☭ BLACKSMITH

Alexandre Godchild
28 años
Masulino
Pansexual
Elemental
Chamäleon
Ingles
Euphium


Alexandre es, como muchos la catalogarían, el tipo bromista y relajado al que poco le importa. Lo ves con una gran sonrisa entre sus labios, sin preocupaciones, sin alteraciones, alguien que no parece tomar en cuenta sus responsabilidades, que pasa a un lado de sus labores y que continúa directo al camino de la relajación. El tipo que sin vergüenza o penas se queda dormido en medio de una reunión, que sin remordimientos hará bromas fuera de lugar cuando estas surjan. Lo ves reír, a carcajadas, lo ves bromear, lo ves burlarse y jugar bromas a sus allegados. Lo ves siempre tan relajado, tan calmado, tan despreocupado que es difícil, inimaginable, concebirlo en otro aspecto. Un sujeto tan amable, cariñoso, demasiado confiado ¡no te creas que es por hablar! Te por seguro que si le caes bien, que si la agredas, tendrás un abrazo como saludo y una gran charla, alegre, divertida, sin preocupaciones o alteraciones. Es un hombre que logra transmitir lo que siente, lo que genera, que influye sin contratiempos en las personas a su alrededor. Que si sonríe, tú sonríes; que si ríe, tú ríes; que si juega, tú juegas con él.

Es amable, considerado, alguien que extiende la mano en momentos de dificultad, que te apoyara, que ofrecerá su hombro para que te desahogues. Alguien que no juzgara sin conocer, que no hablara o divulgara lo que no le corresponde, que no te abandonara por su propio bienestar. Alguien dispuesto a proteger a sus amigos, a cuidarlos, a consolarlos y abrazarlos cuando la situación lo a merite. Alguien con quien puedes contar, en quien puedes confían, en quien apoyarte sin el temor de que pueda irse. Una fuerte muralla en la cual descansar cuando los problemas te abruman, cuando el dolor te sofoca. Alexandre es un amigo de confianza, es quien se parara frente a ti para recibir el golpe si es necesario, que no dudara en dar un paso al frente para defender lo que quiere, para proteger lo que ama, para no perder lo que tiene; lo que aprecia. No es alguien que se acobarde, ni mucho menos se amedrente con facilidad, porque ante una amenaza ten por seguro que responderá con un reto, con una sonrisa confiada y con la determinación de una pelea.

Porque Alexandre mucho más de lo que muestra, de lo que puedes ver en esa amistosa sonrisa que muestra. Porque si, muchas veces puede tener actitudes infantiles, esos gestos de niño que la vida le ha enseñado a nunca olvidar, esos deseos que en muchos se pierden en él se mantienen vivos, inolvidables por más difíciles que sean. Pero aunque no lo demuestra si toma en serio, con responsabilidad su lugar y su trabajo, que cuando deba hacerlo está dispuesto a hacer a un lado las risas para demostrar que es un hombre, uno seguro de sí mismo y dispuesto a todo por lo que representa, por su trabajo y por su objetivo. Alguien que no está dispuesto a perder sin antes dar todo de sí, alguien que no temerá en enfrentarse a lo que venga en pro de su deber, de su responsabilidad y, por sobre todo, de los que realmente quiere. Porque es consecuente, alguien responsable aunque no lo parezca, se preocupa más que los demás; pero ha aprendido que no debe dejarse ver, que no mostrara su debilidad aún se esté desgarrando por dentro. Así es, Alexandre puede estar sufriendo, agonizando, cayéndose en la más oscura soledad y no dará muestras de ello, porque esa perpetúa sonrisa entre sus labios esta fieramente marcada, imborrable. Porque mostrarse débil es mostrarse derrotado; y él está dispuesto a demostrar que la vida no le derrota por más dificultades que se le presenten.

Ahora dime, ¿ves esa amigable sonrisa de la misma forma?


Si le llegas a preguntar a Alexandre sobre su pasado, sobre su origen, sobre los pasos que dio para llegar a su actual situación solo obtendrás una única respuesta: no tiene recuerdos. O al menos no tiene una secuencia de sucesos, de experiencias o vivencias que pueda relatar o rememoran con alguna clase de nostalgia o cariño. Y es que su pasado, incluso para él, no es más que un misterio que se va perdiendo cada vez más, que se aleja y se pierde sin oportunidades de ser recuperado. Porque aun si se pusiera a pensar con detenimiento, si por su mente el esfuerzo de querer recordar llegara, solo podría traer a su mente vagas imágenes que, día con día, se hacen más difíciles de distinguir.

Hubo un tiempo, días en los que sin rumbo fijo, mantenía en su mente la única imagen que por su mente pasaba como un recuerdo. Una cabaña, pequeña, rustica, humilde; la cabaña de un herrero ¿Cómo lo sabía? Porque un hombre siempre estaba presente, un viejo y ya sabio hombre frente al fogón, frente al hierro que va forjando para darle forma a las más magnificas piezas de metal. Pero aun en esos días, cuando se movía en medio de aquella guerra interminable, esas imágenes eran borrosas, incompletas, inexactas. Porque podía ver al hombre hablarle, sonreírle y extenderle una mano cuando finalmente lo vio; pero no lo escucha, apenas distingue sus gestos y el calor de aquella mano extendida se va extinguiendo en el frio de la guerra. Pero cuando los años pasan, cuando la guerra y la supervivencia se vuelve una prioridad, no hay lugar para los recuerdos, no hay lugar para las preocupaciones; porque solo existe el deseo de llegar a mañana.

