☼ SALAMANDER ☼

Matthias Phillipp Loewe
21 años aparentes — reales desconocidos
Masculino
Heterosexual
Híbrido [Elemental Fuego — Dragón]
Delincuente
Ingles
Euphium


Matthias es… un idiota. Un gran y terrible idiota. ¿Para qué negarlo o disimularlo? Él solo, por propia cuenta, a base de su propio esfuerzo —¿realmente se esfuerza?— se deja en evidencia. Pero es un idiota que se hace querer ¿Cómo no? Es el tipo que puedes ver en una pelea callejera por un comentario mal ubicado de ambos lados, lo puedes ver con una marcada mueca entre sus labios mientras se prepara para una pelea que, seguramente, terminara destruyendo varios edificios —sí, edificios— a la redonda. Y te preguntas, ¿Cómo ese sujeto aún puede estar caminando al siguiente día por la ciudad como si nada pasara? Llámalo suerte, bendición divina o Sybeth/Gyles. Pero vamos, el tipo no es tan malo. Sí, es impulsivo. Sí, es temerario. Si, parece pensar las cosas de la forma más básica posible aunque, tú sabes, no tiene nada de sencillas. Y si, alguien que salta ni bien las palabras correctas, o incorrectas, son dichas. Alguien que actúa y luego piensa, por supuesto. Pero no lo hace por maldad, no lo hace con cruel intención, tal vez de una forma infantil e inocente pero todo con un único fin; un buen fin. Lastimosamente, la mayoría de las veces, si las cosas salen bien no ha sido más que la suerte y su determinación a la hora que se propone algo.

Pero ¡hey! No hay que ver solo el lado malo. Él te impide desanimarte, a su alrededor es difícil dejarte caer, rendirte no es algo que puedas aceptar cuando lo tienes de frente. Porque, si no está con una gran y relajada sonrisa, esa misma que parece disipar toda preocupación, esa que augura con mucha facilidad que todo va a estar bien, ten por seguro que lo tendrás dándote ánimos, a su muy singular modo, pero estará ahí apoyándote, estirando su mano hacia ti cuando todos te han dado la espalda. Te estará esperando, con paciencia, con tranquilidad hasta que puedas levantarte y continuar, no te dejara atrás, nunca, presta mucha atención, Matthias nunca te dejara atrás. Sí, es bastante bruto a veces, es impulsivo, es infantil y gritón, muchas veces parece impacientarse con facilidad, incluso se aburre tan rápido como un infante. Pero está ahí, a tu lado, en las buenas y malas situaciones. Está riendo contigo cuando todo está bien; así como te da la mano cuando todo se derrumba. Porque él conoce lo que es el abandono, lo que es ser dejado de lado, lo que es que te den la espalda; pero también sabe lo bien que cae cuando alguien e acerca, cuando una mano es extendida en un voto de fe, de confianza, de amistad y lealtad. Algo que no se paga, se gana; algo que no se agradece, se corresponde.

Puedes notar con facilidad que, cuando no está en alguna clase de problemas o destrozos, no toma mucho poder llevarte con él. ¡Incluso sientes que lo conoces de años! Vamos, ese tipo tiene esa gran sonrisa, ese optimismo que no puedes evitar compararlo al de un niño, esa actitud tan despreocupada y alegre que solo puedes acercarte como una abeja atraída por la miel. Y te toma como un amigo, tal vez ni siquiera te conozca, tal vez ni sepa nada de ti, ni preguntara, pero te considera un amigo. Y que no te toquen, porque él, sin dudarlo, saltara al frente para protegerte. Porque para él, ante todo, están aquellos a quienes aprecia, a sus amigos, a sus familiares, a sus seres queridos. Y es, tal vez, cuando te das cuenta porque muchas personas no lo han dejado atrás a pesar de los desastres que causa. Porque en serio lo hace ¿tiene alguna clase de imán? Porque, ¡enserio! Lo ves un minuto de lo mas bien y al siguiente ya hay un destrozo a su alrededor, o lo que fue a su alrededor, porque no es tan idiota como para quedarse en el lugar, por supuesto que no. Si destroza algo ten por seguro que correrá, correrá tan rápido como sus piernas le den porque ¡Oh, mira! La policía ya llega. Ya deben estar acostumbrados ¿Cómo no? Cada día es algo diferente, pero saben a quién buscar. Y, mira tú, aun perseguido por la policía el bastardo tiene el suficiente humor como para soltar una ruidosa carcajada. Pero claro, ¿el que puede saber de sutilezas o disimulos?

