♪ NOBLE MUSICIAN ♫

Lucius Morningtar
24 años aparentes | real desconocida
Masculina
Pansexual
Vampiro
Idol
Ruso
Euphium


Cuando le ves, muchas veces puedes encontrarlo sentado frente a un piano, sus dedos moviéndose para dar vida a una pieza que nunca has tenido el honor de escuchar, que no tienes la capacidad de reconocer. Lo vs tan sereno, tan tranquilo, relajado, como si el mundo a su alrededor no fuera más que un lienzo que, al cerrar sus ojos, se fuera perdiendo en la memoria, en el tiempo, en la historia. Y no estás tan alejado de la realidad, Lucius es un ser que ha vivido más de lo que tú, pequeño cordero, podrías imaginar. Ha visto con sus propios ojos evolucionar, cambiar, transformarse antes de su inminente final, alguien que, cual observador, ha mantenido esa tenue sonrisa entre sus labios al pasar de los años. Y piensas, tontamente, que verle sonreír es algo bueno, que la mantenga es un punto a su favor; eso piensas hasta que dicha sonrisa es dirigida a tu insignificante persona. Te estremeces, un escalofrió recorre tu cuerpo cuando lo ves sonreírte, tan burlón, tan divertido, tan sardónico que solo atinas a pensar, paranoicamente, que algo trama hacia ti. Que esa mirada, tan directa, tan profunda y determinada, solo es el interludio para lo inesperado; y no estás tan lejos de la realidad.

Lucius, así como lo ves, puede ser bastante impredecible la mayoría de las veces. Con esa imperturbable y perpetua sonrisa entre sus labios es difícil saber lo que por su mente pasa, lo que su confabuladora imaginación puede ser capaz de crear, lo que su tan retorcida mirada pueda ser capaz de captar. Porque Lucius puede ser un ser caprichoso, engreído, confiado, orgulloso y prepotente. Alguien que expone su punto sin vergüenza, sin restricciones, que se muestra tal cual, que sin mascaras o filtros dirá las cosas tal cual son, sin pensar en las consecuencias o las reacciones que pueda ocasionar. Alguien que con una sonrisa te dirá que eres la persona más molesta y desgraciada que ha tenido la desdicha de encontrar ¡Pero, hey! No te ofendas, mira esa sonrisa, esos movimientos, esos gestos tan amables, tan cordiales y encantadores; con naturaleza lo ves moverse, coqueto y seductor por inconsciencia, movimientos ya parte de él. Alguien que siempre lo ves en movimientos dignos de la realeza, que de sus labios no saldrá una palabrota, que en sus gesto son encontraras la obscenidad que muchos intentan adjudicarle; puedes tener por seguro que es un ser directo, descaradamente directo, alguien que no mide sus palabras, que las usa tal cual su significado explica. Alguien que no se anduviera son apelativos, con diminutivos o indirectas, que dirá claramente si tuvo sexo, si lo quiere, si tienes alguna mancha o ¡incluso! Es perfectamente capaz de acusarte de haber tenido sexo con solo algunos aspectos. Y no tendrá vergüenza o pudor en decirlo, no es alguien que sienta interés o comprenda los momentos y temas que deben ser tratados en público.

Por otro lado es alguien que suele guiarse mucho por sus gustos, sus intereses y preocupaciones. A veces egoísta, alguien que antepone sus decisiones, sus necesidades o incluso sus preocupaciones. Que muchas veces parece dejarse llevar por sus impulsos, un estratega por naturaleza que puede sucumbir a los impulsos de su cuerpo o sus emociones; pero es esa misma razón por la que tiene un perfecto control sobre sus emociones, la razón porque son nulas, pocas, las veces en que logra el estima necesario hacia otro ser. Alguien que no suele preocuparse por herir sentimientos de otros, que manipula, utiliza y deshecha así le venga en gana, sin remordimientos o culpas que lo detengan o le hagan pensar de más. No es alguien que se arrepienta de sus pasos a dar, mucho menos en las decisiones que toma. Como perfecto caballero, algo que fácilmente se muestra en su actitud, no está en él arrepentirse o acobardarse.

Dime, ¿puedes con este engreído conde?


