D O G G Y —René.

NOMBRE COMPLETO: René Rupert Deutscher.
EDAD: 29 años.
SEXO: Masculino.
ORIENTACIÓN SEXUAL: Antrosexual.
RAZA: Híbrido [Vampiro — Licántropo]
GRUPO DE PERSONAJE: Mascotas.
NACIONALIDAD: Alemana.
DISTRITO: Euphium.


No sabes lo que realmente oculta ese rostro inexpresivo detrás de las gafas que porta en las aulas de clases. Le ves caminar de un lado a otro y sientes tanta curiosidad que no dejas de seguir sus pasos. Es atractivo, posee esa aura de seducción que no te hace despegar sus ojos de él. ¿Qué es lo que tiene ese docente que otro profesor no tiene? Esa la sonrisa amable que le muestra a todos sus estudiantes o tal vez es el carisma con el que encanta a un montón de jóvenes para aprender las matemáticas. Odias las matemáticas, pero estás allí en su clase, preguntándole un montón de veces la misma pregunta y él no se enoja, se acomoda a tu lado explicándote paso por paso como si de matemáticas de primaria se tratasen. Quedas engatusado, su voz es seductora, dulce, melodiosa como la de una canción pegajosa, por esa razón hay tantas personas que luchan por conseguir un cupo en matemáticas básica. Recuerdas la vez que pasaste por cálculo. ¿Eran cuantos? ¿Diez? No, eran menos los que tomaban sus clases. Él le dedicaba tiempo largo a cada estudiante, todos le preguntaban, la clase giraba a su alrededor y quisiste saber mucho más de él. Comenzaste a seguirlo, a hacer una libreta de apuntes para poder saber quién era ese docente que tanto te encantaba.

Te engatusó lo suficiente, para caer en sus garras. Pobre niño idiota.

René es increíblemente amable con todas las personas con la que trata. Lo ves en el campus escolar conversando con todos los alumnos que fueron y siguen siendo sus alumnos más preciados, sabes, que para él, los alumnos van primero que el profesor, intenta enseñarle a todos, trata a todos sus alumnos como deben ser tratados. Sabes que es el mismo trato para todos, pero sueñas que a ti te trate diferente porque piensas que lo está haciendo. Él, está siendo más amable contigo, más cariñoso contigo, se acerca milímetros más cerca de ti. Tienes que cazarlo, tenerlo entre tus manos. Porque René, es increíblemente magnifico. Camina a través de los pasillos, observas que es algo torpe, en ocasiones se olvida de hojas de exámenes y en otras es capaz de darle respuestas a los estudiantes de la forma más inocente. Indulgente, lleva un lado de él bastante feliz y te das cuenta de que aleja su vida privada de la de los demás. No parece que estuviera tan interesado de formar una relación con sus estudiantes, ves que simplemente está allí, feliz, con una sonrisa entre sus labios dedicándosela a todos los demás.

René es responsable, escuchas pocas quejas de los demás docentes de él. Nadie puede odiarlo, simplemente se da a querer de la forma más fácil del mundo. Humilde, directo, es increíblemente lo formal que es, pareciese que fue educado entre paredes de oro, pero nunca presume de ropa, siempre lo ves tan casual, caminando con sus grandes anteojos y su cabello peinado, pero nunca alborotado. Ese día decides seguirlo. Quieres conocer más de él, dónde vive, sabes que tiene una motocicleta. ¡Es increíble esa hermosa maquina entre los brazos de tu amado! Lo sigues, detrás de él en un auto que papi te compró, te parqueas unas avenidas detrás de dónde tu amado se parqueó, te bajas, asustado por lo que estás viendo. Es un barrio bajo, de baja categoría en el propio Euphium. Cada vez que te vas acercando ves a gente con ropa ordinaria, personas que simplemente pasan sus días por ahí. Cerca de dónde parqueaste hay carros pasables, pero no elegantes. Piensas regresar, pero… simplemente no puedes. Piensas que René da clases a niños pobres, ¡qué buena persona es! Cada vez que te vas acercando a dónde él entro te das cuenta de que es un pub, que cuando entras, el aroma a sexo te invade las fosas nasales. Volteas a dónde volteas intentando encontrar a tu maestro.

Pero lo que ves, te deja helado.

