—Metzger.

→ NOMBRE COMPLETO: Aiden M. Metzger
→ EDAD: 21 años
→ SEXO: Masculino
→ ORIENTACIÓN SEXUAL: Demisexual
→ RAZA: Híbrido [Nefilim - Vampiro]
→ GRUPO DE PERSONAJE: Centinela
→ NACIONALIDAD: Japonesa
→ DISTRITO: Euphium


Ah Aiden, hablar de ti es adentrarnos en un extraño laberinto. Podrás parecer una persona que, por fuera, aparenta ser seria y totalmente indiferente ante los problemas de los demás, siempre y cuando no influya en su vida personal o en la vida de los que le rodean. Que le gusta que lo vean a los ojos al igual que le molestan las personas demasiado sumisas. Aquella persona que le gustan los retos. Que suele mostrarse altivo, manejando un tono de voz frío y calculador. Prefiriendo más observar a las personas a su alrededor que hablarles, porque, con el pasar del tiempo, has considerado que es más valioso lo que hacen que lo que dicen. Pero, mi niño, en realidad te vuelves más flexible cuando te encariñas con alguien. Convirtiéndote en alguien protector, sacrificado y demasiado... ¿cabezota sería la palabra? Aunque debemos aclarar algunas cosas, dices las cosas como son y, al parecer, careces un poco de tacto al momento de informar cosas trágicas o algo por el estilo. Aun así, con tu personalidad tan extraña, puedes ser muy popular entre las masas pero nunca se va a dar cuenta de esto pues es bastante denso con lo que a coqueteo se refiere. A la persona amada demuestras preocupación y protección, aunque a veces te frustras al pensar que no lo puedes llegar a lograr. ¿Sabes porque pasa esto? Porque, originalmente, tu naturaleza más bien amable y atenta, no tienes segundas intenciones en nada a lo que si vida se refiere, tal vez puedes llegar a ser muy dulce si te lo propones a ti mismo. ¿Lo recuerdas no? Como eras estúpidamente simpático, pese a que eras muy inteligente, bueno lo sigues siendo. Eras de aquellos que se conocen como el gran amigo del mundo, por eso pese a lo malo que había ocurrido en tu vida, siempre permanecías sonriendo. Esto también denota que es un poco despistado. Había mencionado que eras inteligente ¿cierto? Bueno, dentro de ello también eres muy responsable y amante de todo lo bello que tiene la vida. Aunque tú mismo te has reprimido a mostrar tu verdadera forma de ser. Sin embargo cuando las cosas se salen de tu control, vuelves a ser pasional y muy impulsivo pero sabiendo siempre lo que quieres. Tu carácter es muy fuerte, o más bien demasiado arrogante e indiferente hacia la muerte de los demás, a excepción de los que tu considerabas y consideras tu familia. Algo para destacar es su mente ágil, creativa y despierta. Tu envidiable capacidad para adaptarte a todo tipo de situaciones, por complejas que resulten, lo que ha provocado que pudieras meterte en cualquier lugar, cumpliendo tu trabajo a la perfección. En ocasiones, incluso tú mismo no eres capaz de soportarte. Esta actitud te hace ser muy poco indulgente y sensible con tus compañeros. Pero, a veces, cuando alguien se lo merece, tiendes a soportar toda clase de agresiones. Tu corazón es noble y siempre intentará ayudar a quien tú creas que vale la pena.


Cuando quería creer que todo estaría bien, sólo pude ver un cielo lleno de azufre. Y mientras ese aroma iba penetrando mis fosas nasales para luego apoderarse de mis pulmones, fui consciente de que este era el infierno en la tierra.

