W A R R I O R —ID

Jaromir Andreeff Kolesnikov
35 años aparentes — reales desconocidos
Masculino
Pansexual
Híbrido { Hechicero | Demonio }
Militante
Ruso
Euphium


Eres un tipo sonriente, alguien que no duda en extender por sus labios la más amplia y divertida sonrisa que pueda existir en el repertorio. Relajado, pocas son las cosas que pueden alterarte, ínfimas las ocasiones en que tú buen humor se ve privado para dar paso a algo más grande y peligroso. Jocoso, tus risas son muchas veces escuchadas entre tus hombres, en tu oficina, entre las paredes de la sede militar. Como un llamado a la calma, logras relajara las personas en tu lugar, tu presencio que puede parecer intimidante, entrega la seguridad y protección que un hombre en tu lugar debe inspirar. Te presentas orgullos, seguro de los pasos que das en la vida, la duda nunca haciéndose paso entre tus ojos, eres alguien que con una simple mirada puede transmitir tanto y tan poco. Pero tu sonrisa siempre está presente, tu mano extendida para el ser más bajo que clama por ayuda, dispuesto a proteger aquello que te es señalado como necesario. Pero no eres un pero más, muchos de eso se dan cuenta, sigues las órdenes, por supuesto sin embargo, ¿eso te detiene? Eres un hombre que levantara su espada, su puño en contra del enemigo que se atreva a levantarse contra el más débil. Un protector, alguien que con los años ha desarrollado ese impulso de proteger lo más débil, resguardar la fragilidad que aun pueda conservar este mundo.

Eres atento, aunque no lo demuestras con facilidad. Sueles mostrarte distraído con facilidad, y es que tu atención se disipa con la misma facilidad que un infante, te mueves por deseos básicos, calificado fácilmente como alguien de pensamientos lineales. Ríes por cualquier chiste mundano y sencillo que puedan decirte, no eres exigente en ese aspecto, hasta la más burda broma puede arrancar de ti una carcajada. Calificado como distraído, desentendido, muchas veces irresponsable. Muchos dudan del motivo que te mantiene en tu lugar, muchos creen que solo un privilegio y buenas conexiones te permitieron ascender entre la milicia, muchos dudan de tus capacidades en batalla. ¡Por favor, mírate! Eres el sujeto irresponsable que huira en cuanto unas pocas órdenes y responsabilidades son puestas sobre tus hombros. Y no están muy lejos de la realidad, ¿cierto? Eres alguien que rehúye de la responsabilidad, de las tareas que puedan entregarte una posibilidad de error, de fracaso. No rehúyes de la responsabilidad, rehúyes del fracaso. No teleras perder, fracasar, errar, confundirte. Simplemente no toleras saber de una decisión, tuya, que pudo haber ocasionado algún error, una perdida, o un dolor. No puedes lidiar con aquella culpa que te consume cuando fallas, cuando no tiene solo suficiente porque, maldita sea, ¡debes ser suficiente! Si haces algo, lo harás bien: si te lanzas hacia un reto, estás dispuesto a cumplirlo; si te sumerges en una aventura, estás dispuesto a volver. Pero la incertidumbre, la inseguridad muchas veces te hace huir, retroceder ente risas y carcajadas, esquivarlas tanto como tu lugar te permita. Simplemente no has nacido para las responsabilidades, ¿el poder? Por favor, un poder conlleva una gran responsabilidad ¿cierto? No es algo que te interese, gracias.