Aunque él también tiene un lado complicado, ¿creías que no? Ese idiota que ves, puede ser muy peligroso si lo provocas de la forma correcta. Y no, no estamos hablando de una pelea callejera cualquiera que seguramente le ganara una noche en la comisaria. Porque cuando este chico se enfada, cuando has ido más allá del límite, cuando has quebrado su tolerancia, cuando realmente has llegado a ese punto donde pocos han llegado es cuando, con certeza, sabes que has despertado a una bestia. Puede ser un ser bastante cruel, alguien despiadado, indiferente, sádico si se quiere cuando has dado en el punto indicado. Porque, puedes estar seguro, que no temerá en prenderte fuego vivo si te has atrevido, si has osado tocar u atar algo que él protege. ¿Nunca te dijeron que los dragones son territoriales? ¿Protectores? ¿Sobre protectores? Bueno, me toca decírtelo, porque este tipo puede no tener piedad, porque las sonrisas desaparecen, el optimismo se evapora únicamente para dejar a la vista a una bestia lista para erradicar a sus enemigos.

Sin embargo, tal vez como algo para tener en cuenta, Matthias no suele guardar rencor. Y te preguntas ¿Cómo? Si estaba enfadado, si estaba furibundo, ¡colérico! Si, lo estaba. Pero tiene una forma de pensar sencilla, en donde la batalla, una batalla finalizada es más que suficiente para limar las esperezas. En donde la rivalidad, donde los problemas y las inconvenientes quedan en el pasado cuando una batalla está finalizada. Eso, siempre y cuando, su enemigo muestre merece el olvido. Porque, vamos, ¿lo crees tan estúpido como para confiar en el tipo que intente matarlo? De acuerdo, no respondas a eso. ¡Pero es un tipo demasiado inocente! No puedes esperar que guarde rencor cuando todo daño es saldado. Cuentas pagas, cuenta olvidada ¿no crees? ¿No? Bueno, él sí.

Pero, ¿Qué puedes esperar de este revoltoso muchacho?


Si te preguntaran, tal vez, quienes fueron las personas que dieron origen a tu vida, quienes te criaron, quienes te hicieron lo que eres, ¿Quiénes son tus padres? Tú, sin siquiera pensarlo, sin muestras de duda en tu voz responderías claramente; Loradhini y Eweftelan. Recuerdas la figura imponente de ambos dragones, como estos se hicieron cargo de tu hermano y tú, como los cuidaron, como los educaron, como los consideraron sus hijos sin siquiera tener un lazo sanguíneo ¿y eso que importaba? Tus padres, no, los seres que les dieron vida a ti y tu hermano los dejaron, los abandonaron por motivos que tú nunca supiste, nunca te intereso saber. Pero tenías a tu hermano, aun tenías a la única persona que se había mantenido a tu lado, a quien te aferraste como un niño se apega a las faldas de su madre cuando el momento de alejarse llega. Por ese tiempo la idea de estar solo te aterraba, lo reconoces, pero aprendiste, también, que con la soledad vienen las nuevas compañías. Que con el abandono llega el abrigo.