Aiden, naciste en Japón, en aquel mundo que terminó por destruirse poco a poco, devastado, impresentable, aquel que debería de desaparecer y volverse un nuevo territorio más de la prosperidad de otros. Tus padres, aquellos que habían tenido algún poderío antes, ahora mismo no era nada, absolutamente nada ¿dónde estaban tus ropas cuidadas? ¿Dónde estaba el amor de tus padres? No existía, el amor no es algo que pueda existir entre ellos. Tú comenzaste a ser una mera molestia, un estorbo en su deseo por escapar y volverse uno más de aquellos privilegiados. Tenían dinero, peor tus padres no sabían que, por ser humanos, simplemente por esa mera razón, ya no eran nada, absolutamente nada. No valían ni un mísero grano de polvo. Ser un esclavo o una mascota podría darles alguna esperanza, pero no, ellos estaban dementes, ansiosos de un poder que jamás obtendrían y tú, el único cuerdo en esa familia tan desigual, intentaste salvarles. Siendo un niño, buscaste las maneras en las cuales podrían salir lo más ilesos posibles dentro de ese mundo de bestias. Pero ellos no tomaron en cuenta tu inteligencia, no aceptaron nunca tu amor porque, como he dicho antes, no existía amor para ellos más que el amor del poder que tuvieron algún día. Ellos abusaban de ti, te habían dado golpes, te habían hecho saber lo frágil que era tu cuerpo en realidad y se regocijaban de tener un poco e poder al lastimarte, sonreían en su enajenación. Así fue como fuiste abandonado, fuiste arrojado a un lado, siendo presa de muchas de esas criaturas de la noche, y ahí supiste, aún más, lo frágil que era tu cuerpo.

¿Cómo llegaste al orfanato Metzger? Bueno cariño, eso ni tú ni yo lo sabemos con claridad. Una vez estuviste ahí simplemente lo creíste tu nuevo hogar. Tenías una nueva familia y sonreías, como si nada malo hubiera pasado, como si nadie te hubiera hecho nada hasta ese momento. Pero tú siempre recordabas, siempre recuerdas, tienes demasiada buena memoria como para eso.
Allí le conociste Metzger Evans, más que tu mejor amigo, ha sido ese hermano menor que siempre habías querido tener. Porque siempre habías querido hacer eso, proteger a alguien. A pesar que tenían la misma edad, ambos eran los mayores en aquel pequeño orfanato en medio del infierno sobre la tierra. Claro, los niños le querían, y tú eras feliz, mientras tuvieras a tu familia, mientras tuvieras a Evans, entonces tú podrías estar en tranquilidad aun en medio de toda esa mierda que vivían. Porque esa mierda de mundo los utilizaba, los volvían sus conejillos de indias. Y a él ¿le importaba? No, él veía siempre la manera, que la mayoría de los experimentos se los hicieran a él, que no forzaran demasiado a los demás. Y, al final, fue en vano pues esos adultos no escuchaban, continuaban haciendo lo que querían, los llevaban al límite a cada uno. Hasta que un día, perdido, creyendo que llegaría su fin, logró ver una sombra a lo lejos. ¿Quién era? Un vampiro… un militar... o en ese tiempo pensabas que era eso.

Bien, habías conseguido un mapa, habías conseguido la manera de escapar. Aunque tu cuerpo se sentía visiblemente cansado, no querías que Evans intentara conseguir ese poder que comenzaba a despertar en ti, tenías miedo, demasiado miedo de eso. Pero luego le regañarías, lo importante en ese momento era salir. Ser libres, todos, al fin, utilizando un plan mejorado del que tenías con tus padres.

¿¡Por qué?!  ¡¿Por qué no funcionó?! Pero si ahora… tenían... poder ¿no es verdad? Y recordaste a tus padres hambrientos de poder y sonrió con amargura, seguían siendo humanos, unos vulgares humanos. El experimento que Evans y tú, a escondidas, habían completado era una mentira ¿no es cierto?

El orfanato, que en realidad era un laboratorio no controlado por el parlamento, debía de ser extinguido y sus experimentos con él. No había escapatoria, no había nada que hacer. Pero, si podías salvar a alguien, si podrías proteger a aquel que era tu hermano más preciado, entonces lo harías, sin duda alguna.

Por eso lo hiciste ¿no es así? Por eso recibiste los disparos que eran para él. Lo obligaste a escapar. Escuchaste sus gritos, sus reclamos y tú, tú sólo querías que él, por lo menos él viviera. Y lo empujaste, con las pocas fuerzas que te quedaban. No sabías bien que ocurría a tu alrededor, no veías nada prácticamente, sólo podías ver el suelo teñirse de rojo y a alguien, aquel que habías visto antes venir hacia ti, seguido de alguien más.