Pero dentro de todo eres un buen tipo. Eres alguien atento cuando es necesario, alguien que no olvida con facilidad detalles mínimos, pero si olvida la hora en que debía reunirse con altos mandos dentro de la milicia ¿lo recuerdas? Esa reunión con el general que olvidaste al recordar el cumpleaños de tu mano derecha. Seguro lo recuerdas, reíste con fuerza en medio de la plaza de entrenamiento cuando se te fue recordado al día siguiente. Pero no tuviste problemas en disculparte. Hombre sin vergüenza que no teme admitir sus errores, sin remordimientos, dispuesto a aceptar las consecuencias que estos puedan atraer. Porque si, no soportar un error de tu parte, pero cuando este sucede estas dispuesto a afrontarlo. Con una sonrisa, si este tiene la oportunidad; con la frente en alto, cuando este puede condenarte. Pero ante todo con orgullo, con decisión, con seguridad en tus pasos. No retrocedes, no te retractas, no bajas la mirada por lo que vendrá. Lo afrontas, estás dispuesto a lidiar con lo que llegue, te adaptas a lo que debas vivir. Estas dispuesto a afrontar todo lo necesario, porque así es la vida, así es como la vez y la vives. Una aventura llena de altos y bajos que solo son producto de los pasos en la dirección que eliges, correcta o incorrecta.

Pero dentro de todo eres uno de esos sujetos que cualquiera estaría agradecido de conocer, alguien que muchos pueden ver ayudando a un anciano cruzar la avenida, el que no teme dejar billetes de gran numero entre las manos de aquel mendigo entre las calles, el que no teme pagar la desorbitante cuenta de una fiesta al salir del trabajo. Eres bromista, juguetón, despreocupado. Muchos asumen que no sirves para un trabajo serio, que difícilmente puedes tomar algo en serio entre tanto esquiva y escape. Muchos asumen, con solo verte, que tú has nacido para las fiestas, para el desastre, la diversión que puedas conseguir entre bares y prostíbulos a tu disposición. Rodeado de mujeres hermosas, eres un hombre que disfruta la vida, que intenta exprimir cada segundo como si fuera el último. Y en tu posición puede ser el último, ¿no lo crees? En la guerra cada instante puede ser el último, cada paso en la milicia puede ser el último, cada golpe puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Eso tú bien lo sabes. Y te aprovechas, disfrutas cada pequeño detalle a pesar de que muchos lo dudan. Mujeres, compañías agradables, alcohol y la diversión que pueda mantener esa amplia sonrisa entre tus labios. Un jodido bastardo despreocupado de todo, es así como muchos te ven.

Pero eres un hombre de dos caras, Jaromir, y lo sabes bien. Porque mientras sonríes entre las calles dela ciudad, entre las paredes de la base militar, son solo instantes los que hacen la diferencia entre tus gestos. Porque, a diferencia de lo que muchos creen, tu naciste para la guerra. Fuiste concebido en ella, criado en ella, entrenado en ella, vivido en ella y, lo más seguro, mueras en ella. Y no te molesta realmente. La guerra es por lo que vives, por lo que te mantienes en pie. Es esa emoción, esa entrega, esa adrenalina recorriendo tu cuerpo cuando empuñas el arma, ese éxtasis que te consume cuando te enfrentas cara a cara con tu enemigo. Porque a ti no te va eso de estrategias y planes calculados, esa medición de fuerzas para mantener todo dentro de exactos parámetros bien establecidos. Sigues las órdenes, por supuesto, sigues los planes sin reproches, sin quejas. Te mueves según te indican, ordenas según te ordenaron, atacas a quien te ordenan. Pero en ese instante cuando estas frente a tu enemigo, ese momento cuando tienes de frente al ser que se te ha ordenado atacar; ya no hay órdenes, estrategias o planes que puedan importarte. Porque eres tú, tu enemigo y la emoción de la guerra. Y es cuando, entre tus labios, esa sonrisa se hace paso entre tus labios, esa última sonrisa, esa que solo tu enemigo puede ver. Y será la última; la última que tú mostraras o la última que él observara, pero para uno será la última. Porque estas exaltado, estas emocionado, sin poder controlarte ¡la guerra es las tierras tan bien conocidas por ti!

Porque en la guerra naciste y en la guerra morirás, guerrero.