Detrás de la barra, con una ropa un poco mejor formal más parecida a la de los cantineros tu maestro se encuentra limpiando vasos, ya no tiene esas gafas que tanto te encantan, se ve con una mirada mucho más fría, más calculadora. Saber que tiene una malicia porque la picardía que demuestra entre sus ojos te hace derretir. Es increíblemente mucho más hermoso así… ¡qué cuando lo viste en la escuela! Te sientas lejos, en una mesa dónde puedes observarlo, el lugar se llena de gente, tú bebes y bebes sin apartar su mirada de él. Lo ves quitarse el delantal de su cintura observándole como camina detrás de la barra hasta desaparecer de esta. Le sigues con la mirada y piensas que es hora de salir. Tambaleándote, logras escuchar algo que venía de los callejones. ¿Qué fue eso? Curioso te asomas en uno de ellos quedándote helado. Él está allí, acorralado en una pared gimiendo. Manos que nunca antes habías visto estaban tocándole. Lo veías tan adorable, tan… intimó. Escuchas como gime, aferrándose a un cuerpo sin querer soltarlo. Él está mostrando una cara que nunca antes habías visto, satisfacción, deseo, ganas de tener cada vez más. Pide, entre gemidos que le dé más fuerte, que lo necesita, que jamás lo suelte. Piensas que tu profesor está solo, que necesita más de ti. Porque cuando logras darte cuenta de lo que estás haciendo estas tocándote a ti mismo, sintiéndote miserable ahí porque te masturbaste pensando en tu profesor, en lo que él puede causar en ti.

Pero cuando vuelves a ver, deseas ver ese rostro ves un charco de sangre, tu maestro bañado en esa sangre que tanto deseabas evitar, lo ves envolver sus dedos dentro de sus labios. Observas que tiene una profunda herida en el cuello… ¿Lo hizo con los colmillos? No, garras. Un lobo, observas esa maldad detrás de sus ojos, ese profundo deseo de sangre. Das dos pasos hacia atrás pero pisas un gato que aúlla su mirada es dirigida hacia ti…

¿Qué más puedes hacer? Huyes.

Pero nunca fuiste más rápido que él, nunca fuiste más astuto. Te perdiste entre los callejones de esa vaga ciudad, deseando que no te encontraras. Pero estabas cara a cara con la maldad, el disfrutaba cazándote, porque era un cazador nocturno, disfrutaba que las presas huyeran, pero también, deseaba abrir las piernas a esas presas que serían su comida de la noche. Gimes, golpeas todo lo que está a tu alrededor y sientes algo cálido caer en tu cuello. Escuchas su llanto, como te llama por tu nombre, siente que estás a salvo, que intentaras esconder el secreto porque realmente lo amas.

Pero ese amor, te mató.

Lo último que la gente recuerda de ti, es tu asiento vacío en la clase básica de matemáticas, ¿Quién se sentaba ahí? ¿Quién era? Nadie lo recordaba. Lo único que ellos veían, era el hermoso docente de matemáticas quien se acercaba sutilmente a ellos seduciéndolo. Nadie conocía su vida privada porque todos aquellos que intentaron encontrarlo en sus momentos más íntimos están muertos. ¿Y él? En la sala, dictando clases.

Él, es una bestia escondido en la piel de un cordero. Uno, de alta calidad.


Existen recuerdos importantes, memorias que se aferran a tu cabeza impidiéndote pensar de regreso a como pensabas antes. Que se aferran a tu intestino delgado impidiéndote darle paso a la nutrición de tu pasado. Desechando todo lo malo, conservando así, en tu cabeza los nutrientes. Pero como un estómago rebelde o una simple mala digestión estos se quedan allí, para torturarte hasta la muerte. René, dentro de su corta vida, vio lo que era sobrevivir aun estando dentro de los parámetros de una ciudad protectora. Euphium para los ricos era el paraíso, pero para los pobres, no era nada diferente a Sibenton, lo único que tenían a diferencia de esa pútrida ciudad era que las paredes que cubrían todo el circuito les protegía de los criminales, no habían cadáveres en los callejones, pero seguía siendo un conducto de muerte, dónde te aferrabas fervientemente al futuro. René Rozenkwit, hijo de Renata Rozenkwit nació siendo hijo de una prostituta de los barrios bajos de la ciudad, ella no trabajaba para Kavaglier, considerando, de que escogía a quien seducir y cómo hacerlo. Poseía un bar en lo profundo de aquellos oscuros callejones dónde dueños de grandes negocios venían a disfrutar de una noche con sus trabajadoras e inclusive, con la reina de los hermosos ojos celestes. Así, fue como su padre, un hombre de la élite de apellido: Deutscher terminó enredado entre las sábanas de una víbora, dejándola con René en su vientre.

