en el mundo no existe alguien totalmente malo, detrás de él, siempre hay una luz. Aunque esa luz se apagó, esa misma, le aseguró que debía de dar su vida por su objeto más preciado, y es lo que actualmente hace. Pyro no lo demostraría, pero sí es dar su vida por su amo, lo haría. Porque fue una promesa, y los demonios por más que mientan, cumples sus promesas —o sus contratos—.

Extrañamente se le ve con una sonrisa entre los labios, en ocasiones lo hará cuando se encuentre sólo leyendo, o cuando vea algo que realmente le guste —animales, por ejemplo—. Se concentrará tanto en esos objetos que puede sonreír, aunque esto por más retorcido que suene, no es bueno que sonría, y sólo lo hace por dos situaciones: estar frente a la muerte, y acabar con una vida. Y cualquiera de las dos, muestra una cínica sonrisa que le hela la piel al mismísimo dios de la muerte. Sin embargo, los animales parecen amarle, sobre todo los gatos que se acurrucan en sus piernas cada vez que lo ven.

Bien dicen que los gatos son como dioses, no es mentira.

Es frío en su tacto. Sobre todo cuando la gente a su alrededor piensa que es un simple “guardaespaldas – mayordomo”. El tacto con sus palabras es frío, arrogante pero sobre todo posee esa soberbia que sólo algunos mayordomos están orgullosos de utilizar. Sobre todo, cuando corrige acciones que su “amo” no debería realizar, no en medio de una gran cumbre de personas. Él por su parte, actúa de lo más natural, hasta quedar totalmente solos, porque su viperina lengua le empujar a hacer bromas, bromas que no terminan para mucho cómo deberían terminar.

Al menos las peleas siempre terminan en un cómodo lugar, y alguno de los dos terminará gimiendo entre las sabanas. Sí es que no ambos.

Cuando te encuentres con Pyro hay algo que siempre debes de tener en mente: Sí le da migraña, corre.


Mira que a veces el demonio nos engaña con la verdad, y nos trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes.

Pyro, el demonio de la mentira, quien engaña a los demás a través de falsas melodías. No sabe cuándo nació, en dónde creció y mucho menos que hacía en la tierra. Sólo sabía que tenía un nombre, le habían denominado así, y fue lo que menciono cuando le ordenaron hablar. Cadenas en sus pies, cadena en sus brazos. ¿Un esclavo? Probablemente uno. No tenía permitido dar su opinión, poder decir abiertamente sus pensamientos. Y nadie quería comprarle por su apariencia. A simple vista era obvio lo demonio que era, a simple vista, podría aterrar a todos sus compradores. Aunque todavía fuese un niño, silencioso, sin una meta en su vida, seguía siendo un demonio.

El demonio de la mentira.

Pero te advierto que el dios que invocaba es sólo polvo y ceniza, y al invocarle lo confundía de extraña manera con el propio demonio que le engendró a él.

Su primer amo, quien dio dinero por él, sólo le quería por su extraño cuerpo. Se había convertido en un incauto demonio quien era el saco de boxeo de su hijo. Golpes, le hería, le dolía, no podía hablar y sentía la gran presión en su estómago. ¿Qué ocurría? ¿Qué era lo que sentía? Alguien como él que no quería ver nada más, que no quería sentir nada, que quería irse al infierno, o a donde fuese que nadie le molestara. Vio la puerta de nuevo abierta, sintiendo que venían a asesinarle, pero lo único que logro ver, fue el rostro de una mujer, con una bandeja de algo que nunca había visto delante de él.

Una buena mujer, que incluso cayó en el encanto del demonio.

Antes o después, a todos nos llega en esta vida un demonio propio que nos persigue y atormenta y al final de cuentas hemos de luchar contra él. Pero mientras más luchas contra él, más te debilitas. Porque las conexiones contra el infierno nunca eran rotas. Y cuando él logro abrir sus ojos más allá que sentir profundos deseos de venganza, todo lo que esa familia había construido se derrumbó. El demonio que habitaba dentro de Pyro se salió de control, se fue contra todos aquellos que le habían hecho sufrir, había sabido su verdadera naturaleza, había sentido la gran fuerza que sus poderes poseían.

Se había vuelto, un verdadero demonio. Todos aquellos recuerdos que nunca tuvo, aquel nombre que tanto había sonado.

Se había vuelto, su vida.

¿Libertad? Tal vez no la tendría, pero él, no era juguete de nadie. Y sí alguien se merecía que le pisará, sería alguien con mucha más fuerza que él, o alguien… que supiera utilizarlo. Y la familia Brahimi fue suficiente para controlarlo.

Luego del asesinato de aquella familia, volvió a estar incauto entre los demás esclavos. Expuesto entre compradores desnudo, fue observado por la cabecilla de aquella familia de la élite, quería tenerlo entre sus manos, quería tener un demonio con aquellos ojos que brillaban en sed de sangre, deseaba tener entre sus manos a un verdadero asesino.

Mátalos a todos, y serás libre. Yo, te liberaré.