Naces para la guerra, naces para empuñar el arma que será la diferencia entre la vida la y la muerte, naces para levantarte por sobre tus enemigos con la victoria entre tus manos, naces para recorrer esos campos de batallas donde solo pocos sobreviven, naces para luchar, naces para pelear. Naces para vivir y morir en la guerra. ¿Cierto, Jaromir? Desde tu nacimiento, desde que has siquiera tenido razonamiento, la guerra ha sido parte de ti y tu familia. Tu padre un guerrero, tus humanos muertos en batalla, la mujer que te dio a luz perdida en medio de la guerra. No has conocido de compasión, no has comprendido de piedad o perdón. Es el arma en tus manos la que te ha llevado a vivir hasta donde estas, la que te forjo el camino que te permitió una vida en aquel decadente mundo, la diferencia entre tú y tu enemigo. La fina línea que te mantiene como un hombre y no un cadáver más perdido en el campo.

No te importa la causa, no te importa el objetivo o el propósito. Si has llegado hasta Euphium fue por el valor que representaste en batalla, si has llegado hasta tu cargo fue por tu valor, si has llegado hasta ese punto de tu vida fue por tu fuerza. Nunca te importo el verdadero objetivo de esa guerra, si es por el bien o el mal, si es por el bien general o el de solo unos pocos, sabes que ya no hay ni blanco ni negro en ese mundo, que las tierras no son más que ríos de sangre que deben ser limpiados o rellenados. Ya no hay un buen o mal líder, ahora solo hay líderes que prometen y pueden cumplir, hay líderes que prometen y mueren, hay líderes que prometen y actúan. Tu solo los observas, empuñando con fuerza tu arma, con la mirada en alto listo para la siguiente batalla, saboreando la emoción y la adrenalina de una guerra en sus puertas.

Has olvidado ya lo que ha pasado en ese mundo, ya no recuerdas como es que todos aquellos sucesos contribuyeron a un mundo destruido. Entre tus viajes, entre las ideas y venidas en medio de aquella batalla. Cuando debías abandonar la seguridad de aquella ciudad que prometía tanto, cuando debías recorrerlas tierras que una vez conociste y ahora no eran más que vestigios de antaño. Mujeres llegaban a tus brazos, placeres y diversión que te hacían olvidar las crueldades de un campo de batalla, que te hacia cerrar los ojos y solo respirar la efímera calma que en la mañana se perdería. Y fue en uno de aquellos viajes, el más largo de todos, que nunca pudiste olvidar. Esa mujer por la que te atreviste a abandonar esa libertad, con la que cometiste la locura de casarte, de la que nunca lograste encontrar arrepentimiento.

Pero la guerra era una constante en tu vida, un llamado que llegaba y solo podías seguirlo ciegamente sin poder contenerte. Porque la guerra es para lo que naciste, es en donde naciste, es por la cual vives y por lo cual morirás en el futuro. No soportas las despedidas, no soportaste la idea de despedirte de aquella mujer que te hizo cometer locura tras locura con una gran sonrisa entre tus labios, no te atreviste a darle la cara a la mujer por la cual darías tu existencia. Desapareciste en medio de la noche sin explicaciones, queriendo ser solo una sombra, una imagen borrosa en la vida de esa mujer que, esperabas, te olvidara lo más pronto que pudiera. Aun cuando tú nunca lograste olvidarla, aun cuando tu no dejaste de recordarla, aun cuando no dejabas de compararla con las damas que entregaban su compañía.

En la actualidad sigues siendo parte del ejército de Euphir Virietum, uno de los grandes cargos que lidera las principales campañas en aquella guerra interminable. Pero aun sientes que hay algo inconcluso en tu vida, ¿cierto?


Multiplicación. Es la capacidad de crear ilusiones exactas del mismo usuario, dependiendo de lo fuerte que sean las copias podrían durar más e incluso, hacerse pasar por el mismo usuario.
Puede crear varias versiones de si mismo, con las mismas habilidades de lucha y reflejos, los mismos conocimientos y capacidades en medio de las peleas. La cantidad máxima que ha podido crear, hasta el momento, ronda las 50.
El problema de esta habilidad es que las copias no tendrán su mismo poder, es decir, su poder se encontrara dividido. Se dividirá de forma equitativa entre todas y cada una de las duplicaciones, por lo que a mayor numero, más débiles.