Sin embargo los años transcurren y las necesidades de adaptarse iban siendo cada vez más grande. Pero tu amabas la emoción de vivir en el bosque, de correr, recorrerlo sin detenerte, moverte entre las grandes montañas, perderte entre los inmensos arboles de aquellas tierras inexploradas. Pero la súbita desaparición de tus padres, dejándolos a tu hermano y a ti una vez más a la deriva, pero esta vez con las herramientas necesarias para cuidarse a sí mismos, con la necesidad de adaptarse, de integrarse a una sociedad de la que una vez se apartaron. Euphium, en sus primeros años, fue su primera y única opción, la más acertada, la más accesible para su posición ¿Qué otra cosa podan hacer? Sin embargo, nunca te rendiste, nunca dejaste de lado la idea de volver a ver a tus padres, un día, estabas seguro, volverías a verlos. Aun los buscas, por supuesto, nunca te detienes, nunca lo olvidas. Quieres volver a verlos, a subirte sobre sus espaldas, jugar con ellos, correr por el bosque sin detenerse. Pero bien sabes que debes forjar un camino, que debes asentarte junto a tu hermano en un lugar fijo ¿de qué otra forma puedes encontrarlos? Debes tener un lugar al cual volver, tu punto cero en donde podrás volver a iniciar las veces que sean necesarias.

Pero sigues sin poder adaptarte, ¿hacerte parte de una sociedad tan rápido? No, no puedes hacerlo con tanta facilidad. Y, tal vez, en algunos casos, puedas envidiar la facilidad —supuesta facilidad— con la que pudo adaptarse e integrarse a esa sociedad en la que se veían en la necesidad de formar. Pero, por otro lado, simplemente no podías dejar de ser lo que eras ¿Qué más podían esperar? Aun eras joven, aun algo inexperto, aun ansioso por descubrir lo que el mundo estaba dispuesto a ofrecerte. Y no tardaste, no mucho, en darte fama de delincuente pero, tú no eres un delincuente ¿cierto? Vale, te metes en problemas. Más de los que puedes contar, pero son por cosas insignificantes ¿Qué son algunos grafitis en edificios municipales? ¿Algún escándalo público? ¿Y que si te enojaste en aquel restaurante la otra semana? ¡Su comida era horrible y era carísima! Y digan lo que digan ¡Ese intento de porción no deja satisfecho ni a un bebé! Pero es cierto, te tratan de delincuente, pero no eres un delincuente estándar, solo eres… problemático. Suerte la tuya que tu hermano está dispuesto a pagar tus fianzas.

Sin embargo la suerte siempre ha sido algo que te ha caracterizado ¿cierto? Porque la conociste a ella. Y no, no podemos decir que eres alguna clase de seductor experimentado, por favor, en ti no ha estado impresa la forma correcta de tratar a una dama. Pero te cautivo cuando la viste, aunque tú no te diste cuenta; te atrajo apenas pudiste intercambiar unas pocas palabras, a pesar de que tu no lo notaste en el inicio; caíste en sus redes como un niño que ve el parque por primera vez ¿y que podías hacer? Vamos, que eres como un niño aun, al menos en esos temas, al menos en parte, tal vez. Se supone. Pero no pierdes la oportunidad de ir a verla ¿no? Siempre estas pendiente de ella, siempre quieres verla, ver su sonrisa, verla enfadarse, gritarte, incluso si te golpea. No eres masoquista, eso es claro. Pero ¡vamos! Tiene un lindo gesto hasta cuando se enoja. Sybeth, fue una de las mejores cosas que pudo pasarte. No olvidas de la búsqueda de tus padres, por supuesto que no, aun los tienes en mente, nunca los olvidas. Solo que, tal vez, ahora tienes una nueva razón para buscarlos.

Es decir, tienes que presentarles a Sybeth y obtener su aprobación ¿cierto?


Pyrokinesis. Es la capacidad psicokinética que permite controlar el fuego y, crearlo a partir de la combustión del aire; muchos de estos usuarios poseen dentro de sus cuerpos algún elemento de combustión que le permite volverse uno con el fuego.
Es capaz de manipular el fuego a su placer, ya sea el que se encuentra a su alrededor o el que se genera por la combustión de su propio cuerpo, el cual puede crecer a medidas desorbitantes. Ya sea su propio fuego o el de otros, este no le genera daño alguno, incluso ha llegado a la capacidad de consumirlo.
No todo el fuego es eterno. El que consuma fuego no es por azares, puesto que este es la fuente de su poder. Al ser un híbrido sus habilidades no son perfectas como las de cualquier dragón o elemental. En determinado momento dejara de producir fuego, lo que tambien sera acompañado de desgaste físico, por lo que se ve obligado a consumir fuego para poder recuperar energía. No puede comer su propio fuego.


