Thomas Nicholls | ID

Thomas Nicholls
30 años aparentes — reales desconocidos
Masculino
Pansexual
Hibrido { Humano | Demonio }
Reedem — Coronel / Lider Freiheit
Norteamericano
Utaea


Cínico, sarcástico, irónico, cruel, desinteresado, narcisista. Thomas es el tipo de sujeto con el cual no esperas relacionarte más allá de unas pocas horas, una noche, unos minutos; nada. Posiciones, riquezas, poderes, naturaleza; todo aquello que conforma a una persona, que le entrega un lugar en esta sociedad, aquellas cualidades que en aquel mundo entregaban la oportunidad de los privilegios. Todo aquello para Thomas era lo mismo que la basura, no valen nada, si aquel que los posee no vale la pena. Porque las consecuencias le son indiferentes, las diferencias en poder o estatus le valen tan poco como la existencia de quienes le rodean; él experimenta, él prueba, él presiona.

Él escarbara en tu interior hasta que la bestia que todos guardan se presente ante sus ojos.

Impresionarlo no sirve de nada, es indiferente, es desinteresado, es un sujeto que simplemente no da la suficiente importancia –si es que ha algo puede darle importancia– que otros considerarían necesarias ¿para qué? Si le preguntas solo te responderá que nada de eso sirve, en la guerra eso no son más que juguetes, armas de plástico contra las garras, contra los colmillos ansiosos por incrustarse en la tierna carne de los incautos. No considera que este mundo tenga algo de considerado valor, porque simplemente todo cae, todo se pierde, todo se ve consumido en las llamaras de aquel nauseabundo infierno.

Lo único que puede considerar merecedor de un reconocimiento, de respeto, de importancia es la fuera, es la voluntad, la tenacidad, la aceptación de aquel mundo al que debían adecuarse, en el que se debía vivir; y sobrevivir.

“¿Quieres llorar? ¿Implorar clemencia hacia la criatura que sujeta tu cuello con más fuerza? ¿Huir del infierno que consume tu existencia en una agonía tortura? Anda, llorar. Pero recuerda que este mundo devora. Que este mundo destruye. Llora por una existencia que no tiene importancia, por la agonía de un espíritu débil.

Llora, mientras yo te devoro.”

No es alguien misericordioso, amable o bondadoso. Si tiene que aplastar tu cabeza, arrancarte el corazón o destrozarte para avanzar, ten por seguro que –sin importar quien demonios seas– se asegurara que tu putrefacto cadáver le sirve como alfombra para su caminar. Alguien que tiene en claro el camino que se ha propuesto seguir, alguien que le valen poco y nada los intereses y necesidades de otros, los objetivos altruistas o no de la causa que vaya a seguir o destruir. Si esta en ese lugar, plantado sobre sus pies con convicción, con seguridad, rebosante de soberbia es solo por tres simples razones; quiere, puede y lo hará. Y nada ni nadie puede interferir en su camino, porque no lo tolera, no lo perdona, porque el afecto y los intereses van por separado. Porque es capaz de desgarrar la yugular de aquel que prometió proteger si este se planta en su contra.

Sin embargo es seductor, un hombre con encantos, con movimientos sutiles que engatusan, seductores, manipulador por naturaleza. Alguien que te sonreirá, te extenderá su mano, envolverá tu cuerpo en un cálido abrazo, te permitirá sentir aquella paz de una protección… te acunara en su pecho mientras lentamente destruye tu alma, consume tu espíritu y se apodera de todo lo que eres. Porque para poder estar cerca de él, para poder llevarse, para poder relacionarse, debes ser capaz de seguir su ritmo, de mostrar la misma tenacidad, de mostrar la misma sangre fría. Porque no tolerara la debilidad, el llanto, la agonía.

Porque destruirá a las miserables criaturas que intentes pedirle misericordia.

“Permite que te consuele, mientras consumo el débil espíritu de tu cuerpo”


¿Cuándo sucedió todo? ¿Cuándo el mundo cayo en su miseria? ¿Cuándo se dejó consumir por el infierno que tan férreamente resguardaba? Siempre. Siempre fue así, siempre estuvo, siempre se consumieron en su miseria. ¿Qué todo fue obra de unos pocos humanos? ¿Qué aquel infierno llego cuando esas experimentaciones comenzaron? ¡Patrañas! Todo inicio en el principio, el hombre inicio su infiero en el mismo instante que llego al mundo; se consumió en la oscuridad al dar su primer suspiro.