—Tiene, actualmente, el cargo Teniente General.
—Desde el momento de su nacimiento que ha estado en relación constante con la guerra.
—Se ha hecho de una dura y peligrosa reputación entre sus camaradas y compañeros de batalla, así como entre sus subordinados. Warrior no fue un apodo dado únicamente por su trabajo dentro de la milicia, sino por su habilidad y fortaleza en el campo de batalla.
—Ha perdido tanto a su padre, hermanos y madre en medio de la guerra.
—Fuera del campo de batalla parece un tipo completamente diferente. Bromista, relajado y hasta olvidadizo; difícilmente se le puede atribuir el puesto de Teniente General.
—Tiene por costumbre evitar compromisos o responsabilidades demasiado grandes. Siempre se escapa con alguna excusa.
—Estuvo casado.
—Dejo a su mujer cuando fue llamado una vez más a servicio, lamentándose el tener que alejarse. Aún tiene la idea de poder volver con ella, pero sabe es imposible por la forma en que se fue.
—Tiene una gran debilidad por las mujeres.
—Es un hombre que puede presumir, con total orgullo, de lo que sus hombres son capaces de hacer. No de sus logros, los logros de los hombres bajo su mando ¿Por qué? Reconoce quienes tienen buen futuro en la milicia.
—No planea alguna fecha de retiro como algunos de sus pares. Piensa que morir en batalla es el mayor de los honores.
—Suele tomar bajo su cargo estudiantes o pupilos que le parezcan capaces de superarse. Es un entrenador duro e inflexible, pero al mismo tiempo consciente delos límites.
—Suele tomar misiones individuales de tanto en tanto, cuando sus obligaciones o trabajo en general así se lo permite. Puede estar en estas durante meses, aunque siempre volverá con la victoria.
—No tiene una lealtad completa hacia el gobierno que sirve, pero tampoco está en contra de este. Es un hombre que nació para la guerra, la milicia de Euphir Virietum le permite estar en ella.
—Aunque si bien ruso, nunca sintió apego hacia esas tierras ya destruidas.
—Habla inglés y ruso.
—Ha recorrido gran parte del mundo, mayormente por misiones y trabajos. Ocasionalmente suele quedarse en los lugares por tiempos prolongados, pero suele desaparecer cuando la sensación de arraigo se hace presente.
—No se considera estar listo para alguna clase de compromiso, por eso los elude. Es alguien que suele creer que fallara cuando muchas expectativas están sobre sí.
—Suele visitar Kavaglier en sus momentos libres.
—A pesar de lo bromista y relajado que pueda ser, es un militar de alto grado, con un gran entrenamiento. Es difícil tomarlo con la guardia baja, así mismo, es uno de los mejores soldados entre la milicia.
—Su principal interés es ver a los soldados bajo su cargo progresar, volverse más fuertes y capaces para sobrevivir en el exterior.
—La mayoría de sus misiones son en el exterior de Euphir Virietum, razón por la cual puede tener largas temporadas en las que no está en la ciudad y otras más en las que se le puede ver por todos lados. Algunas personas que lo ven consideran que tiene un trabajo disparejo.
—Los soldados bajo su cargo tienen gran capacidad para servir de apoyo en batallas internas, siempre que no se los haya llevado a una misión.
—Difícilmente entrega el papeleo al concluir un trabajo.
—Fuera de horario es alguien que parece llevar a menos los cargos dentro de la milicia. Un ejemplo es la amistad que lleva con el General, aunque internamente profesional, cuando el uniforme esta fuera todo eso se pierde. Aunque lo respeta, sabiendo que por algo ha ganado ese lugar.
—Nunca ha tomado, ni tomara, misiones o trabajos de protección específica. Simplemente no sirve para eso. ¡Necesita un campo de batalla no una cena formal!
—Admite no tener control ni medir su fuerza, algo que lo tiene sin cuidado.
—Suele vestir una capa sobre su cuerpo, particularmente para cubrir las armas que pueda estar llevando. La misma no es particularmente elegante, lo que le permite mezclarse fácilmente en las bajas zonas de la ciudad, aunque no así en las altas.
—No ha pensado en volver a casarse.


Gildarts Clive
Fairy Tail
Nada