Su nombre fue sólo una excusa, para que su padre, siempre que lo nombrara se acordará de aquella mujer con la que se enredó años atrás entre sus sábanas. René no tiene muchos recuerdos de su pasado, su madre cayó enferma de una infección viral que no tenía cura en esas extrañas paredes de la oscuridad de Euphium, murió, en una cama con su hijo a su lado. El bar ya estaba en quiebra, pronto lo iban a cerrar por lo que él, debía simplemente intentar cuidarse sólo, defenderse en esas calles que tanto intentaba mantenerse alejado. De nada servía esconderse del mundo cuando no tenías nada. Pero apareció, Benjamin Deutscher, su padre. Con aquel porte elegante, mirada eternamente fría apareció en el entierro, en un carro elegante vestido diferente a quienes estaban en aquella ceremonia. Cuando está finalizó, habló con él, confesando quien era, que era su padre y desde ese momento viviría con él. ¿Quién? ¿Él? Sí definitivamente René era todo menos un niño rico.

Aceptó, porque no tenía dónde más quedarse. No tenía a dónde regresar, no tenía en quien confiar, lo único que pudo hacer fue extender su mano para envolverla entre la de Deutscher. Su… padre.

Úrsula Deutscher era la mujer de su padre, quien delante de ese frío hombre no decía una sola palabra en su contra, pero delante de él, no era nada más que la bruja malvada de ese cuento. Arrogante, con un suficiente poder de dinero para hacer lo que más quería. René tuvo que sufrir abusos los primeros días antes de tener totalmente el apellido de su padre en su nombre. Aunque, luego de aquellos días fue expuesto constantemente a los estudios encerrado en su propia habitación. Tenía prohibido salir, Úrsula no lo quería correteando por los pasillos de su mansión y ese hombre, Benjamin, lo único que hizo fue desaparecer luego de haberlo dejado en esa gran casa. Lo único que tenía para aprender eran libros, eran difíciles, eso sí, los primeros días no lograba captar absolutamente nada, pero había una ama de llaves, una hermosa mujer quien se dedicaba horas enteras enseñándole lo básico de cada uno de ellos. No era necesario enseñarle a leer, su madre había hecho un buen trabajo con respecto a ello, por lo tanto, él se sentía bastante satisfecho con saber lo básico, lo más avanzado, lo aprendería por propios medios.

Pero un día, lo conoció. No supo si fue mero accidente, o simplemente se dejó llevar por su instinto infantil. La risa de niños se escuchaba entre los pasillos de la mansión. Su puerta, que debía de permanecer cerrada se abrió. Él estaba allí, en una esquina del cuarto leyendo un libro. Cuando risas provenían de la entrada. Cuando él levanto la cabeza, los conoció. Samantha Luxenberg una hermosa niña de cabellos rubios y a él, quien iba a ser la piedra en sus zapatos durante muchos años Viktor Deutscher su hermano mayor. Los primeros segundos antes de poder hablar, estos se escondieron dentro de la habitación, alguien los estaba buscando, por lo tanto, corrieron hasta el gran armario que solo tenía pocas ropas como camisas y pantalones para él, que les fue fácil esconderse, poco tiempo después, un niño más grande abrió la puerta preguntándole por ellos. Él, pensó que no necesitaba decir nada, por lo que mintió diciendo que no sabían dónde estaban.

Poco tiempo después, los chicos salieron agradeciéndole por lo que había hecho, regresando al juego. Pero volvían allí, días después estaban sentados delante de él todos los niños jugando a cualquier tontería mientras él los observaba detrás de su libro. Poco a poco fue dejándolo a un lado, integrándose al grupo. Conociendo a todos, a su hermano mayor e inclusive, desde hace muchos años atrás, sonriendo con bastante felicidad. Tenía amigos, eso era… ¿bueno, no? Úrsula a los pocos años simplemente dejó que saliera, debía de ir a la escuela, por lo que tenerlo encerrado le ganaría problemas con su marido, un hombre que podría darle el divorcio si se atrevía a dar un paso en falso. Él iba a la escuela, tenía la misma edad de Samantha por lo que estaban en el mismo grado. Ya estaban grandes, comenzando con la secundaria había sido simplemente gratificante. Era inteligente, por lo que iba bien en la escuela, llegaba a casa directo a su habitación, hacía las tareas, comía —no tenía permitido comer en el comedor—, seguía con sus estudios, leía algo que encontraba en su biblioteca para repetir la misma rutina. Comenzó a salir con Sam poco tiempo después, pero todo se acabó un día.