Todavía recuerdas las palabras de aquel hombre. La sangre que corría por sus venas. Se sentía libre, luego de una orden había actuado con imprudencia, pero aquellos que le acorralaron, aquellos que le pusieron cadenas veían con horror aquel monstruo que habían estado dominando, pero nunca le quitaron los colmillos, nunca perdió las garras.

Y se volvió en su contra.

Brahimi observó lo que había hecho, estiró su mano con una gran sonrisa —. A partir de ahora, eres mío. ¿Mío? ¿Qué significaba? No lo sabía, pero estaba seguro de que se volvería algo digno de presenciar, digno de ver. Quería seguirlo, porque nunca antes alguien le había ordenado que asesinara a alguien más, nunca antes había hecho lo que fue impulsado a hacer.

Era un demonio, y allí, veía su verdadero potencial.

Brahimi una prestigiosa familia de la nobleza, con antecesores en el parlamento, y dispuestos a llevar a más herederos para que siguieran con aquel recorrido. Él, terminó siendo parte de aquella familia: Düsternis fue el apellido que le otorgaron, no sabía para que servía, pero tuvo que utilizarlo, aprenderlo, manejarlo. Así cómo idiomas, literatura, historia, matemáticas, ciencias, cualquier tipo de educación fue implantada durante sus primeros días.

Pero también, fue enseñado en lucha de artes oscuras, artes marciales e incluso en técnicas de asesinato con asesinos profesionales que trabajaban bajo el nombre de aquella familia.

Él había sido tomado con el simple propósito, de quitarles la vida a los demás. ¿Y le afectaba? Al contrario, lo consideraba como un verdadero placer.

Pero había algo que le controlaba, algo que no le dejaba caer totalmente en aquella desgracia. ¿Quién era? La esposa de la cabecilla de esa mansión. También tenían un heredero, su hijo menor, pero él, era cómo su otro hijo. Al ser el más pequeño, siempre era tratado cómo un igual, la primera comida que le ofrecieron, la sonrisa que le dedico, y su voz antes de ir a dormir. Las historias, el collar, la frase, la ropa… todo, se lo debía a ella.

A ella, que una vez desapareció. Y no volvió más.

¿Larga historia? Lo era, había alguien que podría contarla con más detalle. Su hijo: Hakim Brahimi.

Pero secretos en la familia nunca faltaron. Todas las familias ocultaban muchas cosas, y esa no era la excepción. Secretos que pocos dentro de ella sabían, secretos que los habían hecho comportarse cómo lo que eran en un pasado. Secretos que liberaban toda la bestia interior de cada miembro de aquella gran familia de la élite. Porque nunca había una familia que estuviera totalmente limpia. Nunca nadie antes había estado tan limpio, y había brillado con elegancia su vida.

Todo en esta vida estaba oscuro, y él era un demonio que obedecía a otros demonios.

Para sobrevivir.

Un esclavo, que pronto se convirtió en un asesino de una de las más prestigiosas familias élite, pero que también, terminó delante de quien sería su único motivo de vida. ¿Tal vez era mucho llamarlo así? Pero no lo veía de otra manera. Sí existía alguien que podría llamarle perro, que lo hiciera. Porque literalmente así lo era, por más que fingiera un tipo de vida diferente, siempre estaba allí para alimentar su ego, a pesar de todo. ¿Lo valía, no es así?

Hakim, no sólo era su hijo, también… ¿era su amante?

Porque ese era el mayor secreto de la familia Brahimi, algo que nacía desde las raíces. Sólo sucedió, encuentros nocturnos, diversiones más allá de un simple roce. Porque cuando lo denominaron asesino se alejó mucho de ellos dos, pero cuando fue degradado a su guardaespaldas la relación comenzó a ser mucho más… tensa. ¿Y para romper la tensión no es mejor besarse?

Eso lo pensó él, y al parecer Hakim no estaba en desacuerdo.

Podrían odiarse, maldecirse hasta que alguno de los dos estuviera seguro de que el otro le escuchara. Pero en la cama podría arreglarse todo. Porque podrían saciar solamente el placer que sienten.

Pero él sabe que no es sólo placer. ¿Una obsesión? Probablemente…

Y una enfermiza. Qué no sólo ocasionaría la desaparición de una familia de la élite, porque a un perro salvaje, la única forma de domarlo…es matarlo y guardar su cadáver en tu habitación.

Y él, era un perro salvaje; que quería acabar con la familia Brahimi.

Pero también… quería cumplir sus deseos, los deseos de ella… Y tal vez, de él. Porque no todos los demonios son tan demonios.

Sólo que algunos, realmente necesitan de un psiquiatra. ¿El comienzo de un enfermizo amor? Yo lo llamaría, solamente una pasión.


Generación de ácido: Es la capacidad que posee el usuario para generar ácido que puede manifestarse a través del tacto o por medio de un objeto.

HABILIDADES | DEBILIDADES

• Tiene la capacidad de trasmitir ácido que recorre por su cuerpo a través de su propia sangre; para esto, la sangre debe de tocar a algún usuario para que surta efecto en un mínimo de dos segundos. De lo contrario su propia sangre en el aire se pulverizaría cómo sí el mismo ácido la estuviera matando. Él no es capaz de herirse con su propia sangre y, debe de alimentarse de esta (a pesar de ser demonio) para mantener un balance en su sangre y el ácido que vive dentro de su cuerpo.


