DETECTIVE HOLMES | ID

Sherlock Holmes
35 años aparentes
Masculino
Pansexual
Humanoide
Habitante
Ingles
Euphium


Definir a Sherlock, poder comprender lo que por su mente transita, intentar descifrar los miles y miles de giros que sus pensamientos pueden dar es una tarea, de por sí, complicada, exhaustiva, larga y hasta confusa. Este hombre, en su actitud general es un perfecto caballero ingles, alguien que con palabras justas, una actitud elegante y gestos medidos se presentara de forma respetuosa, amable para algunos pero bastante singular. Porque ante todo Sherlock es un hombre excéntrico, un ser que muy pocos pueden comprender, un hombre al que pocos pueden seguirle el ritmo. Porque cuando crees que dirá algo, bien puedes estar seguro de que eso ya ha quedado muy atrás en su cabeza. Con palabras exactas puedes notar la educación, la elegancia y las formas respetuosas que suele tomar con cualquier ser que se tome por enfrente, sin importar su procedencia o sus actitudes, es un aspecto muy arraigado en su persona. Con una sonrisa que fácil se tuerce entre sus labios, una combinación única entre la burla, la diversión y la suspicacia que le acompaña.

Un ser observador, calculador, estratégico, un ser que no deja ningún detalle sin pensar, sin calcular, sin medir. Un hombre que puede ser capaz de recrear una escena en su mente, de pensar cada uno de sus movimientos para asegurar su victoria sin probabilidades de fallo. Alguien serio, seguro y sin las intenciones de perder, que no conoce de límites cuando una meta es puesta en su mente. Alguien que muchas veces olvida su propia integridad física, sus límites y restricciones cuando la hora clave llega, es ágil de mente y de cuerpo, alguien que puede moverse tan rápido como piensa. Sin embargo es un ser obsesivo, un hombre que no conoce de límites en sus trabajos, alguien que no sabe controlarse cuando una nueva obsesión, trabajo o no, llega a completar su vida convirtiéndola en un desastre. Con algunos comportamientos erráticos, actitudes que sobrepasan con creces su capacidad de comunicación, muchas veces puede vérsele alterado, eufórico, emocionado cuando el final se acerca, cuando su mente está componiendo la tan ansiada respuesta; alguien que con una gran sonrisa entre sus labios espera llegar a la respuesta que tanto ha obsesionado su rutina.

Pero también es un ser medido, alguien que controla cada aspecto de su vida, que tiene en orden cada uno de sus aspectos. Si bien muchas veces en sus actitudes y hasta en pertenencias no dan muestra de orden, tienen su orden. Alguien que se comprende así como sabe sus obligaciones, alguien que no falta y valora por sobretodo la puntualidad, la responsabilidad y las obligaciones. Muchas veces mezclándose con la obsesión. Por otro lado, es un ser directo, descarado, falto de tacto. Alguien que dirá las cosas que piensa, como las piensa y sin filtro en el uso de sus palabras. Un bastardo perfectamente educado, porque de sus labios no será soltada una grosería, de su voz no se escuchara una palabrota. Pero de que te dirá idiota, lo sabrás, lo sentirás y esa sonrisa entre sus labios será la confirmación de tus sospechas. Muchas veces, cual niño, le tomaran unos instantes poder captar alguna indirecto o doble sentido, incluso alguna sugerencia perfectamente disimulada. Porque siendo él una criatura directa, no tiene presente que otros no lo sean, eso muchas veces puede llevarle a tomar las cosas tan literal cómo se las dicen, lo que después, produciendo su confusión, llevara a una ofensa que poco le durara.

En otro aspecto puede ser bromista, alguien que no temerá en cometer alguna jugarreta que pueda hacerle pasar el tiempo más rápido cuando el aburrimiento llega. Alguien que confabula, que no teme en crear el más excéntrico plan para llevar sus planes a cabo, que no teme mentir si así puede librarse de una muy incómoda reunión o charla. Un ser que se mete en las más extrañas situaciones, que no teme enfrentarse a lo que viene si con eso puede llegar a su objetivo, alguien que, también, puede llegar a meterse en serios problemas por sus nada ortodoxos métodos. Pero sigue siendo un tipo listo, inteligente, perspicaz y astuto, alguien a quien es difícil que se le escape un detalle. Y eso muchas veces le ha llevado a ser desconfiado, alguien que tomara las precauciones necesarias cuando debe tratar con nuevos sujetos, que no se dejara llevar fácilmente y que muy difícilmente podrá ser utilizado o manipulado; por el contrario, él puede ser especialmente manipulador. Pero con elegancia.