Samantha le dijo que no podía salir más con él, porque nunca estuvo enamorado de él. Siempre lo estuvo de su hermano mayor: Viktor. Desde el día que él había salido de esa gran habitación, su hermano se había comportado como un idiota total. Todavía escuchaba los insultos sutiles que le dedicaba, las conversaciones con Úrsula delante de él, lo poco que era, lo nada que se estaba convirtiendo. Era molesto, él sabía que todo el rencor lo estaba guardando dentro de él. Por lo que ese día se enfrentó a su hermano mayor. Recuerda todavía los gritos, los insultos que ambos podrían dedicarse. Los sirvientes de la casa se habían asomado para ver la discusión. Recuerda que fue empujado por su hermano, casi se caía, por lo que de la misma rabia, sus manos fueron al cuerpo del contrario. Pero no recuerda, nada más que el cuerpo de su hermano cayendo por las escaleras. Él, al borde de estás observando con horror hasta el primer piso. El fuerte gritó de Úrsula desde la planta baja llorando por su niño, dedicándole una profunda mirada de odio.

Asesino, escuchó. El grito de la mujer ordenando que todos se movieran en busca del carro. Aquella fuerte mirada de odio que muchos sirvientes le dedicaron. Él estaba temblando, no podía creer lo que había hecho. Sus piernas ni siquiera se movían. Reacciono, cuando Benjamin, su padre, golpeó su rostro volteándole la cara. Recuerda que muchos sirvientes por órdenes de Úrsula mintieron sobre lo que había pasado. Le llamaron envidioso, celoso porque su hermano era muchísimo mejor que él en muchas cosas. Ya no lo soportaba más, huyó de casa. Tomó algo de sus cosas, que todavía conservaba de su madre escapando de ahí. No soportaba más, era suficiente. Estaba volviéndose loco. Las calles de Euphium eran frías, solitarias, cuando ya no tenías a dónde volver todo estaba en su contra.

¿Dónde iba a dormir esa noche? En las ruinas del bar dónde su mamá antes mantuvo. Pero cuando llegó allí, había otro ambiente, las luces estaban resonando, era un nuevo bar. Había muchos hombres saliendo y entrando. Él se asomó en la entrada, en la barra había un hombre quien atendía a los clientes, las mujeres caminaban de un lado a otro sin la menor duda posible. Este, le dedico una mirada a ese niño durante un rato y pronunció tiempo después: ¿Renata? Sorprendido porque ese hombre hubiera dicho el apellido de su madre, él le explicó quién era, mientras ese hombre se presentaba Kei Blackmoon, un conocido de su madre, uno de los tantos amantes que ella tuvo, pero que siempre la amó de verdad. Le ofreció que se quedara con él, que trabajara en el bar, pero también, que podía asistir a la escuela. El aceptó la oferta, no era una escuela de clase alta, pero los profesores eran buenos.

Comenzó a vivir con su tutor Kei, quien de vez en cuando desaparecía dejando el negocio en sus manos como el de las chicas que comenzaron a ser como sus hermanas mayores. Comenzó a aprender del negocio en la escuela, cuando unos chicos intentaron comprar su cuerpo por algo de dinero. La forma de ganarlo no era para nada limpia, pero vivía en las calles, nada más importaba. Nada más tenía porque ser limpio. ¿No era así? Vender su cuerpo, ganar dinero e incluso colocarlo en venta a los demás. Pero él podría escoger a sus clientes, sabía que los de curso más alto trabajaban, podrían simplemente duplicar por pasar una noche con él. Se hizo famoso entre las calles, incluso, en las escuelas prestigiosas tenía clientes que pasaban por las calles lujosas de Euphium. La escuela la terminó poco tiempo después, siguió atendiendo el negocio de Kei por la noche siendo un barman, mientras que luego de la media noche comenzaba a trabajar en la prostitución con sus viejos clientes, nuevos que él mismo escogía. Mientras que en el día, trabajaba extrañamente, como un docente de matemáticas en una universidad privada de Euphium.