—A pesar de ser considerado como delincuente, también trabaja como caza recompensas, no tiene muchas exigencias a la hora de aceptar un trabajo. Además que es una clara excusa para poder recorrer los territorios de la ciudad y más allá buscando a sus padres.
—Muchas veces, a pesar de que se considera Heterosexual, muchas veces parece Asexual. Aunque la verdad es que solo siente interés, y atracción, por Sybeth.
—Como un niño solo sabe demostrar su interés o gusto por medio de bromas. Como cuando un niño le gusta una niña y tira de su cabello para llamar su atención, si, el niño es Matthias y la niña Sybeth.
—A pesar de su aspecto despreocupado e infantil, cuando algo se pone serio, cuando algo le enfada, cuando de verdad le enfurece, puedes estar preparado para ver a un temible dragón. De verdad, no es sano hacerle enojar, es peligroso.
—Si no fuera por su hermano y Sybeth, actualmente seguramente estaría en la comisaria, en la cárcel o desterrado. Lo más probable es que desterrado. En serio ¿a quién rayos se le ocurre hacer un grafiti en el edificio del Parlamento? A Matthias.
—Tiene un variado conocimiento de idiomas, cortesía de sus padres y hermano, sin embargo no es como si le prestara mucha atención. A veces suele olvidar y puede mezclar su dialecto, no sería de extrañar que si comenzara a despotricar lo hiciera en francés, o si se pone a divagar lo haga en italiano. Actualmente habla inglés, italiano, francés, alemán, español, latín y un poco de portugués.
—Cuando no causa destrozos por la ciudad, o está visitando a Sybeth, suele pasar tiempo en Orccleaver, la cafetería de su hermano. Aunque, en algunos casos, pocos, admite que está ahí escondiéndose de las autoridades por algún desastre que cometió.
—Conocido como Salamander, aún desconoce de dónde proviene el apodo.
—Hace tiempo que no toma su forma draconiana, desde la última vez por el regaño de Loradhini, evita recurrir a eso. Lo intenta, al menos.
—Su forma draconiana es un gran dragón de lomo rojo y amarillo.
—Nunca tuvo interés de ir a la Universidad, a diferencia de su hermano, no ha tomado especial interés en formar parte activa de aquella sociedad más allá del trabajo que realiza ocasionalmente.
—Tiene un pequeño gato azul parlante, su nombre es Happy.
—Tiene una gran conexión con su hermano.
—Es bastante sobreprotector, aunque no es algo que muestre con facilidad.
—Cuando está enojado, realmente enojado, o siquiera has tenido la desgracia de meterte con uno de sus seres queridos, puede ser un sujeto bastante, muy sádico. A fin de cuentas, es considerado un delincuente ¿crees que algo le detendrá de rostizarte vivo si te metes con quien no debes?
—No importa que, siempre parece tener una gran sonrisa entre sus labios, una respuesta y la calma para afrontar los problemas que lleguen. Bastante optimista, si preguntan.
—Su cabello es rosa natural. En serio.
—Tiene un severo problema con los transportes, directamente no puede subirse a uno porque se marea al punto de llegar casi al desmayo.
—Tiene una cicatriz en el cuello, la cual se hizo entre una de las peleas con su hermano, de una forma muy estúpida (En serio, se la hizo a sí mismo. Ni siquiera puede culpar a su hermano). La misma se oculta fácilmente por la bufanda de escamas de dragón que siempre lleva puesta, siempre, es difícil verle sin esta.
—Puede ser un verdadero idiota.


Natsu Dragneel
Fairy Tail