Después de todo, es el Detective Sherlock Holmes ¿no?


Los recuerdos, las vivencias, el pasado no es más que lo que se ha experimentado ¿cierto? Son los pasos que se han dado para llegar hasta el lugar en donde, finalmente, uno puede sentirse ubicado, correctamente ubicado. Es el camino que recorres hasta buscar tu verdadero lugar en aquella intrincada y complicada sociedad, son las decisiones que te han desplegado la gama de posibilidades a tu alcance, son las consecuencias, las piedras con las que tuviste que tropezar para crecer, para aprender y mejorar. El pasado es lo que nos hace ser lo que somos, lo que nos dio inicio, lo que nos forma y nos ha marcado en más de un sentido. Pero ¿y si tu pasado no fueran más que datos, información que se ha sido entregada al momento de tu creación? Sherlock, con solo ponerse a pensar el tiempo suficiente, puede dar cuenta de cientos de sucesos que por su mente pasan cual imágenes vividas. Puede dar detalle de experiencias que, seguramente, no ha sido el cuerpo que mueve las que lo ha experimentado. Casos, misterios, rostros, gestos, voces y hasta sensaciones aglomerándose en su mente con forma de recuerdos, con forma de un pasado que no le pertenece. Lo sabe bien, perfectamente bien; y tal vez para otros resulte curioso, intrigante, incluso perturbador el tener una memoria que no le corresponde, que no le ha marcado como debiera, que no ha experimentado como tal. Pero para él, alguien tan curioso y excéntrico como lo puede ser, no es más que la base, los cimientos para una vida que se le ha sido entregada con un propósito que aún desconoce ¿y que hay mejor que un misterio pro descubrir?

Pero no hay porque ahondar en aquello que llego como naturalidad, aquello que se le fue entregado al instante de su creación; porque si, Sherlock fue una creación. Un ser que ha nacido de un modo artificial, nada natural; no creo, no se desarrolló, no experimento. Tal y como se le ve, es tal y como comenzó a caminar en aquel mundo. Conoce a su ‘creador’ por supuesto, el Doctor John Hamish Watson. A quien aún ve, por cierto, con quien aún guarda un entrañable contacto ¿y cómo no? No es por algo tan banal como aquel sentimiento de dependencia de creación—creador, el cual claramente no experimenta; demasiado listo, demasiado independiente, demasiado excéntrico y extraño como para depender de alguien por tan tonta causa. Pero si es una necesidad de su sistema, si es un nexo entre las experiencias que su mente tan fervientemente le hace creer que vivió, y aquellas que apenas empiezan a experimentar. Un Watson siempre presente en sus recuerdos, con gestos, con movimientos, con un rostro y hasta con sonidos que se vuelven el único lazo entre su mente y la realidad.

Pero como puedes imaginar, un Humanoide, no es una criatura cualquiera, no es un ser que responde ordenes sin siquiera razonarlas primero. Un humanoide es un ser tan cercano a lo que alguna vez puede ser considerado mortal, una criatura pensante, razonante que obedecerá si así es su deseo. Y Sherlock es un ser calculador, un ser pensante, juicioso, razonable; inteligente como solo él ¿Qué puedes esperar de él? Si no es el razonamiento continuo de cada gesto, de cada movimiento y hasta sonido producido por el ser frente a sus ojos. Un investigador por naturaleza, dirán muchos. Y si, lo es, por supuesto que lo es. Pero ¿es ese su objetivo real en aquella sociedad tan complicada? ¿Es ese el lugar que debe ocupar? ¿Es ese el lugar que le pertenece? Siquiera ¿tiene como saberlo? Tal vez no, tal vez sí. Tal vez deba crearlo por propia mano o simplemente resignarse a moverse como un ser independiente, aparte, alguien que es y no es. Entonces te preguntas ¿no debiera eso preocuparle?

¿Debiera?


Sin Artem.