Euphir Virietum, como para muchos otros, fue el escape de la realidad, la cruenta realidad de una guerra interminable. O al menos para la mayoría, porque para Alexandre solo fue el pase a un nuevo nivel, a una nueva oportunidad y a la puesta a prueba de sus propias habilidades. Si ha sobrevivido en el exterior ¿Por qué no habría de hacerlo en el interior? El corazón del infierno, le llamaron muchos, y el deseo comprobar que tan verdad era aquello, que tan profundo podía llegar para conocer lo que esas tierras ocultaban. Tal vez guiado por su propia curiosidad, por las oportunidades que se le presentaban… o solo era el deseo de dejar una huella en el mundo, de mostrar que estuvo, ahí, donde está parado ahora. Que existió, que no es un punto vacío en la historia. El deseo de formar recuerdos que atesorar en sus últimos años de existencia.

Y esta gran ciudad fue el método que obtuvo para lograrlo pero, ahora te preguntas ¿Cómo dejar tu marca si te ocultas de la sociedad tras una máscara? Resulta curioso pensar que, deseando dejar una huella en la historia, haya terminado como un miembro de una organización que trabaja en las sombras, que no son más que rumores que se van perdiendo con el viento, una organización que no existe pero ahí está. Tal vez no era la mejor forma, claro, pero tal vez si, tal vez algo de provecho pudiera sacarle de eso. Sus habilidades eran más que suficientes, sus métodos eficaces, su dedicación la correcta; no tenía por qué ser considerado un posible traidor, cuando no existían apegos, no existía un pasado que le marcara o le impulsara a seguir un ideal. Era una criatura racional que se movía según sus objetivos, sus deseos, sus necesidades. Por el placer, la capacidad y la oportunidad de seguir avanzando por aquel mundo. Y tal vez, si tenía la suerte suficiente, pudiera recuperar algo de esa memoria que parece encerrada en su mente, como si los fantasmas de su pasado simplemente no deseen darse a conocer.

Pero ¿de qué sirve un pasado, si se puede hacer un futuro?


Magnetokinesis. Es la capacidad psicokinética que permite crear campos magnéticos y, controlar el metal. Esto permite al usuario generar un efecto de levitación magnética para imantar objetos metálicos y, también repeler el campo magnético terrestre para levitar sobre él.
Es capaz de manipular el metal a su placer. Lo que genera su principal habilidad y arma, que es un martillo que puede crecer y decrecer a su antojo, sin que el peso pueda llegar a afectarle en algún punto.
Para poder variar el tamaño del martillo todo dependerá del metal que exista a su alrededor. Mientras mayor sea este, más podrá hacerlo crecer. Si este llega a escasear, el tamaño se verá limitado.


—Desconoce totalmente su origen por lo que, cuando se le pregunta, responde lo primero que pase por su mente.
—Perdió su ojo derecho en medio de una pelea, la situación en cuestión es un misterio porque el mismo cuenta una historia diferente cada vez que le pregunta, así como tampoco se ha sacado el parche que usa. Muchas veces se burla diciendo que puede trabajar de pirata tal cual esta.
—Ante la sociedad des trabajador a tiempo parcial de una biblioteca.
—Disfruta de leer, un hobbie que a lo largo de los años no ha perdido. En la actualidad eso lo ha convertido en un gran conocedor de historia y cultura general.
—Nunca se ha preocupado por conocer algo de su pasado su familia, simplemente porque no ha sentido su ausencia. Bien dice, no se puede sentir la ausencia de lo que no se tuvo o no recuerda tenerse.
—Suele usar guantes de media mano a la hora de realizar su trabajo.
—A pesar de su actitud bromista y desinteresada, es alguien que toma muy en serio su trabajo y lo que consciente a este.
—Tipo de sangre O.
—Con una altura aproximada al metro ochenta y cinco.
—Suele dormir demasiado, varias horas. ¿Su excusa? El sueño nunca se recupera, es sagrado.
—Conocido como The Blacksmith por su manejo y habilidad con el metal.
—No tiene conocimiento alguno de su pasado, pero si tiene conocimientos básicos como lo es la herrería. Así mismo suele tener algunos gestos y actitudes que suelen confundir aún más sobre su procedencia.
—Desconoce totalmente su edad verdadera, o si lo que aparenta es la verdad.
—Un observador por excelencia, no hay detalle que se le pase de largo. Se cree que ha presenciado gran parte de la historia humana.
—Algunos suelen llamarle Conejo, ¿por qué? Nunca le importo.
—Conquistador por naturaleza, alguien coqueto y que, si por alguna razón resultara derrotado, seria únicamente por haber caído en las redes de su amante de turno.
—Le gusta poner apodos ridículos a las personas.
—Suele mantener una bufanda de la que nunca se separa, la misma —de un color rojo— es algo con lo que ya ha estado. Desconoce su origen o el motivo de su apego.
—El primer y único recuerdo que tuvo, tiene, es de un hombre —herrero— extendiéndole la mano en medio de la calle. Posiblemente salvándole de su muerte.


Lavi
D. Gray Man