Los demonios siempre estuvieron presentes, las criaturas oscuras siempre vagaron entre los humanos. El infierno siempre estuvo entre ellos, no lo veían, no lo querían ver.

Pero estaba.

Thomas lo sabía, siempre lo supo; lo veía, y lo seguía viendo.

Su madre, por ejemplo, una mujer hermosa, perfecta, preciosa, delicada, encantadora. La puta de un demonio, rebajándose a los placeres carnales de aquella criatura, ansiando, suplicando por el placer que le entregaba. Mujer que con un aspecto tan refinado, tan delicado, sucumbía a las tentaciones, a las necesidades mundanas de su cuerpo.

Muchos dirán que aquel demonio la provoco, tal vez. Pero ella se dejó tentar, ella acepto la tentación y sucumbió, por su debilidad; por la debilidad humana.

La tonta debilidad humana.

Cuando aquel demonio se enteró de su existencia, de su futura existencia, la abandono. Porque no aceptaba un hijo, no deseaba un niño nacido de una humana ¿Por qué desear una criatura que no tenía entretenciones de reconocer?

Pobre mujer humana, ingenua mujer que creyó tener el amor… de una criatura que no conoce de amor.

[—]

“Una historia interesante… pero estúpida”

Thomas fue dejado por aquella mujer como después de nacer, abandonado como la criatura culpable de su abandono, de su miseria. Mujer que solo ansiaba recuperar lo perdido, cayendo en la maldad de la humanidad, embargada por su miseria, por su agonía, por su oscuridad.

Aquel hijo nunca deseado no representaba nada en vida de nadie, un niño que no era humano, que no era un demonio. No surgió del infierno, no fue concebido entre humanos.

Era nada y era ambos.

Niño que fue encontrado por una vieja anciana, una vieja curandera ya abandonada por la sociedad. Mujer que vio lo que era y no temió, que pudo saber su procedencia y solo lo adopto. Él porque es algo que esa anciana se llevó a la tumba… varios años después.

[—]

Los años habían pasado tan rápido, tan acelerados que, antes de darse cuenta, Thomas estaba frente a la tumba de aquella mujer que le acogió. La humana que le brindo un lugar al cual volver, que le hizo un algo cuando no era nada; que le hizo ver y aceptar su naturaleza, de enorgullecerse y usarla a su favor. Porque tenía todo de ambos mundos, el poder de un demonio, pero era débil como los humanos.

Que tonta y patética mezcla.

Sin embargo era estúpido discutirla, era tonto ir en contra de ella. Aun en medio de aquella guerra, en medio de aquella destrucción, Thomas solo podía observar la tumba de quien considero su protectora.

Pobre mujer, consumida por la oscuridad de su gente. Mujer muerta por el infierno que sus iguales provocaron.

Mujer que sucumbió ante aquella guerra.

“… guerra tan divertida”

[—]

El mundo se caía en pedazos, era algo fácil de ver; criaturas de todo tipo finalmente alzando sus cabezas. Que patéticas, que miserables seres que se presentaban ante los humanos; enorgullecidos, atiborrados de la seguridad de seres superiores. Engendros que ansiaban tomar la oportunidad que otros han obtenido. Carroñeras criaturas que solo se regodeaban en la miseria, que desaparecerían cuando todo aquello terminara.

Criaturas que bajarían s cabeza una vez más cuando el mundo volviera a adoptar el ritmo perdido.

Los demonios alzándose como reyes, tomando el poder y la riqueza que los humanos una vez obtuvieron.

Humanos bajando la cabeza, doblegándose ante el poder de criaturas menores.

No todo puede continuar eternamente.

Aquella época tendría su final, así como la de los humanos. Era un ciclo, un círculo vicioso que no tenía fin. Uno del que Thomas deseaba tomar parte, uno del cual ansiaba ser el principal espectador.

[—]

“Llegara el día en que los demonios vuelvan a bajar la cabeza, ocultándose entre las hombres. El día en que los humanos tomaran el poder que perdieron y se alzaran cuales reyes.”

Reedem le entrego la oportunidad que deseaba, la oportunidad de observar aquello que rodeaba su entorno. Su posición facilitando su diversión, presto su poder para una causa que consideraba inevitable, algo que sucedería tarde o temprano. Intervenir fue una elección, ser parte solo fue un deseo, un capricho mundano.