<<Tú… nos servirás.>> ¿servir? ¿De qué hablaba? Tus ojos fueron cerrando poco a poco y sentiste un nuevo dolor, pero ya no tenías casi consciencia por lo que te dio igual, sólo podías pensar en Evans, pensar si había podido salir con vida de ahí.


Euphium. Un tiempo después.

El aire recorre tus mejillas, tu mirada siempre está fija hacia un solo lugar. Sientes un ardor en tu garganta, sientes sed, hambre, no importa, pero lo sientes. ¿Estas vivo? No, no lo estás. ¿Estás muerto? Es lo más probable, pero sigues respirando, te alimentas de uno de los tuyos, pues no puedes ir a buscar otras presas por más que lo deseas con culpabilidad.
Rodeado por ellos, las bestias que han aprendido a controlar sus impulsos, su fuerza, sus instintos; obedeciendo sólo a las órdenes entregadas. Pero, al mismo tiempo, le sigues buscando, a aquel que lo es todo para ti.

<<Soy un traidor, ¿no es así Evans? O, tal vez, sólo soy un incomprendido mecenas.>>



Artem:
• Sentidos aumentados: Es la capacidad que posee el usuario de mejorar sus sentidos a un nivel anormal, la percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición se incrementaran gradualmente.
Habilidades: Una vista mejor desarrollada, puede observar lo que hay a cinco kilómetros. El olfato y la audición también siguen la misma regla. Con respecto al tacto y el gusto es igual al promedio.
Debilidades: No deben haber muchos obstáculos para poder ser usados en su totalidad. El metal y algunas edificaciones en ruinas, además de olores extremadamente nauseabundos le impiden hacer uso de sus habilidades.


—Perdió su virginidad una edad temprana. No sabe bien cuanto tenía en ese momento, no mejor dicho, finge haberlo olvidado. Ocurrió cuando sus padres le dejaron a su suerte, no recuerda bien cuantos seres abusaron de él las primeras noches.
—Él realmente amaba a sus padres, tal vez aún lo hace pero no es algo de lo que hable realmente.
—Los niños del orfanato Metzger eran sus hermanos, su nueva familia. Sigue sintiéndose culpable por las muertes de cada uno.
—Pese a que el experimento en él fue fallido, realmente él era un mitad Nefilim, al parecer su madre lo era y por eso estaba tan obsesionada creyendo que obtendría poder pronto. Aiden ignoraba que era un híbrido mitad humano hasta ese momento.
—Su nombre real completo es Aiden Mikaela Shindou. Contaba con el apellido de su padre, que era japonés. Sin embargo su madre se llamaba Angela Igorievna Malchikova, eso le hace ser mitad ruso.
—Fue convertido en vampiro por una vampiresa de clase tres, lo que le hace ser bastante fuerte comparado a otros vampiros jóvenes.
—Antes de todo lo ocurrido su comida favorita era el curry. Ahora sólo puede pensar en sangre y nada más, aunque él mismo se ha forzado a comer todo tipo de alimentos para obtener energía. Ser mitad Nefilim también le ayuda a alimentarse por medio de almas de aquellos a quienes debe eliminar.
—Se considera un traidor, un vampiro, o más bien, un híbrido horrible, ya que no pudo salvar a su familia y ahora está junto a aquellos que le quitaron a su familia o, por lo menos a una de sus ramas.
—Maneja una espada de vampiro de primera clase. Cuando le ordena a la espada beber su sangre, de ella brotan unas ramas rojas cubiertas de espinas que perforan su mano o incluso su brazo si se continúan extendiendo. Su fuerza y velocidad crecen en proporción a la cantidad de sangre que bebe su espada. Por lo que es en extremo peligroso, su vida siempre entra en riesgo cuando la utiliza de este modo.
—Está enamorado de Evans, posiblemente por eso le continúa buscando, no cree que se haya muerto y lo perseguirá hasta el final de los días.
—Últimamente también siente demasiada lujuria que le cuesta reprimir, pero ha podido escapar de las criaturas con éxito y satisfacerse solo. Tal vez es un tanto estúpido pero solamente quiere tocar y ser tocado por la persona que ama.



→ NOMBRE DEL FÍSICO: Mikaela Hyakuya
→ ORIGEN: Owari no Seraph
→ CASTING / PRUEBA: --