—Algunos, con suficiente confianza, suelen llamarlo Sherly. Realmente le es indiferente.
—Fumador, de pipa, no de otro.
—Muchas veces catalogado como el perfecto caballero ingles, sus actitudes respetuosas y elegantes son la prueba de este título.
—Es excéntrico, obsesivo en más de un aspecto. Cuando algo se mete en su mente es difícil, imposible, hacerle abandonar tal postura.
—Músico, suele tocar el violín. Aunque no es algo a lo que vaya a dedicarse.
—Trabaja como detective privado, ya sea ayudando a las autoridades o para casos particulares. Aunque es difícil que tome un caso que no le interese, muchas veces termina dando una respuesta con solo recibir los datos necesarios, pocas las veces que deba moverse de su morada.
—Si no fuera por la imperiosa necesidad de necesitar el exterior, es decir, objetos básicos del exterior —y porque Watson siempre interviene—, posiblemente nunca saldría de su casa. Aunque han pasado días en los que simplemente no abandona su morada, oculto en las sombras, consumido en sus investigaciones ¿de qué? Solo él sabe.
—Se ha adaptado con facilidad a la sociedad actual, así como ha logrado conservar las actitudes básicas que corresponden con los recuerdos y características otorgadas.
—En un inicio debió ser un Androide basado en la imagen de Sherlock Holmes, pero un error de cálculo —de Watson— termino siendo un Humanoide con suficiente conciencia y conocimiento para moverse por sí mismo.
—Disfruta de molestar a Watson, sin razón aparente, simplemente le divierte arrastrarlo consigo en algún caso que se le haya presentado y le parezca lo suficientemente interesante.
—Puede ser tan listo y cognitivo como desee, pero aun suele descuidar varios aspectos de sí mismo cuando se obsesiona. Puede olvidarse de sus necesidades básicas en pos de su investigación.
—Tiene suficientes conocimientos para ser doctor, literario, matemático, ingeniero, biólogo y químico. Pero ¿Quién necesita títulos? Es selectivo con sus conocimientos y los datos que necesita para sus trabajos.
—Un lector voraz, si no está en un trabajo, en una investigación o con alguna otra obsesión. Disfruta pasar su tiempo leyendo.
—¿Dormir? Poco, solo lo necesario para mantenerse funcionando. Lo calculo, las tiene contadas.
—Cuando se aburre lo suficiente, sin un trabajo presente, suele volcarse a extraños inventos que pueden fracasar o triunfar; dependiendo de qué tan excéntricos sean.
—Suele meterse en peleas callejeras, ¿motivo? Es un gran luchador, desde boxeo, artes mixtas y demás, lo que incentiva a buscar un buen entrenamiento. Muchas veces lleva a Watson consigo; alguien tiene que hacer las apuestas a su favor.
—Si de él dependiera viviría a base de café y nicotina ¿Por qué no lo hace? Watson siempre llega a intervenir.
—Pueden pasar meses entre los casos que toma.
—Puede ser un bastardo caballero. Es alguien directo y sin filtros, que responde sin importar dañar los sentimientos de otros; no es por crueldad, como un niño no sabe identificarlos o lo hace tarde, muchas veces simplemente no tiene noción de estos.
—Sin casos en los que ocuparse, Sherlock muchas veces cae en el uso de drogas y sedantes, según él, ayudan a estimular su subconsciente.
—Tiene gran facilidad para los disfraces, así como la falta de vergüenza para usarlos. Pasar de un vagabundo a una mujer, incluso a un anciano son cosas de la ropa correcta para él.
—Gran boxeador.
—No tiene gran noción para su propia seguridad, poniéndose en peligro en más de una ocasión.
—Observador por naturaleza, no hay detalle que se le pase de largo. Si se lo propone puede contarla vida de quien tiene en frente con apenas unos aspectos de su comportamiento, gestos y marcas en ropa o cuerpo.
—Siendo un Humanoide es difícil, pero muchas veces pareciera sufrir de un Trastorno Obsesivo Compulsivo.
—Le fascinan los misterios.
—Como un extra en su personalidad, es —vulgarmente dicho— un pervertido, con un gran problema de lascivia. Desconoce el motivo de esto pero ¿Quién se queja? Watson no cuenta.


Sherlock Holmes
Sherlock Holmes