—No tiene recuerdos del infierno. Despertó en la tierra, con un nombre en su mente que resonaba entre voces en las tinieblas. Su apellido fue otorgado por la familia en la que actualmente trabaja.
—Era un esclavo. Fue liberado de sus cadenas gracias al líder de la familia Brahimi. Aun así, todavía tiene cadenas en sus piernas al trabajar para ellos.
—Considera a la libertad como una de sus metas para desaparecer totalmente del mundo.
—Aunque no lo parezca, posee comportamientos y la educación de un mayordomo cuando se encuentra delante de su amo y tiene compañía. De lo contrario, se comporta como usualmente es, y no duraría ni dos segundos en lanzarse para discutir, pelear o terminar en la cama.
—Es versátil, no le molestaría estar arriba o abajo. Nunca le ha importado realmente.
—Sufre de los fetiches: Sadismo (experimentar placer erótico al provocar dolor físico o humillación en la pareja) Vampirismo (excitación sexual proveniente de la extracción de sangre) —por lo que no es raro que se encuentre mordiendo a alguien en la acción—. Y Altocalcifilia (atracción por los zapatos de tacones altos).
—Tiene conocimiento en varias artes mixtas para sus trabajos. La mayor cantidad de artes que conoce son asiáticas: Thai Chi, Kenpo, Hou Quan, Kung Fu, Taekwondo, Eskrima, Kajukenbo, Kathakali, Aikido, Budo, Judo, Taijutsu, Okinawate y Muay Thai.
—Sufre de Blenofobia, aversión a la viscosidad por lo que el lugar más limpio que puedas encontrar en la gran mansión es en definitiva su habitación.
—Sufre de migraña, usualmente el dolor llega con fuertes recaídas mentales, y otras veces explota sin control. Usualmente prefiere tomar una siesta o descansar sus energías antes de poder perder el control.
—Se alimenta cada vez que sale a trabajar de las almas de sus víctimas, aun así, todavía no ha visto un alma que sea digna de ser su alimento.
—Es amante del hijo de Brahimi. Aunque su relación no pasa de celos para poder jugar con él, o sacar de las casillas a este mismo, y de la cama. No se considera sentimentalmente —sí es que esto existe—, apegado con él. Aun así, que él no se sienta así, no significa que no lo esté.
—Es posesivo, lo suficiente para dejar marcas de sus dientes en el cuello y dónde todos la puedan ver.
—Puede pasar fácilmente como una mujer a través de ropas elegantes asiáticas, incluso sus labios son fácilmente confundidos con los de una mujer. No es un asunto que le moleste, aun así, le causa suficiente gracia cuando se enteran de que es hombre.
—Sus cejas son cortas, y pequeñas. Para él son realmente atractivas y las cuida lo suficiente.
—El cuerno que sobresale de su cabeza ha estado allí desde que tiene memoria. Nunca ha luchado por hacerlos desaparecer o parecer alguien más delante de los demás. De hecho, sí necesita ocultarlos se coloca una gorra dónde nadie los pueda ver, aun así, prefiere tenerlos al aire libre.
—Fuma una pipa de color azul alargada. Usualmente se le ve con ella entre sus manos cuando está descansando. No se le ha conocido fumándose algún cigarrillo.
—Tiene el sueño pesado. Realmente pesado.
—No soporta la comida picante, es intolerante a ella.
—Usualmente se le ve con un garrote de color negro grande, el cual blande con bastante facilidad por su fuerza demoniaca.
—Alrededor de sus ojos, parece nacer una sombra de color carmín, que se mezcla con facilidad a pesar de lavarse el rostro o dormir, siempre la tiene. Nació con ella. Cabe mencionar que sus orejas son puntiagudas de nacimiento.
—Ama los animales de la tierra, si fuese por él tuviese un zoológico en su habitación.
—Un par de colmillos pequeños se escapan de sus labios, son esos colmillos que marca con facilidad en la piel de su propiedad. Aunque nunca admitirá que es por celos o deseo. Lo hace porque le da la gana y punto. Eso dice.
—Una vez trabajo de barman para una misión. Por lo que es capaz de mezclar los tragos con bastante facilidad.
—Tiene una obsesión con la limpieza, después de todo odia el polvo o la suciedad.
—Posee un jardín en la parte de atrás de la mansión suyo, muchos piensan que es imposible entrar ahí y salir con vida. Un jardín de plantas carnívoras que han sido modificadas genéticamente por sus investigaciones. Las plantas le adoran.
—Muchos afirman que es el perro de Brahimi. Realmente le da igual cómo le llamen, otros han sido tan atrevidos de afirmar que una correa realmente le falta cuando salga a pasear con su “amo”.
—Tiene varios peces bailarinas. Están realmente gordos y grandes, después de todo viven tragando.
—Viste una yukata negra asiática, le ha gustado siempre la cultura asiática.


NOMBRE DEL FÍSICO: Hoozuki
ORIGEN: Hoozuki No Reitetsu