“Si, los humanos se volverán a alzar…. Pero no tardaran en volver a caer, otra y otra vez”

¿Qué tan divertido puede ser aquel círculo vicioso?


Desarrollo de un alter-ego. Es la capacidad que permite desarrollar una doble personalidad de forma natural, esta segunda personalidad probablemente posea una súperfuerza mayor a la cotidiana.
Su alter-ego lleva el apodo de Killian, por aquel gusto insana de matar a toda criatura que este a su alcance. Al parecer es su parte demonio tomando completo control de su cuerpo, aumentando su fuerza, agilidad y rapidez de reacción.
Al ser mitad humano esta habilidad se ve imposibilitada o difícil de seguir evolucionando. Cuando su alter-ego aparece, es muy difícil que pueda mantener el control sobre este, en especial recuperarlo. Se vuelve salvaje e incontrolable, por lo que se le tiene que derrotar para que pueda volver a un estado normal.


—A pesar de su actitud despreocupada y falta de responsabilidad, es un hombre que no tolera fallas o fracasos en las misiones que deba llevar adelante con sus hombres.
—Ve a los soldados como marionetas, juguetes desechables, meros peones que mueve en el campo de batalla. Porque antes de siquiera lanzarlos a la batalla, ya sabe quiénes morirán y quienes regresaran, porque de deshacer de los ineptos asegurándose de que sean de utilidad para su trabajo.
—Con una lengua filosa, sus respuestas pueden rondar entre el sarcasmo, la ironía, el cinismo y el egocentrismo.
—Abrumadora y arrolladoramente directo. Alguien que no se guardara sus opiniones o ideas, que las dirá aun si estas pueden resultar hirientes o crueles.
—Tiene un especial cuidado de su aspecto físico, ¿Qué? Se ha mencionado ya que es un narcisista engreído.
—Bastante listo, alguien con una mente bastante activa y de rápido pensamiento. No cae en la presión y puede llevar adelante situaciones de riesgo sin perder la calma.
—Es difícil discernir si tiene algún temor, por más mínimo que fuera. La muerte, claramente, no es uno de ellos; ten por seguro que estará más que dispuesto a morir por el único capricho de descubrir que hay más allá… pero no esperes que te deje el camino fácil.
—Tiene una gran habilidad en el combate cuerpo a cuerpo, artes marciales mixtas y diversas artes de lucha que aprendió con los años.
—Detesta sudar. En serio, no lo soporta. Eso puede llevarlo a bañarse unas cuantas veces al día, especialmente si tiene que hacer algún entrenamiento.
—Suele tomar, aunque no en exceso, es alguien que disfruta de un buen trago en varias ocasiones.
—Suele llevar una espada, la cual puede manejar casi a la perfección, sin embargo no suele usarla en batalla ¿el motivo? No cree que alguna criatura sea digna de morir con el filo de su espada.
—Es sádico, realmente sádico. Las batallas parecen avivarlo, excitarlo y descontrolarlo. Son en esas pequeñas ocasiones en las que se puede ver a un verdadero demonio, una criatura sedienta de sangre, ansiando escuchar los gritos de lamentos de sus presas.
—Es un hibrido, posee un poco de ambas razas, por su parte humano tiene la imperiosa debilidad –a su consideración– de experimentar cada sensación a grandes niveles. Orillándolo al descontrol.
—En momentos de desenfreno, de gran fogosidad, puede perder el control sobre sí mismo. Puede costarle volver a consciente, sin embargo esto deja un fuerte y constan dolor de cabeza. Esto lo lleva, muchas veces, a evitarlo y tener especial cuidado de que esto no suceda.
—Tuvo la oportunidad de reencontrarse con su madre… a quien elimino por mero placer. Simplemente porque la mujer estuvo en el lugar y momento equivocado de su vida. No siente el menor remordimiento por su perdida.
—No ha encontrado a su padre, aunque tampoco tuvo intensiones de buscarlo, por lo que simplemente le es indiferente.
—Suele tardar en reaccionar al apelativo Coronel, sin embargo esto muchas veces se debe a que no se ha terminado de acostumbrar. Y porque las voces que lo llaman de aquella forma suelen cambiar con mucha frecuencia.
—Le gusta el sexo, disfruta de este y no perderá la oportunidad de disfrutarlo.
—A la única persona a la cual realmente pudo respetar fue a la mujer que se hizo cargo de él hasta el día de su muerte.


Toma
AMNESIA
Nada