Pero ese mismo año todo fue destruido. Trasladado hasta la mansión de su casa olvidando su carrera y todos los amigos que había hecho con anterioridad se volvió la mascota de su demente hermano. Vive en esas paredes que tanto desea olvidar con un gran trauma cada vez que revive la escena de su niñez.

Una situación… extraña para todos.


Petrificación: Es la capacidad de transformar cualquier cosa en piedra, esta puede ser emitida a través de la vista, tacto, saliva o alguna otra forma en la que el usuario ha sido dotado con esta habilidad.

HABILIDADES | DEBILIDADES

• René tiene la capacidad de petrificar a quienes observa a través de su mirada; por esa razón utiliza un par de anteojos que retienen su poder al 100%; no es capaz de controlarlo, sí comienza a convertir a una gran cantidad de personas u objetos a piedra él mismo podría convertirse en una. Llegó un tiempo en que intentó convertirse él mismo observándose al espejo. Lo único que logró fue que su espalda, sus hombros fuesen convertidos en piedra. No los siente.


—De vez en cuando escapa de la mansión para visitar Knave's Pub. En dónde Kei todavía trabaja, fingiendo que vive una vida bastante agradable en la ciudad con ese hombre.
—De las mujeres que antes trabajaron con su madre, conoce a tres que siguen en el negocio, sin embargo, que también son como sus madres, después de todo siempre están velando por él a toda hora. Son como un montón de latosas ¡él ya es mayor!
—Era docente de matemáticas básica a los recién llegados y de cálculo avanzado a los de último semestre en: Enchiridion University.
—Utiliza anteojos para controlar la petrificación de su poder a través de su vista.
—Sus hombros están petrificados. No tiene ningún sentido de tacto allí; lo que le impide mayor movilidad en sus brazos. Sin embargo, por fuera no parece; le impide el movimiento las células de sus músculos; no es capaz de elevar sus brazos o hacer demasiada fuerza.
—Se convirtió en la mascota de su hermano.
—Se parece físicamente a Renata, sin embargo, sacó muchos rasgos que no son bastante compatibles con su madre, son de su padre.
—Kei ha sido más que su tutor, ha sido su mejor amigo, su confidente e incluso compañero de tragos.
—Ha dejado de trabajar en el negocio de la prostitución.
—Tiene un Husky Siberiano, su nombre es Dago. Lo recogieron de la calle en mal estado, estuvieron cuidándolo hasta que estaba completamente recuperado, por una extraña razón, nunca se marchó de la casa a pesar de que estaba bastante adulto. Tampoco tenía collar, así que lo hizo suyo.
—También tiene un loro de nombre Myali. No es capaz de mencionar su propio nombre, por lo que muchas veces piensa que es difícil, pero por más que trata de intentar que los demás lo pronuncien, su loro se vuelve irremediablemente loco. Este también lo encontraron en el basurero cerca de su casa, estaba suficientemente enfermo que gracias al calor corporal de Dago y él se recuperó en poco tiempo.
—En ocasiones participa en peleas para eliminar el estrés. Son pelea en los barrios bajos llamado: Street Fighter. Es conocido como: Colmillo de Lobo entre muchos contrincantes, es bastante bueno con la lucha de mano a mano e inclusive, sabe un poco de muay thai enseñado por Kei. Sin embargo, su punto fuerte es el kick boxing.
—Gracias a que estuvo viviendo una temporada con los Deutscher aprendió otros idiomas. Es poliglota, por lo que domina el: alemán (idioma materno), inglés, francés, italiano, ruso, japonés (Kei), coreano, mandarín, portugués y latín.
—Sabe tocar la guitarra, también la flauta y tiene buen oído musical.
—Tiene un alto nivel de IQ, superior a 250.
—Su temática favorita en literatura es la de terror.
—Conserva todavía su motocicleta.
—Todavía tiene pesadillas con el accidente de hace años, pensó que iban a intentar encontrarlo para culparlo de intento de asesinato, pero simplemente… nada paso. Hasta que apareció otra vez su hermano.
—Su hermano prohibió que se cambiara el apellido.


NOMBRE DEL FÍSICO: Akira.
ORIGEN: Togainu no Chi.