Cuando le preguntas a Lucius de su pasado, si es que alguna vez puedes atreverte a tal hazaña, puedo asegurarte que sus respuestas serán vagas, algún dato perdiéndose entre monólogos sin importancia. Palabras van y vienen mientas intentas rescatar la poca información que te ofrece, que te entrega pero te distraes, apenas puedes seguirle el ritmo; con gestos elegantes y una perpetua sonrisa entre sus labios nublara tu mente y… ¿Qué era exactamente lo que preguntabas? Ya no lo recuerdas, seguramente no tiene gran importancia si lo has olvidado tan fácilmente, porque solo puedes concentrarte en tu presente, en lo que ves y experimentas, en aquellos hipnotizantes movimientos que te guían hacia donde tu interlocutor desea. Y no creas tontamente que Lucius teme hablar de su pasada, que le daña o le trae amargos recuerdos que no desea revivir; no caigas tan fácilmente en suposiciones idiotas que Lucius bien puede desmentirlas con una carcajada brotando de sus labios. No hay nada en su pasado que le pueda causar dolor, al menos ya no; porque esos días pasados que se pierden en la historia son apenas un punto muerto en la mente de Lucius.

Nacido en cuna de oro, en la realeza, en una noble familia en medio de la edad media ¿Recuerdas aquellos años? Carruajes, caballos, campesinos, príncipes y condes moviéndose por las tierras de aquel basto mundo, dejándose llevar por las creencias, por las ambiciones que podrían aquella sociedad tan lentamente. Lucius fue el primogénito de un Conde, hijo esperado y amado por una familia que ansiosamente había ansiado un heredero, el niño educado y preparado para ocupar el cargo de sus padres. Sus deseos órdenes para los inferiores, sus caprichos mandamientos para sus sirvientes. Lucius puede afirmar, sin temor a equivocarse, que los primeros años de su existencia fueron colmados de riquezas y privilegios; allá, por aquellos años donde aún los humanos gobernaban aquellas tierras. Pero, ¿Qué hay de especial en aquellos años, en aquellas épocas? A opinión del albino solo hay una única respuesta; “Nada”. No hay experiencias que guarde con cariño, no hay personas a las que recuerde con estima, no hay acontecimientos que merezcan se reconocidos o recordados en su actualidad.

Pero si hubo un inicio, si, inicio, que lo ha llevado hasta donde está ahora. Lizbeth era su nombre, mujer hermosa y única, seductora, escandalosa por donde se la mire; tarde se dio cuenta Lucios de que aquella exquisita mujer era una vampiresa de gran poder. Seducido, la sedujo, la enamoro, a atrapo entre sus dedos al misma tiempo que él cayo en las redes de tal exquisita dama. ¿Qué recuerda de ella? Sus ojos, sus profundos y hermosos ojos amatista, aquellos que día tras día, noche tras noche no se cansaba de mirar, extasiado, consumido en un enfermizo amor que solo llevo a la destrucción. ¡Y vaya destrucción! Si Lucius hablara de aquellos años, jóvenes, inexpertos, solo reiría con la diversión que una travesura pudiera causar luego de años de vivencias. ¿Te resulta curiosa su forma de pensar? Ciertamente, en aquellos años Lizbeth pensó lo mismo. Porque Lucius se vio seducido por la tentación que esa bella mujer representaba, porque cuando abandono la mortalidad que lo condenaría —tarde o temprano— a la muerte, acercándose un paso más a una longeva vida que el prometía ver el mundo crecer; esa dama que le cautivo perdió su esplendorosa imagen. Ya no era un misterio, ya no era una curiosidad, no era una novedad, no era diferente. Ahora era igual a él, él era igual a ella; y ella resultaba aburrida, mundana, normal. Aburrida.

¿Si se arrepintió de dejarla? Tan bella dama, exquisita, hermosa, no existieron palabras para describirla en su momento, y tal vez aun no existen. Pero para Lucius había perdido su magia, su singularidad, aquella chispa que en su momento le había atraído. Simplemente… ya no le interesaba.

Sus siguientes pasos por el mundo solo fueron su interminable búsqueda por la diversión y entretenimiento que le daría un sentido al tiempo ilimitado que se le había sido entregado, apenas importándole los cambios que por ese mundo transitaban, fue un espectador más del interminable show que era la historia de aquellas tierras. Y no tuvo problemas para adaptarse, para hacerse un lugar, el lugar que merecía, en aquella sociedad tan podrida. Un lugar que le facilitara complacer sus caprichos, sus deseos, sus necesidades; porque ante todo seguía siendo el mismo Conde nacido en cuna de oro, aquel rebelde joven que se vio seducido por la singularidad de tan escandalosa mujer, aquel que cuando obtuvo la oportunidad había desaparecido. Aquel que aparece y desaparece de la historia así sus deseos sean. La música, más temprano que tarde, fue descubierta como una de sus pasiones, un hobby más que pudo llevarlo a más. Y la oportunidad de pertenecer a un grupo musical, ser reconocido y admirado por muchos, alabado y admirado por las masas ¿Y cómo negarse? Cuando tan fácilmente se le presentaba.

De todas formas, ¿Quién dice si no podrá encontrar una vez más esa chispa que hacía años perseguía?


Amnepatia. Es la capacidad que permite borrar los recuerdos de las personas o hacerles olvidar alguna vivencia de su pasado. La amnepatia puede ser contrarrestada a través de los recuerdos reales sí son capaces de recolectar los fragmentos destruidos (es decir, la amnepatia no borra los recuerdos, los esparce por el inconsciente volviéndolos fragmentos sin conexión alguna que la criatura considera innecesarios).
Es capaz de eliminar los recuerdos de sus enemigos a su placer, muchas veces seleccionando hechos específicos para su propia conveniencia.
Esta habilidad requiere conocer el hecho concreto que desea eliminar, de lo contrario podría borrar cualquier recuerdo. Cabe aclarar que los recuerdos no son destruidos, sin simplemente fragmentados para que el objetivo no pueda recuperarlos. Sin embargo, no puede reemplazar los recuerdos por otros, es decir, lo que es fragmentado sera llenado por vació o lo que la mente de la victima desee usar, no tiene control sobre lo que lo reemplazara.


—En su momento ostento el título nobiliario de Conde.
—Denominado muchas veces como el bastardo directo y vulgarmente elegante.
—Suele usar lentes de lectura.
—Si bien tiene cualidades como cantante no es un aspecto que le guste profundizar.
—Toca el bajo dentro de un grupo música llamado Kyosho, aunque también ha demostrado tocar instrumentos variados como el piano, violín, guitarra y flauta traversa.
—Disfruta del sexo, el placer carnal, mera satisfacción pasajera. Sin embargo sus conquistas son selectas, es alguien con quien no se relacionara con quien no le interese.
—Un gran cocinero así como barman, tiene buena mano para la composición de comida. Suele hacerlo en su tiempo libre o cuando tiene ganas.
—Su vestimenta, así como sus gestos, son dignos de un príncipe. Parte de su crianza y, al mismo tiempo, mera costumbre.
—No tiene un domicilio fijo, puede pasar de convivir con sus compañeros de banda o así como pasar días en un hotel de lujo, alquilarse un departamento o simplemente alojarse un tiempo en la casa de su amante en turno.
—Dueño de un bar Dolls, el cual durante el día funciona como restaurante. En las noches suelen haber presentaciones o conciertos.
—Un bebedor por excelencia, el alcohol tarda bastante en hacerle efecto. Tal vez antes de que eso pase haya encontrado a su nueva presa.
—Es expresamente directo y sin tacto alguno al decir las cosas, aunque suele tener una perpetua sonrisa en sus labios, lo que muchas veces le gana el apodo de bastardo.
—En sus momentos libres, días, suele recorrer la ciudad. Incontables las personas que conoce y no recuerda.
—Nunca tuvo problema en reunir en un mismo lugar a las personas con las que se acuesta, se acostó o planea hacerlo. Es descarado, sí.
—Suele aburrirse con relativa rapidez.
—Compositor musical.
—Habla con facilidad varios idiomas sin siquiera pensarlos.
—Ha visto con sus propios ojos el desarrollo y la caída de la humanidad. Aun le parecen estúpidas sus causas.
—Nunca se ha olvidado de Lizbeth. Aunque no guarda ningún apego con ella.
—Es un gran luchador, aunque no es algo que vaya a hacer sin una buena razón.
—Adora el hecho de ser aclamado y admirado. Sí, es engreído ¿y qué?
—Sus ropas muchas veces suelen ser trajes formales y semi informales.
—Ha estado tanto con mujeres como con hombres, pero en el último tiempo ha tomado gusto por las compañías de sexo masculino.
—Adora la música —por obviedad—, suele escuchar géneros variados.
—No habla de su pasado, simplemente ya no le importa.
—Suele alimentarse de sus propios amantes, sean la raza que sean.
—Ama las fresas.
—Sus uñas siempre parecen estar pintadas de negro.
—Lleva siempre unas perforaciones en su oreja con forma de colmillos.


Kuroya Yuu
DYNAMIC CHORD